En octubre la rosca eclesiástica se mudó por un mes al Vaticano, donde el papa Francisco hizo su asamblea sinodal en procura de una renovación integral de la Iglesia y el diálogo con las "voces olvidadas". Esta segunda instancia del proceso, iniciado el año pasado, tuvo una marcada impronta argentina y una consigna inclusiva fuerte: “Todos, todos, todos”.
La delegación nacional que se sentó en las mesas circulares del Aula Pablo VI estuvo integrada por el obispo Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, y los arzobispos vicepresidentes Marcelo Colombo (Mendoza) y Carlos Azpiroz Costa (Bahía Blanca).
Se sumaron el cardenal jesuita Ángel Rossi (Córdoba) y el obispo Dante Braida (La Rioja), designados directamente por el pontífice; el también connacional Marcos Pirán, quien está al frente de la diócesis de Holguín (Cuba), y dos sacerdotes entre el grupo de facilitadores, Pedro Brassesco y Carlos Galli.
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El papa Francisco con el arzobispo mendocino Marcelo Colombo
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La reunión de casi un mes finalizó este domingo y utilizó un matiz religioso del método de Jorge Bergoglio para el diálogo social: no es fácil; necesita una base fundamental que es la identidad; exige buscar la cultura del encuentro; es para el bien de la Iglesia; no es negociar para sacar la propia tajada; la unidad es superior al conflicto y la base es que “todos somos hermanos”.
El papa dejó claro este espíritu desde el vamos, cuando en la apertura pidió a quienes participaron "no transformar nuestras contribuciones en puntos a defender o agendas a imponer" y recordó que este plenario no era "una asamblea parlamentaria, sino un lugar de escucha en comunión".
La pobreza regional, tema sinodal
Además del debate sobre los cambios eclesiásticos estructurales y la necesidad de seguir trabajando en la cultura del cuidado en ambientes eclesiásticos para prevenir nuevos escándalos por abusos, la legión latinoamericana dijo presente y puso en discusión problemáticas acuciantes de la región como la pobreza y la desocupación, el ensanchamiento de la brecha social, la migración forzada, la explotación minera y la realidad de las comunidades indígenas.
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El obispo Oscar Ojea habla en la asamblea sinodal que preside el papa Francisco
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"Uno de los temas es la cercanía a los pobres y sufrientes, como algo constitutivo de la sinodalidad y que hace a su fundamento. Hay que ser cauce para los que no son escuchados. Esto constituye el estilo sinodal y es constitutivo de la Iglesia", planteó Ojea en su exposición.
Algunas de estas preocupaciones (y diagnósticos) nacionales, además de algún mensaje entrelíneas para el presidente Javier Milei, quedaron plasmadas en el Documento Final de la asamblea sinodal:
- "Vivimos en una época marcada por el aumento de las desigualdades, la creciente desilusión con los modelos tradicionales de gobierno, el desencanto con el funcionamiento de la democracia, las crecientes tendencias autocráticas y dictatoriales, el dominio del modelo de mercado sin tener en cuenta la vulnerabilidad de las personas y la creación, y la tentación de resolver los conflictos por la fuerza en lugar del diálogo".
- "La disponibilidad de escuchar a todos, especialmente a los pobres, contrasta con un mundo en el que la concentración de poder aísla a los pobres, a los marginados, a las minorías y a la tierra, nuestra casa común".
- "La sinodalidad de la Iglesia se convierte en profecía social, inspirando nuevos caminos también para la política y la economía, colaborando con todos los que creen en la fraternidad y la paz en un intercambio de dones con el mundo".
- "La Iglesia se propone como una red de relaciones a través de la cual circula y se promueve la profecía de la cultura del encuentro, de la justicia social, de la inclusión de los grupos marginados, de la fraternidad entre los pueblos, del cuidado de la casa común".
Tucho Fernández y el lío por el diaconado femenino
El cardenal Tucho Fernández protagonizó uno de los momentos tensos de la asamblea, a raíz de su faltazo a una reunión del grupo de reflexión sobre el diaconado femenino. El espacio era para discutir una propuesta sobre caminos posibles para una mayor participación de las mujeres en la conducción de la Iglesia.
El purpurado argentino, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe vaticano, se disculpó ante el plenario y argumentó: “El papa expresó que en este momento la cuestión del diaconado femenino no está madura y pidió que no nos detengamos ahora en esta posibilidad”.
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Tucho Fernández en la asamblea sinodal presidida por el papa Francisco
Captura de redes
Tras explicar que la petición del pontífice es no centrarse en el orden sagrado, el cardenal argentino planteó: “Pensar en el diaconado para unas pocas mujeres no resuelve la cuestión de los millones de mujeres en la Iglesia”, fundamentó e invitó a seguir buscando caminos.
Jorge Bergoglio, en la ruta provincial de los santos
El G5 episcopal aprovechó su estadía vaticana para mantener contactos con funcionarios curiales a fin de conversar sobre el postergado viaje de Bergoglio al país. Aunque sin demasiadas precisiones, fuentes eclesiásticas en Roma confirmaron a Letra P que hubo avances.
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"No es mucho, pero apareció la idea de que puede ser en marzo, sobre todo en la segunda quincena, y con escala previa en Montevideo", precisó la fuente y agregó: "También se trazó un bosquejo muy preliminar de itinerario provincial posible, más allá del lógico paso por Buenos Aires".
"Santiago del Estero está entre los lugares casi obligados a los que quiere ir, por dos motivos: la reciente proclamación como sede primada del país y por ser la cuna de Mama Antula, primera santa argentina. Este puede ser el punto de partida para seguir la 'ruta de los santos' en la Córdoba del Cura Brochero y en la Viedma (Río Negro) del enfermero salesiano Artémides Zatti", aventuró el sacerdote consultado por este medio.