En nuestro país, el sistema de Ciencia y Tecnología (CyT) está conformado por las universidades nacionales agrupadas en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y 17 organismos de la Administración Pública Nacional (APN) que se encuentran bajo diversas dependencias jurisdiccionales e integran el Consejo Interinstitucional de CyT (ver cuadro). En estos lugares se produce conocimiento en materias tan diversas como la meteorología, los recursos geológicos e hídiricos, la energía atómica, la actividad aeroespacial y los cardúmenes de especies ictícolas de nuestro Mar Argentino. De los 17 organismos, el Conicet es el de mayor tamaño, dispersión geográfica y diversidad de temáticas investigadas.
También juega un rol clave en el sistema la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, ya que es la encargada de canalizar fondos destinados a financiar proyectos de investigación y fomentar la articulación con las empresas.
Actualmente y luego de varios meses a la deriva, la Agencia está prácticamente paralizada: todo su directorio presentó la renuncia ante la falta de respuestas concretas sobre la orientación de la política CyT de parte de su nueva directora, Alicia Caballero. También renunciaron los directores de carrera a cargo de la gestión de sus principales programas de financiamiento, Fontar y Foncyt.
Esta inédita situación en la historia de la Agencia afecta notablemente el trabajo de los equipos de investigación de todo el país.
Las modificaciones en la organización estructural del Estado no son triviales. El Gobierno degradó al Ministerio de Ciencia y Tecnología a nivel de una subsecretaría de la Jefatura de Gabinete de MInistros (JGM), a cargo de Nicolás Posse, con lo cual presupuestaria y administrativamente queda bajo la órbita de una secretaría de esa jurisdicción.
El Conicet también quedó subordinado directamente a la JGM. Para tener una idea del lugar que ocupa la función CyT en el organigrama estatal, basta con decir que la JGM tiene dos secretarías que se ocupan de llevar adelante la reforma del Estado (Transformación del Estado y Función Pública, sin autoridad a cargo, y Simplificación del Estado, a cargo de Josefina Sanz) mientras que, para manejar toda la función CyT, sólo dejó la Subsecretaría de Ciencia y Tecnología, a cargo de Paula Nahirñak. Esta pérdida de jerarquía administrativa desarticula los programas existentes para coordinar y potenciar el sistema CyT y aísla a los 17 organismos que lo componen.
Ley ómnibus XS: bases para el desmantelamiento
En el nuevo proyecto de Ley Bases, que el jueves 25 obtuvo dictamen mayoritario en comisión para tratarse el lunes 29 en el recinto, se establecen modificaciones llamativas en la ley que regula el Empleo Público (25.164/99) y que advierten sobre el intento de desmantelamiento de funciones esenciales del Estado, entre ellas la función CyT. El capítulo IV del proyecto establece que la dotación de la planta permanente de la APN puede quedar en “disponibilidad inmediata”, ya sea porque se cierra el organismo o dependencia donde reviste el agente o -aquí la novedad- porque se determine un exceso de dotación mediante informe emitido por el órgano competente (actualmente bajo la órbita de la JGM).
Si se aprueba la Ley Bases tal cual quedó redactada en el dictamen de mayoría, el Ejecutivo tendrá la posibilidad de desmantelar las dotaciones de cualquier organismo CyT sin necesidad de intervenirlo o cerrarlo, incluso de aquellos que están exceptuados expresamente en los artículos 3 y 6 del capítulo I del proyecto de ley en cuestión. En rigor, toda la planta permanente de la APN que se encuadra en la Ley Marco de Empleo Público está sujeta a quedar en disponibilidad de manera inmediata si se aprueba esta modificación legal, violando el espíritu originario de la ley vigente que protege a aquellos que ingresaron por concurso a la Administración Pública.
La ciencia y la tecnología, ¡afuera!
Durante la campaña electoral de 2023, el ahora presidente Javier Milei manifestó públicamente, en reiteradas ocasiones, que la función CyT no debía estar en manos del Estado. Todos vimos como desguazaba el organigrama al grito de “¡Afuera!” mientras despegaba cartelitos con el nombre de diversos ministerios y organismos.
Embed - La propuesta de Javier Milei con los ministerios
Ante la pregunta concreta por el Conicet, manifestó que había que cerrarlo o, a lo sumo, convertirlo en una dependencia de menor tamaño y jerarquía que se ocupara exclusivamente de investigar temas con impacto económico.
El Conicet reviste especial interés no sólo por motivos ideológicos y políticos, como los que se manifestaron también en la gestión de Mauricio Macri, sino porque es el único lugar de la APN donde periódicamente se abren concursos con evaluaciones de gran rigor y exigencia que producen ingresos a la planta permanente del Estado.
Esta línea de análisis tiene una serie de implicancias que resulta muy relevante subrayar. En primer lugar, las diferenciaciones dentro del campo científico esgrimidas por distintos sectores y la búsqueda de confrontación entre ciencias duras/blandas, aplicadas/básicas es completamente irrelevante en este contexto. En segundo lugar, los despidos, la precarización de condiciones laborales y el vaciamiento de diversas áreas en un marco de amedrentamiento, presencia policial creciente y disciplinamiento es una política de desgaste y erosión, todos fenómenos de extrema gravedad, no deben ocultar el objetivo de fondo del gobierno de Milei en la materia.
Todo indica que el Gobierno va por el desmantelamiento de la función CyT tal cual la conocemos y está buscando la anuencia del Congreso para lograrlo.