RESISTENCIA (Enviado) El triunfo del radical Leandro Zdero en las elecciones de Chaco fue un aliciente más a la alicaída campaña electoral de la candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, quien ni bien supo las primeras tendencias favorables se subió a un avión y viajó a festejar al norte del país.
La exministra había hablado durante el fin de semana con el diputado provincial para coordinar su estadía y estaba dispuesta a compartir escenario si la victoria no era suficiente para evitar el ballotage. La celebración fue completa para JxC y, en especial, para Bullrich que ya venía de festejar la consagración de otro radical, Maximiliano Pullaro, en Santa Fe.
Bullrich espera continuar con la buena racha la semana próxima en Mendoza, donde Alfredo Cornejo buscará volver a ser gobernador. "Después ganaremos en Entre Ríos y en la provincia de Buenos Aires", confió desde el escenario, aunque esas dos provincias votan autoridades locales el mismo día que las nacionales. Sus ganadores no pueden ofecer sus triunfos al proselitismo nacional.
Zdero, que conoció a Bullrich hace unos años, contó que ella lo incentivó a pelear por la gobernación de Chaco, cuando él aún tenía como primer obstáculo vencer en la interna local al exmandatario Ángel Rozas, quien hoy se sumó a las celebraciones sin demasiada empatía con el público. Como ya es habitual en su campaña, la exministra se movió sola, sin el contingente de colaboradores que acostumbran a exhibir quienes compiten por llegar a la Casa Rosada.
La tropa legislativa de Bullrich llegó temprano a la provincia. Se trata del senador Luis Naidenoff (UCR), la senadora Carolina Losada (UCR) y los diputados Ricardo Buryaile (UCR) y Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos). La candidata presidencial no se cruzó con ninguno antes de subir al escenario.
Zdreo le permitió a Bullrich cerrar el acto de su vida y compartir la rueda de prensa, en una provincia que le fue esquiva a JxC en las primarias: terminó tercera, a seis puntos de Unión por la Patria y a dos de Javier Milei, el candidato de La Libertad Avanza, que en la elección de Chaco ni siquiera quiso participar.
La dirigencia radical que recorrió el bunker dudaba de que la victoria local pudiese empujar la boleta nacional, aunque en los festejos hicieron todo lo posible para lograrlo: el grito de ¡Patricia Presidenta! empezó de menor a mayor y alcanzó a sacarle una sonrisa a Bullrich, que en estos días no es poco.
El problema de la candidata del PRO es que pierde votos con Milei, quien ostenta un electorado transversal, con muchos segmentos. De hecho, tiene una fuerte llegada a la juventud. En Chaco eran habituales las anécdotas de dirigentes radicales y peronistas que habían retado familiares de menos de 20 años por haber votado al libertario.
La seguidilla de victorias radicales sirven, además, para afianzar el reencuentro de Bullrich con la UCR nacional, que en las primarias tuvo a sus principales dirigentes aliados a Horacio Rodríguez Larreta, entre ellos su presidente, Gerardo Morales, quien no estuvo en el festejo de Chaco.
La UCR necesita que la candidatura de Bullrich no se caiga para no perder bancas en el Congreso. Sin embargo, integrantes del partido admiten la dificultad de seguir aliados al PRO si JxC no llegara a ser gobierno. En las tertulias de Chaco se hablaba de eso, como también del tiempo que perdió la exministra en acomodar la campaña después de las primarias.
Bullrich no tiene otra opción que ignorar los malos augurios y seguir adelante, si es posible, festejando victorias. En Chaco se despidió con un grito de optimismo. "Vamos a gobernar el país todos juntos con una nueva mayoría. Con gobernadores, con legisladores para darle a Argentina un cambio de verdad, profundo, con coraje. Acá no solamente, como dice Leandro (Zdreo) hay una mujer coraje: hay un pueblo coraje que se animó". La semana próxima, repetirá frases similares en Mendoza.