Sin acuerdo para integrar la alianza de partidos de izquierda que conforman el Frente de Izquierda y los Trabajadores - Unidad (FIT-U) en Córdoba, el Nuevo MAS se presentará, por tercera ocasión consecutiva, con nómina propia en las elecciones para la renovación de autoridades provinciales que se celebrarán el domingo 25 de junio.
Julia Di Santi, excandidata a vicegobernadora en 2019, será quien encabezará la fórmula para la gobernación. La acompañará Miguel Díaz, trabajador de la industria del neumático, delegado del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA) en Córdoba.
Trabajadora social y docente, Di Santi también liderará el tramo de la boleta única de aspirantes a la Legislatura por distrito único. La secundará Franco Bergero, estudiante de Historia y uno de los 27 procesados por la toma del Pabellón Argentina de la UNC en 2018. Davina Maccioni, activista del movimiento de mujeres y personas LGTB, completa los primeros lugares de la nómina.
Candidato a gobernador por el espacio en 2015 y 2019, Eduardo Mulhall esta vez irá por la intendencia de la capital provincial. Cuatro años atrás el también docente lideró la fórmula que obtuvo poco más de 6 mil votos, equivalentes a un 0,3 por ciento del total.
La conducción del Nuevo MAS destaca la condición de “trabajadores y trabajadoras” de sus representantes. También su presencia en todas y cada una de las expresiones de lucha de distintos colectivos afectados por el modelo económico, los movimientos de mujeres y las reivindicaciones por la diversidad.
Tales definiciones tienen como destinatario tácito al Frente de Izquierda y los Trabaiadores Unidad (FITU), del que no forman parte. Aunque hasta el cierre mismo del plazo para presentación de alianzas mantuvieron negociaciones, diferencias de distinta índole, enmascaradas de formalidad, impidieron la fusión.
En el Nuevo MAS lamentaron la oportunidad perdida y responsabilizaron a las internas del FIT-U. “Era necesario brindar una alternativa unificada desde la izquierda frente a todas las propuestas de derecha y reaccionarias que buscan que a la profunda crisis económica y social que vive el país la paguen los trabajadores”, expresaron en un duro comunicado.
La respuesta de los partidos del Frente apuntó al oportunismo de un partido habitualmente crítico de sus eventuales asociados. "Hacen campaña pegándonos a nosotros hasta que llegan las elecciones. Entonces sí, se acuerdan de dialogar y proponen unirse. Así no se construye", afirma una de las referentes de los partidos coaligados.
Después de la polémica y como primera acción de campaña, Di Santi se sumó a la propuesta de un salario mínimo de 500 mil pesos. “Es una medida de soberanía que busca cuestionar la fuga permanente de divisas. Las subas constantes del dólar hacen sentir sus efectos en la remarcación constante de precios por parte de los que especulan con las necesidades de nuestra vida. Esta medida debe ser acompañada de un plan masivo de obras públicas para resolver los graves problemas de infraestructura, vivienda y desocupación”, justificó.