La Asamblea Legislativa vivió su momento más álgido este miércoles cuando el presidente Alberto Fernández cuestionó el fallo de la Corte Suprema de Justicia que favoreció a la Ciudad de Buenos Aires por el reparto de recursos federales y las bancadas de la oposición estallaron en gritos de repudio por las afirmaciones del mandatario.
"Los episodios recientes en la disputa por los recursos nacionales y su coparticipación con nuestras provincias hicieron evidente cual es el bloque de intereses tradicionales que pretenden consolidar las enormes asimetrías que aún existen en la Argentina. Mientras que muchas provincias necesitan realizar obras que permiten asegurar servicios tan esenciales como el agua potable para sus habitantes, la Corte Suprema de Justicia aseguró cautelar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires recursos coparticipables que no le corresponden contrariando la ley de coparticipación vigente. Le quita dinero a los que más necesitan y destina esos mismos recursos a la ciudad más opulenta del país", aseguró Fernández.
En medio del griterío opositor, que llevó al mandatario a elevar la voz y reiterar algunos pasajes de su discurso, Fernández se dijo "orgullosamente porteño", pero afirmó que no puede ser "indiferente al ver las asimetrías que separan a esta maravillosa ciudad de rincones de la Patria en donde se postergan los sueños de argentinos y argentinas que parecen condenados al olvido".
Entre aplausos del bloque oficialista y voces de rechazo de la oposición, el Presidente subrayó que "los recursos coparticipables se distribuyen de acuerdo a las formas establecidas por una ley convenio que han firmado cada una de las provincias argentinas y el Estado Nacional".
La afirmación levantó a la oposición, pero faltaba más. "La Ciudad Autónoma de Buenos Aires no forma parte de ese convenio. No tiene derechos sobre esos recursos", añadió el Fernández y el recinto volvió a estallar. Mientras todo esto sucedía, los dos miembros de la Corte presentes en la sesión, el titular del máximo tribunal, Horacio Rosatti, y Carlos Rosenkrantz, se mantuvieron con la vista al frente, quietos como estatuas.
"La intromisión de la Justicia en la ejecución presupuestaria es definitivamente inadmisible. Excede sus facultades, olvida la regla jurisprudencialmente fijada que reconoce “cuestiones políticas no judiciables” y pone en riesgo la lógica redistributiva de la Ley de Coparticipación Federal causando un severo daño al equilibrio de las cuentas públicas", cerró Fernández uno de los pasajes más calientes de la mañana, en el que incluso se cruzó con el diputado del PRO Fernando Iglesias, a quien le respondió, tras recibir una frase agraviante: "Es un honor que usted me insulte".
Cuando la asamblea empezó a retomar nuevamente la calma, antes del cruce que se sucedería luego cuando Fernández volvió a cargar contra la Justicia, algunos legisladores representantes de de la Ciudad ya habían abandonado el recinto. Entre ellos el libertario Javier Milei y los radicales Martín Lousteau y Martín Tetaz.