ELECCIONES 2023

Juntos por el Cambio gana peso federal, pero sufre la maldición del jinete sin cabeza

La coalición ya le arrebató cinco provincias al PJ y puede gobernar diez desde diciembre, pero pena por entrar al ballotage nacional. Armado poderoso con liderazgo vacante.

En la madrugada del 17 de julio, tras la victoria arrolladora de la oposición en las primarias de Santa Fe, Letra P señalaba que se se abría la puerta a un predominio no peronista inédito en las provincias a partir del 10 de diciembre. Dos meses exactos más tarde, el triunfo del radical Leandro Zdero en los comicios chaqueños de este domingo confirma aquella presunción y coloca a Juntos por el Cambio(JxC) a tiro de gobernar una decena de distritos. Sin embargo, los resultados de las PASO del 13 de agosto dieron vuelta como una media las perspectivas de la alianza que hasta hace poco más de un año tenía a Horacio Rodríguez Larreta como número puesto para llegar a la Casa Rosada y hoy tiene a Patricia Bullrich corriendo de atrás para meterse en el ballotage ante el avance de Javier Milei, que puso la política patas para arriba.

Como detalló Letra P, los comicios de 1999 marcaron la mayor cosecha del no peronismo, que bajo el nombre de la Alianza entre la UCR y el Frepaso gobernó ocho provincias. Tras el batacazo que protagonizó Ignacio Torres el 30 de julio en Chubut y la confirmación de Maximiliano Pullaro en Santa Fe, hace una semana, Juntos por el Cambio tiene todo servido para superar esa marca: cuenta con siete distritos asegurados y en octubre es favorito en Mendoza y la ciudad de Buenos Aires, donde es oficialismo, y en Entre Ríos, donde Rogelio Frigerio busca desbancar al peronismo. En la provincia mesopotámica, JxC superó por siete puntos al PJ en las PASO.

Con todo, la coalición, que no para de ganar en las provincias, puede quedarse afuera del ballotage presidencial. Si el 22-O ratifica la tendencia que rubrica la mayoría de los sondeos, que ubica en la segunda vuelta al candidato libertario y al oficialista Sergio Massa, la Liga de Gobernadores 2024 de JxC no solo deberá lidiar con un poder central de otro palo, sino que deberá hacerlo sin una jefatura clara y, de seguro, en disputa.

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Aunque el refrán dice lo contrario, la victoria da derechos. En política, ni que hablar. Si Bullrich llegara a la Casa Rosada, el 10 de diciembre se transformaría en la jefa de JxC sin discusiones. Habría que auscultar cuál sería el rol del expresidente Mauricio Macri, fundador del PRO y confundador de la coalición, pero esa puja simbólica por no convertirse en "la Alberto Fernández" del ingeniero encontraría a la titular del partido amarillo con ventaja posicional.

Si Bullrich llegara a la segunda vuelta pero perdiera, sus pergaminos quedarían un tanto ajados y su liderazgo en la alianza quedaría en debate. En el caso de llegar tercera el 22-O, en los distintos campamentos cambiemistas la sensación es que entonces habrá que barajar y dar de nuevo.

En ese contexto, los gobernadores de JxC deberían afrontar la orfandad de liderazgo nacional y, además, procesar las tonalidades de las propias internas que atraviesan a los socios de la coalición.

Poroteo

El PRO y la UCR se dividirían en partes iguales las diez provincias que podrían quedar en manos cambiemistas. Por lo tanto, la cuestión de la jefatura de la coalición también se traslada a quiénes mandan en el patio de cada socio mayoritario. No está fácil.

Gustavo Valdés gobierna Corrientes y, como explicó este medio, aspira a presidir el radicalismo desde fin de año. Zdero es un dirigente de su escudería. Carlos Sadir heredará Jujuy de manos de Gerardo Morales, hoy titular del Comité Nacional. Pullaro reporta en Evolución, la corriente referenciada en Martín Lousteau. Si el senador Alfredo Cornejo confirma el próximo domingo su victoria de las PASO, será otra vez gobernador de Mendoza. Fue titular de la UCR y en la interna de JxC jugó en el Grupo Malbec, la jabonería de Vieytes radical que eligió a Bullrich y se diferenció de Morales. Es el único de los cinco con un perfil nacional, algo que Valdés busca construir. De arranque, es una mesa de cinco patas bastante parejas en la que el correntino jugará en tándem con su vecino chaqueño.

En la vereda amarilla los problemas son otros. Como se preguntó Lucía Aisicoff, en el PRO, ¿quién gana si Bullrich pierde? La caída en la interna dejó a Larreta en la banquina a la hora de correr por la jefatura de su espacio, pero la paradoja es que cuatro de los cinco mandatarios provinciales referenciados en el partido fueron apadrinados por el alcalde porteño y se encolumnaron tras su fallida candidatura: Torres, Frigerio, Marcelo Orrego (San Juan) y Claudio Poggi (San Luis). No parece un detalle accesorio que Larreta haya dicho que su campaña con vistas a 2027 continuará a las 18 del domingo 22 de octubre. Falta una eternidad.

En un lugar distinto queda Jorge Macri, favorito en el bastión PRO, quien tiene el apoyo de la jefa de los halcones y de su primo expresidente.

Esta mesa de cinco patas parece mucho más despareja que la radical. Jorge Macri y Frigerio acumulan un recorrido más vasto en la vidriera grande que sus futuros pares, aunque Poggi ya gobernó San Luis y lo hará de nuevo con Adolfo Rodríguez Saá de aliado, ahora con la camiseta amarilla puesta.

A estas complejidades se podría agregar a un jugador número 11: el dirigente petrolero Claudio Vidal se convirtió en gobernador electo de Santa Cruz en alianza con el PRO, pero con su propio sello y distanciado del radicalismo local. Un batacazo de Néstor Grindetti en la provincia de Buenos Aires agregaría más condimentos al galimatías del PRO.

Con una decena o una docena de provincias a su cargo, la gran pregunta que empieza a vislumbrarse en JxC es quién gobernará todo ese poder si sobreviene un fracaso nacional que el 22-O deje fuera de carrera a la coalición, que se desayunó la cena en una interna fraticida en la que hubo poco espacio para la autocrítica y la revisión de su paso fallido por el poder.

Como contó Letra P, cerca de Macri hay quienes piensan que, “si a Patricia no le toca ganar, Mauricio terminará siendo de nuevo el líder de todo el espacio y se posicionará para 2027”. Los coqueteos del exmandatario con Milei, los cuales muteó en la última semana para sumarse a la campaña de Bullrich, podrían ser funcionales a esa versión, pero también una bomba de profundidad para la unidad de la coalición.

En lo institucional, la UCR y el PRO deben renovar autoridades a fin de año. Cuando llegue ese momento, para bien o para mal, la suerte estará echada.

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