Sergio Massa sugirió el martes –por primera vez en público– en la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) que podría ser candidato presidencial, pero que eso requeriría un consenso en el Frente de Todos y de ninguna manera unas PASO competitivas. El miércoles insistió en el asunto y este medio te contó cómo fundamenta esa idea: una puja interna expondría más las diferencias ideológicas del panperonismo, complicaría adicionalmente el manejo de la crisis y le serviría en bandeja a Javier Milei la posible condición de candidato individual más votado… y que el lunes 14 de agosto el dólar lo ataje Magoya… Este jueves, más crudo que nunca, el ministro de Economía les dijo “a los que se enojaron” por aquel reclamo:
- "¿No les parece que ya tenemos suficientes quilombos como para andar enquilombando la vida de la gente con las peleas de la política?".
- "No nos entra un quilombo más, necesitamos orden político para que haya orden económico".
El hombre habla como posible precandidato presidencial, sí, pero también como ministro de Economía en un contexto inflamable por las fragilidades del país y por el posible impacto de una campaña en la que no todas las propuestas son responsables.
¿Qué quiso decir, ministro?
Raul Pérez es uno de los miembros del entorno massista que mejor interpreta al líder del Frente Renovador. No suele hacer declaraciones, pero consultado por desPertar, el newsletter de Letra P, confirmó lo evidente: la referencia, pronunciada en Navarro, excedió el anuncio de medidas para los sectores triguero, avícola y lechero y se dirigió a una coalición que sigue sin ordenarse.
"El Frente de Todos discute mucho la interna, y debería poner la misma energía en la gestión y en los temas que de verdad preocupan a la gente", señaló. Sí: es el debate por las candidaturas, pero también una coyuntura que no presta garantías.
Entonces, ¿consenso o competencia en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto?
La pelota, es evidente, la tiene Cristina Fernández de Kirchner, quien todavía no adoptó una decisión y juega con las semanas, los días y las horas para evaluar los resultados de una gestión que debería exhibir, al menos, cierto control sobre el potro de la economía para tener viabilidad electoral.
El runrún alrededor de CFK
Mientras la vicepresidenta calcula, figuras importantes del panperonismo juegan en función de sus posturas y, claro, de sus intereses.
Para entender con mayor precisión a quiénes les habló Massa, hay que recordar que Agustín Rossi –uno de los anotados para la carrera– acaba de señalar que solo CFK sería una candidata de síntesis. "Habrá que ver si (Massa) sintetiza; a priori no diría que es así", añadió, algo que este jueves por la noche reiteró en C5N, donde explicó que unas internas civilizadas en las PASO podrían ser el camino a la unidad. El cristinismo de paladar negro abona la misma teoría en los diálogos con la exmandataria.
El jefe de Gabinete acudió este jueves al Senado para brindar su informe de gestión, ocasión en la que reiteró la línea dura contra los recientes fallos de la Corte Suprema sobre los comicios en Tucumán y San Juan, e hizo una fuerte profesión de fe kirchnerista.
Cristina deshoja la margarita. Wado de Pedro es otro de los que quiere probarse en las primarias, y –curiosamente, más en línea con Alberto Fernández que con su jefa política– también presiona para que se habilite la competencia.
Las posiciones están divididas en la galaxia cristinista: al revés del también camporista ministro del Interior, Andrés Larroque se sumó a la idea de la candidatura única, pero Axel Kicillof, totalmente entregado a su propio destino en la provincia, blanqueó que lo atrae la idea de desdoblar los comicios bonaerenses de los nacionales. Como se supone que en ese territorio el panperonismo tiene su principal reserva de votos, eso y que el Frente de Todos saque bandera blanca de rendición en la presidencial son una y la misma cosa. ¿Será que palpita que Milei jugaría a favor de Juntos por el Cambio evitando presentar una candidatura a la gobernación? Máximo Kirchner, tal vez un destinatario del mensaje, debe estar escandalizado.
Pasando en limpio
En el albertismo le piden al Presidente que abra el chat de Telegram que mantiene inactivo CFK. Temen que una decisión unilateral de esta valga lo mismo que un hecho consumado para todo el espacio. Si Cristina confirmara su autoexclusión y definiera que debe haber candidato único, así sería, más allá de las resistencias. ¿Sería Massa su elegido?
Si, en cambio, ella comprara el pesimismo nacional de Kicillof –que, de a ratos, también le es propio–, las PASO no contarían al ministro de Economía y se abriría el camino para las ambiciones de Rossi, De Pedro, Daniel Scioli y acaso alguno más.
Citas cruciales
Así las cosas, convendría prestarle atención a lo que Máximo Kirchner diga este sábado en el Congreso que el Partido Justicialista bonaerense realizará en La Matanza… Luego, el 25-M habrá una manifestación para conmemorar la asunción de Néstor Kirchner en 2003, última estación del operativo clamor. ¿Hablará ella allí? ¿Aceptará el pedido de ese “cabildo abierto” o dará indicios sobre su decisión en torno al dilema entre consenso y libre competencia? ¿Y si deja a los miles de dueños y dueñas de los bastones de mariscal solos con sus conciencias?
El cierre de listas es el 24 de junio, pero probablemente no haya que esperar tanto para que esas dudas se despejen. El momento de las definiciones en el panperonismo no debería ir más allá de mediados del mes que viene, dada tanto la necesidad de encaminar la interna como de darle a la economía un sosiego al menos precario, sin el cual no habría nada para ninguno de los pretendientes.
Massa cree que la propia crisis sincerará el debate preelectoral, que deberá dar ciertas precisiones sobre la alta inflación, la falta de divisas y los criterios que se usarán para cortar lo que haya que cortar, perjudicando a ciertos sectores y dejando más a salvo a otros. Sin embargo, no advierte que contaría para ello con una desventaja: quienes se le oponen, rechazan a un Massa que ya ha mostrado en la gestión alguna de sus cartas, mientras Milei puede entrar al río de la dolarización hiperinflacionaria sin salir mojado y mientras toda la diferencia entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta es presentada, convenientemente, como una mera cuestión de carácter.
El ministro ya ni se inmuta por lo que arrojen los índices de inflación, que, como anunciará hoy el INDEC respecto de abril, no le traerán ninguna buena noticia. Antes de que termine el mes apostará sus cartas a otros golpes de efecto, como la renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) –una que el propio organismo anticipó que está bien encaminada– y las divisas que pueda arrimarle el banco de los BRICS.
Luiz Inácio Lula da Silva y su ministro de Hacienda, Fernando Haddad, son los mejores abogados del país en ambos foros. Por lo pronto, el segundo intercedió este jueves vivamente a favor de la Argentina y de la necesidad de que la crisis económica no devenga en política e institucional ante la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, en el marco de una reunión del Grupo de los Siete (G-7).