LA ERA LIBERTARIA

Cómo es el Cabildo de Córdoba donde Javier Milei puede celebrar su Pacto de Mayo

Está en el centro histórico de la capital que maneja el intendente Daniel Passerini. Qué fue, qué es y cómo podría usar el Presidente este edificio emblemático.

El Cabildo Histórico de la Ciudad de Córdoba, el edificio que el presidente Javier Milei baraja como una alternativa para celebrar “con la gente” el próximo 25 de mayo una versión sui generis y devaluada de su anunciado Pacto de Mayo, ocupa un espacio central entre los emblemas más importantes de la capital provincial que conduce el peronista cordobesista Daniel Passerini.

Fue la primera sede en la que se organizaron los asuntos vecinales de la ciudad y luego, alternativamente, Casa de Gobierno de la provincia y Jefatura de la Policía. Desde 1989 funciona como centro cultural y museo histórico, aunque algunos de sus espacios internos siguen utilizándose para actividades institucionales. En la Municipalidad dicen que no se utiliza para actos políticos, pero el límite es demasiado fino.

Ubicado enfrente de la principal plaza céntrica de la capital mediterránea, la plaza San Martín, el Cabildo fue testigo de la historia política cordobesa, que transitó sus pasillos y ocupó sus espacios gestión a gestión. Hoy funciona allí la sede de la Secretaria de Cultura capitalina.

Una gran explanada une al edificio histórico con la plaza principal. Miles de personas podrían reunirse en ese espacio en caso de que el Presidente decidiera convocar a sus simpatizantes a firmar un pacto que no logró que se suscribiera con los gobernadores antes de que se sancione la ley ómnibus. Allí se montan escenarios para realizar eventos culturales y actos de neto corte político. Oficialistas y opositores. En el entorno inmediato, el diseño de la Córdoba de antaño deja ver las viejas estructuras, entre las que se destacan las iglesias y la Manzana Jesuítica ubicada a unas pocas cuadras.

Con la sede del Banco Nación que se levanta a escasos metros, una pequeña city mediterránea asoma en el entorno inmediato del lugar en el que el Presidente quiere festejar el aniversario de la Patria.

Cabildo de Córdoba, testigo de la historia

Inaugurado en 1610 y reformado por orden del marqués de Sobremonte, Rafael Núñez, el Cabildo es una de las estructuras del colonialismo español que sobreviven al progreso en el microcentro cordobés. Todavía mantiene su recova de 15 arcadas, sus dos patios internos y su fachada. También se conservan todavía algunos espacios como una antigua celda subterránea o viejos despachos gubernamentales.

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La recuperación de la fachada fue una de las últimas grandes acciones estructurales sobre el patrimonio que realizó la gestión municipal del hoy gobernador Martín Llaryora, que ya estaba preparando el Palacio de Justicia para recibir el Pacto de Mayo. Fue en aquel entonces una inversión de 100 millones de pesos, subvencionada por la Unión Europea y con el apoyo de Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos.

Está separado de la catedral sólo por un estrecho pasaje llamado Santa Calina, hoy convertido en la antesala de uno de los espacios para la Memoria más paradigmáticos de la provincia. Sucede que sobre ese pasaje, en la parte trasera del Cabildo y a metros de la Catedral, funcionó una dependencia del Departamento de Informaciones de la policía de Córdoba que durante la última dictadura funcionó como nexo principal entre militares y policías en el funcionamiento del aparato represivo.

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Si bien durante los años 70 funcionó como Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio, la dependencia siguió en manos de la policía hasta 2006. Hoy funciona allí un Sitio para la Memoria y la sede del Archivo y la Comisión Provincial de la Memoria.

La última etapa en la que el Cabildo se utilizó para mítines políticos fue durante los años de Germán Kammertah, el socio de la Ucedé con el que José Manuel de la Sota creó Unión por Córdoba en las postrimerías de los 90. Allí, en el nacimiento de una nueva era para la política cordobesa, la alianza peronista-liberal celebró con su electorado tras vencer al radicalismo en las elecciones de fines de 1998.

Javier Milei y Victoria Villarruel.
Karina Milei en la Fundación Libertad.

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