OPINIÓN

Un resultado y decenas de preguntas

Milei capitalizó el enojo de la gente y dio el batacazo en las urnas. El rol de las encuestas y seis semanas para volver a votar. ¿Qué puede pasar en octubre?

Los argentinos votamos el 13 de agosto para elegir candidaturas presidenciales, entre otros cargos. Las PASO, que si bien no fue “definitiva”, dejó una foto que describe fielmente cómo se vincula la política con la ciudadanía. Este es el primer tiempo de un partido que se juega en un contexto muy difícil para todos: para los argentinos y para los políticos. La foto que quedó del domingo permite distintas lecturas que inmediatamente llevan a varias preguntas, siendo las principales: ¿por qué la gente votó como votó? ¿qué expresaron las urnas?

Un tercio de la sociedad argentina expresó su hartazgo con respecto a la dirigencia política tradicional (léase Unión por la Patria o Juntos por el Cambio). No hay mucha vuelta: UP está gobernando y la situación es negativa para una gran mayoría de los argentinos; JxC gobernó el período anterior, arrojando un saldo también muy negativo ejemplificado con la deuda descomunal con el Fondo Monetario Internacional.

Ese tercio se compone de distintos tipos de votantes. Por un lado, se encuentran personas que realmente escucharon con atención las propuestas de Javier Milei -y concuerdan con ellas- y por otro lado, se encuentran personas que “utilizan” la figura del economista liberal para expresar su bronca y su desánimo con el pasado y el presente del país -es probable que este segundo grupo de votantes sea mayor-. Una pregunta para ese segundo grupo es: ¿realmente consideraron las primarias como un espacio “no vinculante” para expresarse o en verdad seguirán optando por Milei en las elecciones generales de octubre? En este sentido, el claro representante del “cambio” no fue ninguno de los candidatos de Juntos por el Cambio -como indicaría su nombre-, sino el candidato de la Libertad Avanza. Rápido de reflejos, luego de la votación Mauricio Macri intentó poner a todos en la misma bolsa: los libertarios y los “cambiemitas”. Pero no hablan del mismo “cambio”. El “cambio” de Patricia Bullrich viene de la mano de uno de los espacios que ya gobernó el país; el “cambio” de Milei viene de la mano de un espacio nuevo. ¿A quién le creemos el cambio?

Casi el 47% de los votantes optó por candidatos que ofrecen una postura más “emocional” que “racional” para afrontar los problemas del país: el 30% eligió a Milei y casi el 17% eligió a Bullrich. Ambos candidatos ofrecieron desde siempre posturas más extremistas con respecto a temas como la economía o la inseguridad (las dos principales preocupaciones de la población argentina).

El cambio de Bullrich viene de la mano de uno de los espacios que ya gobernó, el cambio de Milei viene de la mano de un nuevo espacio

A diferencia de otras elecciones, este año sólo tres provincias optaron por no desdoblar las elecciones de los comicios presidenciales: Buenos Aires (con un peso electoral de casi el 40%), Catamarca y Santa Cruz (ambos con menos del 2% de los electores nacionales). Si bien Buenos Aires y Catamarca cosecharon resultados positivos para el oficialismo, la elección en Santa Cruz no fue buena para Unión por la Patria y quedó segundo. Esto demuestra que la estrategia de anticipar elecciones en las provincias perjudicó de lleno al oficialismo. En un contexto en el que los votantes están descreídos de la política, se les exige ir a votar más veces en el año, como si fuera a propósito. Otra pregunta que cabría hacerse es ¿cuánta energía invirtieron los gobernadores más cercanos al oficialismo para hacer campaña por UP?

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Estamos viviendo una transición de los partidos tradicionales, que cada vez les cuesta más ofrecer soluciones a los problemas de los argentinos. Las principales figuras de ambos espacios, Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri, estuvieron ausentes en las boletas de esta elección. Los dos hicieron una buena lectura del contexto actual. En el caso de UP, Cristina vaticinó una elección de tercios, en la que su espacio intentaría retener al principal distrito nacional: la provincia de Buenos Aires. En el caso de Macri, apostó a apoyar a la precandidata que resultó ganadora y de forma persistente, siempre planteó la unión con Milei, el precandidato que terminó siendo el más votado en las PASO. Pero ¿cómo se camina esa transición? ¿La síntesis de esas dos fuerza es Javier Milei?

