ELECCIONES 2023

Como Juan Schiaretti, Llaryora quiere captar el voto peronista y correr al todismo del mapa

El candidato a la gobernación de Córdoba concentra su actividad en las regiones en las que resisten referentes del FdT. Puntos clave en un escenario hiperpolarizado. Acto fallido y traspié en La Falda.

En el sprint final de la campaña rumbo a los comicios del 25 de junio en Córdoba, Martín Llaryora aceleró en su agenda para fortalecer el trabajo del cordobesismo en los territorios que empiezan a presentarse como la clave para la elección provincial. Este viernes cerró la semana en Punilla, el departamento donde se hace fuerte la pata peronista del Frente de Todos referenciada en Carlos Caserio, que una semana atrás asestó un duro golpe al oficialista Hacemos Unidos por Córdoba al arrebatarle al socialismo aliado a Juan Schiaretti la intendencia de Cosquín, la cabecera departamental.

Al igual que sucede en el departamento Calamuchita, lugar de referencia de Federico Alesandri, en el cordobesismo mantienen la expectativa de una buena elección a pesar de los traspiés de la semana pasada. En el todismo reconocen que el nivel de conocimiento del intendente de Embalse todavía es bajo para proyectar un batacazo de cara al 25 de junio, aunque esperan que la elección pueda aportar una cantidad de votos “importantes” para sumar a la cuenta general con la que el espacio espera poder recuperar la representación parlamentaria perdida en 2019.

Para el equipo que rodea a Llaryora, ninguno de los resultados que se oficializan domingo a domingo en los municipios de la provincia tiene un efecto directo sobre la contienda provincial del 25 de junio. Sin embargo, con el peronismo a nivel nacional decidido a enrostrarle al schiarettismo el “pacto” que siempre denunciaron en beneficio del macrismo, el sanfrancisqueño que gobierna la ciudad de Córdoba desanda el territorio en el que las referencias peronistas se levantan como alternativa para mediar entre el cordobesismo y Luis Juez.

“Están preocupados”, dicen en el todismo en referencia a Llaryora y Schiaretti. Saben que, por más compleja que se presente la elección para el peronismo que tiene buena onda con la Casa Rosada, hay un puñado de votos que los referentes territoriales pueden sostener y complicar al cordobesismo en el conteo definitivo.

Este viernes, Schiaretti, Llaryora y el vicegobernador, Manuel Calvo, encabezaron un acto en La Falda. Las fotos de un salón semivacío se viralizó rápidamente a través de los teléfonos de las figuras opositoras. De Juntos por el Cambio y del Frente de Todos. En el cordobesismo le restaron importancia, pero a dos semanas de las elecciones, la procesión, a fuerza de necesidad, va por dentro.

La disputa Capital

Otro lugar donde el kirchnerismo y sus diferentes vertientes supo nutrirse fue la capital provincial. Complicado históricamente por sus armados truncos y la falta de acuerdos entre los tinglados en los que se subdivide el espacio, el factor capitalino siempre fue importante para la cosecha todista a lo largo de la historia. De hecho, las tres bancas nacionales que hoy ostenta el oficialismo nacional tienen su principal campo de acción en ese territorio. La primera diputada del Frente para la Victoria, Carmen Nebreda, también lo tenía. La lista del espacio que más votos obtuvo a lo largo de todo el recorrido kirchnerista en la provincia estuvo encabezada, en 2013, por Carolina Scotto, la por entonces rectora de la Universidad Nacional de Córdoba, otro de los factores que representa un espacio sustancial para la cosecha de votos del todismo.

De allí proviene la candidata que el 25 de junio disputará por la banca departamental, Esther Galina, que plantea abiertamente un discusión en la que pone en juego la identidad del electorado del espacio y los cuestionamientos al modelo de gestión que el cordobesismo pretende exportar a nivel nacional.

Entre sus propuestas, que incluyen un planteo para aumentar la base presupuestaria destinada para Educación y Salud, Galina pega debajo del cinturón al relato schiarettista que presenta al cordobesismo como una proyecto de impronta industrialista. “Es necesario discutir hacia dónde se orienta el acompañamiento del gobierno al desarrollo productivo de nuestra provincia. Porque la participación de la producción industrial en el PBI ha bajado, mientras que la actividad agropecuaria ha crecido hasta llegar a ser la principal”, dice la doctora en Matemáticas e investigadora del Conicet que pide avanzar en la articulación entre los gobiernos, el sector productivo y el complejo científico tecnológico para poder impulsar el crecimiento del sector “que mayor cantidad de empleos genera”.

Copia de Copia de DSC_1737.jpg
Galina, la candidata a legisaldora por departamento Capital, junto a la fórmula de Creo en Córdoba: Federico Alesandri y Gabriela Estévez.

Galina, la candidata a legisaldora por departamento Capital, junto a la fórmula de Creo en Córdoba: Federico Alesandri y Gabriela Estévez.

A diferencia de algunos rincones del interior provincial, en los que pesa el factor agrario y el enojo continuado con el kirchnerismo a lo largo de los años, Galina reivindica la figura de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner e intentar sostener la base kirchnerista en la ciudad, que corre el riesgo de dispersarse en un escenario hiperpolarizado. Galina recorre los barrios y defiende la identidad. “Tanto Llaryora como Juez están bajo una misma bandera macrista que no puede cubrir las necesidades de los sectores más postergados. Por eso tenemos que poner el cuerpo para vislumbrar una salida a la actual situación y tener una voz para la Legislatura”, advierte.

En el llaryorismo entienden que los planteos no serán suficientes para que el kirchnerismo recupere lo que el peronismo cordobés ya se llevó para su casa. Sobre todo, a partir del discurso hipercrítico que Schiaretti sostiene a nivel nacional y los altos índices de aceptación que sostienen las gestiones del intendente y el gobernador.

El desafío mirando al sur

“Yo prefiero morir de pie”, dijo uno de los referentes consultados por este medio a la hora de pensar la proyección provincial de la lista todista ante el éxodo de intendentes que se generó con el reacomodamiento peronista que impulsó el llaryorismo. En el sur provincial, puntualmente en los departamentos Marcos Juárez y Unión, una buena parte del pelotón de jefes y jefas comunales que supieron integrar las comitivas del intendentismo a la Casa Rosada durante los primeros años de gestión del Frente de Todos, terminó cerrando sus propios armados detrás de las propuestas del intendente que quiere ser gobernador. En consecuencia, despojaron de referencias territoriales fuertes a la lista del peronismo antischiarettista y el kirchnerismo.

“La obra que ha hecho el Gobierno en nuestros pueblos es terrible, pero nosotros debemos garantizar la continuidad de nuestras gestiones”, dicen en Marcos Juárez, otro de los sitios que Llaryora visitó esta semana. Allí, donde el discurso antikirchnerista gana cada vez mayores adhesiones, avisan que el descontento con la gestión provincial podría “abrirle una posibilidad” al todismo, aunque reconocen que “la referencia nacional funciona como salvavidas de plomo”.

Con todo, voces locales del cordobesismo hablan de 6 o 7 puntos que pueden resultar cruciales para la lista de Llaryora, en un territorio donde el cambiemismo sostiene la expectativa de sumar altos porcentajes de adhesión.

Martín Llaryora acelera en el tramo final de la campaña. 
Fernando Rambaldi y su mentor político, Aurelio García Elorrio.

También te puede interesar