Hace diez días, el coloso Federico Sturzenegger resolvió quitarle la exclusividad al Banco Nación para ser el agente de pago de salarios de los trabajadores estatales. Sin embargo, dejó vigente el monopolio para que la aseguradora La Caja, de fondos italianos, siga como única prestadora de los seguros de vida del sector.
Días atrás, el ministro de Desregulación y Reforma del Estado disolvió de un plumazo la resolución que le otorgaba al banco público el monopolio para el pago de los sueldos del personal estatal, que engrosaban la cartera de clientes de esa entidad bancaria. Esa medida le permitía al Banco Nación absorber como clientes a quienes cumplieran funciones en la órbita nacional a menos que solicitaran lo contrario.
La decisión administrativa 9/2025 de la Jefatura de Gabinete formalizó la adjudicación del “servicio de apertura, gestión y mantenimiento gratuito” a media docena de bancos. Sin embargo, nada dice sobre los servicios vinculados que el Estado contrata para blindarse de eventuales perjuicios.
El affare habilitado por Federico Sturzenegger
El olvido de la motosierra que agita Sturzenegger deja vigente el negocio multimillonario de las pólizas de seguro de vida del personal estatal. En la práctica, sigue vigente la Ley 13.003 de 1947 que, por orden de Juan Perón, le entregó a la entonces estatal Caja Nacional de Ahorro Postal el monopolio de la emisión de esas pólizas.
Tras ser privatizada, La Caja pertenece en la actualidad al grupo italiano Assicurazioni Generali que mantiene cautivo ese servicio, que alcanza a más de 45.000 empleados nacionales. En 2018, por iniciativa del presidente Mauricio Macri, el Congreso aprobó la Ley 27.444 y estableció que el Estado “llamará a licitación pública para adjudicar la contratación del seguro a las entidades aseguradoras oferentes según corresponda” y determinó que “el seguro para casos de muerte del personal del sector público nacional será optativo en todos los casos”.
No obstante, el líder del PRO nunca reglamentó esa decisión que se tomó cuando el actual titular de ARCA, Juan Pazo, estaba al frente de la Superintendencia de Seguros de la Nación. Hoy, ese mismo funcionario sigue manteniendo el control de la Superintendenciaa través de Guillermo Plate. La vinculación entre el núcleo de Toto Caputo y el mundo del seguro volvió a quedar descubierta la semana pasada con la llegada del empresario asegurador Luis Pierrini a la secretaría de Transporte.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, que promociona su proyecto de ley hojarasca como un digesto light para eliminar las leyes inútiles, no se anima a tocar uno de los ejemplos más escandalosos del monopolio asegurador.