Un párrafo aparte merecen las tan criticadas encuestas. ¿Realmente no pudieron prever el impacto de Milei? ¿O el resultado estaba a la vista pero no se pronunció con claridad en los análisis publicados? Las elecciones primarias siempre son más complejas de medir que las generales porque la dispersión de votos es mayor en un contexto con 22 precandidatos a presidente -aunque el 85% del electorado estaba concentrado entre tres fuerzas políticas-.

En general sucede que las encuestas publicadas tienden a ser mediciones con al menos una o más semanas de diferencia con respecto al día de la elección. Tenemos que considerar varios puntos: este año los estudios registraban cerca del 15% de indecisos aún a semanas de la elección (cuando en general ese número ascendió a 5% aproximadamente en otras elecciones a esta misma altura del partido).

Adicionalmente, las encuestas no pueden predecir el comportamiento de esa masa importante de votantes ante hechos que se consumaron posterior a su medición, como por ejemplo el crimen de Morena en Lanús. Este crimen fue “especial” en tanto que representó “cuán roto está el sistema”, favoreciendo el apoyo de Milei como una figura “outsider” (como alguien que no viene de la política y promete el cambio del sistema). Las encuestas no son la única forma de medir la opinión pública, también están los grupos focales (ie reuniones con votantes para hablar sobre distintos temas como la elección). En los grupos que realizamos, tuvimos la posibilidad de escuchar a votantes indecisos y en estas conversaciones había fuertes indicios de que los indecisos en verdad ya sabían a quién votar: Javier Milei. Él era una opción fuerte a considerar, aunque tenían algunos reparos. ¿Será que el crimen de Morena los empujó a optar por el candidato libertario?

Desde hoy hasta el 22 de octubre quedan diez semanas para volver a las urnas. Serán semanas largas para todos, en especial para el candidato de UP, quien también se desempeña como ministro de Economía. El lunes 14 de agosto mostró un mercado que a la desconfianza en la política se le suma la desconfianza en el devenir económico de los argentinos. Como si fuera poco, los próximos informes económicos de inflación y de pobreza golpearán fuertemente en las filas oficialistas.

Desde el minuto cero de la elección, el equipo de UP pensará cómo solidificar a sus votantes y de qué forma ampliar su base. ¿Será convocando a quienes no fueron a votar? ¿Será seduciendo a los desencantados de Horacio Rodríguez Larreta? ¿Será convenciendo a los votantes inseguros de Milei -muchos de ellos jóvenes de bajos recursos- de que la opción para la Argentina es un candidato más racional como Massa?

Por su parte, Patricia Bullrich también tendrá semanas difíciles: primeramente intentando evitar fugas de su espacio. En definitiva ella resultó la tercera candidata más votada en una campaña donde su espacio lleva el nombre de la consigna que otro espacio le arrebató: el cambio. ¿Podrá traer a su molino al voto larretista luego de la interna tan cruenta que vivieron hasta hace horas? ¿Podrá convencer a algunos votantes de Milei que ella es la mejor opción, la más “segura” para cambiar? ¿Podrá convencer a los votantes y/o al propio Schiaretti que la mejor forma de ser competitivos en octubre es bajo el ala de JxC?

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Y por último, pero no por ello menos importante, a Javier Milei también le esperan semanas muy complejas. Ser primero en las PASO, es sin dudas una bendición pero dada la cercanía con las otras fuerzas, es también un desafío. Su base electoral se alimenta de votantes desencantados de UP y de JxC. ¿Veremos a un Javier Milei más de centro en este tramo de la campaña? ¿Se vestirá de “casta política” para atraer a aquellos votantes racionales que no se animaron a sumarse a sus filas en las PASO? ¿O preferirá hacer más extremas sus propuestas, para continuar apelando al voto emocional?

Pase lo que pase en octubre, la dirigencia política debe tomar nota de los mensajes que arrojaron las urnas. La democracia permite expresarnos como ciudadanos y marcar límites a la dirigencia cuando es necesario. El 13 de agosto el mensaje fue contundente, es hora de escuchar.

objetivo ballotage: massa confronta con milei y va por los votos de jxc
el terremoto

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