El palo fuerte viene de adentro, dice una máxima de la política. No hay peor astilla que la del mismo tronco, advierte otra. La elección de Miguel Ángel Pichetto como cabeza de la lista bonaerense para la Cámara de Diputados que auspiciarán Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli confirma la contradicción: ahora, con Mauricio Macri fuera de escena, el macrismo, una corriente construida como opción al peronismo para el electorado antiperonista, es definitivamente peronista. Al menos, eso surgiría si se sometiera a sus principales figuras a una prueba de ADN político.
Para muestra, basta repasar un párrafo, el primero de esta nota: a excepción del expresidente, los dirigentes mencionados allí vienen del peronismo.
Larreta inició su larga carrera en la función pública en los menemistas años 90 trabajando, justamente, en el gobierno de Carlos Menem, primero en la ANSES y después en el Ministerio de Desarrollo Social, como segundo de Palito Ortega. Más tarde, entre 2000 y 2001, sería funcionario de la administración peronista de la provincia de Buenos Aires en tiempos de Carlos Ruckauf gobernador, que lo puso al frente del Instituto de Previsión Social Social.
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Santilli también tiene sangre peronista/menemista. Militó en la JP y en el PJ porteño. En las filas del riojano más famoso y en el trabajo con El Rey del Club del Clan inició su vínculo político con Larreta. Compartió lista con Alberto Fernández en la Ciudad y fue también sciolista.
Pichetto es el más peronista del antiperonismo macrista. Acredita, incluso, 12 años de destacados servicios para el kirchnerismo como jefe del bloque del Frente para la Victoria en el Senado. Él le saca el cuerpo a la K: dice que es peronista y que militó los gobiernos de los Kirchner así como fue boy scout menemista y duhadista. Un peronista de todos los ismos del peronismo que llegó hasta la cima del macrismo en 2019. cuando se animó a salir del ropero y acompañó al entonces jefe del Estado en su aventura reeleccionista.
Hay más. De la cantera inagotable de talentos del PJ porteño salió también Cristian Ritondo, que en las PASO del 13 de agosto jugará un mano a mano, justamente, con el compañero Pichetto. El ex ministro de Seguridad bonaerense encabezará la otra boleta para Diputados que la alianza Juntos pondrá en los cuartos oscuros de la provincia de Buenos Aires. Si Juntos por el Cambio llegase en diciembre a la Casa Rosada, la presidencia de la Cámara baja sería, sí o sí, para el peronismo antiperonista.
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Lo mismo ocurriría en Balcarce 50, nada menos: Larreta disputará la candidatura presidencial del PRO, que es, en definitiva, la pelea por la de Juntos por el Cambio, con Patricia Bullrich, la multimarca formada políticamente en la Juventud Peronista y en la orga Montoneros.
A Larreta, Bullrich, Santilli, Ritondo y Pichetto los une Macri: las cinco celebridades fueron reclutadas por el expresidente y hoy son la primera línea del antiperonismo más peronista.