Luego del faltazo de Axel Kicillof a la entronización de Cristina Fernández de Kirchner como presidenta del PJ nacional, que brindó un discurso en el que direccionó algunos dardos venenosos a La Plata, el gobernador de Buenos Aires evitó responder con palabras, pero lo hizo con gestos. Este jueves compartió una extensa agenda de actividades con el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, principal enemigo de La Cámpora y uno de los más duros guerreros a la hora de discutir la titularidad de la lapicera para 2025.
Si bien desde el entorno del gobernador aseguraron que su ausencia en la asunción de CFK no fue un “desaire” ni significa “una ruptura”, como ya contó Letra P, las cosas no están bien entre la expresidenta y el gobernador. Al faltazo se sumó el reproche deslizado por CFK, que caldeó aún más los ánimos.
"Tiene que haber por parte de los dirigentes políticos de nuestro partido, que muchas veces los veo convertidos en militantes electorales, volver a ser militantes políticos”, se quejó la exmandataria. En el auditorio de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) se entendió que uno de los aludidos era Kicillof.
Fue la frutilla del postre. La semana ya había empezado caliente con la reunión del Consejo del PJ bonaerense, en la que los contrapuntos entre CFK y Kicillof quedaron a la vista. El malestar se acrecentó con la novela por las invitaciones al acto de asunción de la flamante presidenta del PJ nacional.
Encima, este jueves, Ferraresi redobló la apuesta con el propio Kicillof a su lado, al ponerle el traje de presidenciable: "Seguramente en el año 2027 lo tendremos a Axel conduciendo los destinos del país porque la fuerza la dan los hechos".
Silencio y recorrida con Jorge Ferraresi
Kicillof no respondió con palabras al reproche, ni tampoco a la sentencia de CFK de que hay “algunos compañeros de peronismo tardío”. En día después, el gobernador eligió mostrarse con uno de los principales enemigos de La Cámpora y el dirigente que más reclama a viva voz el manejo de la lapicera para las próximas elecciones, al punto tal que no descarta una ruptura si es que Máximo Kirchner pretende, una vez más, ser quién defina los nombres de las boletas seccionales el año que viene.
Axel Kicillof, Jorge Ferraresi y Andres Larroque.jpg
La jornada compartida entre Kicillof y Ferraresi fue extensa. Comenzó a las 14 con la entrega de viviendas en el barrio La Saladita de la localidad de Sarandí y de un camión para fortalecer los procesos de gestión de residuos sólidos urbanos y la recolección diferenciada.
Siguió con la inauguración de la primera feria "Motiva: Emprender en comunidad" en el parque La Estación y finalizó con la inauguración de paneles solares en una escuela.
“Gracias Axel, siempre confiamos en tu mirada, confiamos en tu gobierno y hoy, que se habla tanto de oponerse al gobierno de Milei, decir que nosotros nos oponemos al gobierno de manera distinta, mostrando que la Argentina se puede gobernar haciendo políticas públicas todos los días”, dijo Ferraresi, parado en la vereda de enfrente de CFK, en un discurso improvisado en medio de su agenda compartida con Kicillof.