TUCUMÁN (Corresponsalía Norte Grande) El equipo del jefe de Gabinete, Juan Manzur, ya comenzó a bajar los cuadros y a embalar los adornos con los que vistió su despacho durante su paso por la Casa Rosada, aventura que comenzó en septiembre de 2021, cuando una carta de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner lo catapultó desde Tucumán a Buenos Aires, tras la derrota del oficialismo en las elecciones legislativas de ese año. Llegó al equipo del Presidente para darle "volumen político" a la gestión que deja luego de 17 meses, en medio de cortocircuitos internos, para ponerse al frente de las elecciones provinciales del próximo 14 de mayo, en las que acompañará al mandatario interino, Osvaldo Jaldo, a quien secundará en la fórmula para que el peronismo continúe en el poder. Si no hay cambio de planes, Manzur reasumirá como gobernador el próximo jueves 16.
En los oídos de la dirigencia peronista tucumana, aún resuenan las palabras que el último martes pronunció Alberto Fernández en un acto que encabezó en el norte provincial: "Ahora vamos a devolverles a Juan a los tucumanos para que trabaje y lleve al triunfo al peronismo". Aunque el regreso se caía de maduro y hubo amagues varios, esa sentencia presidencial desencadenó una serie de especulaciones porque provocará un reacomodamiento en el tablero del peronismo local, que ya pasó por una situación traumática cuando se enfrentaron en las urnas Manzur y Jaldo y se impuso el primero.
Con la convocatoria desde la Casa Rosada para la mudanza del también exministro de Salud, ambos dirigentes llegaron a acuerdos de convivencia y de gobernabilidad porque el vicegobernador quedó al frente de la gestión y llevó a su tropa de confianza a la Casa de Gobierno, aunque la mayoría que persiste en los cargos profesa fe manzurista. Mientras el acuerdo del binomio gobernante se consolidó con los sucesivos meses, por abajo persisten algunas diferencias entre legisladores e intendentes manzuristas y jaldistas, aunque desde lo discursivo todos señalan que la interna quedó atrás. Aplica a este clima una máxima que en el peronismo suele regir cuando se quiere ganar una elección: el verticalismo. Tras las elecciones y dependiendo del resultado, se verá cómo sigue la película.
Se descarta que Manzur retornará la semana que viene para hacerse cargo de la gobernación, por lo que Jaldo volvería a sentarse al frente de la Legislatura. El Presidente ya habría encontrado el sucesor del médico sanitarista, Agustín Rossi, según confiaron fuentes oficiales a este medio, lo que aceleró los tiempos. Consultado por Letra P, un funcionario manzurista de segunda línea de la Casa de Gobierno advirtió que no cree que haya cambios en el Poder Ejecutivo local, aunque admitió que se notarán los diferentes estilos de gestión. "Juan no sigue tan de cerca los pasos de los funcionarios, confía mucho en ellos, aunque tampoco le temblará el pulso si cometen errores, sobre todo, por las elecciones. Además, hará jugar el rodaje nacional e internacional que mostró en la Casa Rosada", apuntó. "El resultado de la elección provincial será, además, crucial para su proyección nacional con vistas a los comicios nacionales. Solo si el peronismo gana bien, tendrá chances de ocupar el binomio que el oficialismo proponga en octubre", agregó.
Este jueves, Manzur recibió a Jaldo en su despacho de la Casa Rosada. Los equipos de comunicación de ambos destacaron que el tema central de análisis fue la ejecución y la proyección de la obra pública para Tucumán. Ante las consultas de este medio, la dirigencia más cercana al binomio coincidió en que es seguro que hablaron del operativo retorno del gobernador en uso de licencia, de "cómo se acomodarán los melones en el peronismo gobernante para evitar chispazos que pudieran afectar la campaña".
Manzur preside el peronismo en Tucumán, estará a cargo de la campaña electoral local y ocupará otra vez la Casa de Gobierno. Es decir, ostentará la suma del poder político; aunque, por la imposibilidad de ser reelecto, acordó con Jaldo que el vicegobernador será el aspirante a sucederlo. Esa concentración es esperada por los intendentes y legisladores provinciales que jugaron fuerte junto a él cuando se produjo el sisma con Jaldo. Aún hoy, pese a los acuerdos posteriores, algunos parlamentarios y jefes municipales no recorren con la misma frecuencia los pasillos de la Casa de Gobierno, como lo hicieron hasta septiembre de 2021. El retorno de Manzur los entusiasma, mientras la dirigencia jaldista espera con cautela.
En estas últimas horas, a menos de 100 días de las elecciones, en Tucumán han comenzado a definirse las listas de aspirantes a las intendencias y a los recintos legislativos por el oficialismo. En la provincia rige la Ley de Acoples, que permite a un partido político anexar sus candidaturas parlamentarias -para la Legislatura como para concejos deliberantes- a una postulación para una función ejecutiva, ya sea provincial o municipal. Como en un sistema piramidal, cuanto más amplia es la base de postulantes a cargos legislativos, mayores son las posibilidades de que una fórmula gubernamental obtenga más votos. Se descuenta que en los tres circuitos electorales en los que está dividida la provincia, habrá candidaturas oficiales (con el sello del Partido Justicialista) y acoples (de partidos provinciales o municipales). También aquí, de acuerdo a un sondeo de Letra P, habrá armados manzuristas y jaldistas que recibirán fondos para la campaña, cuyo volumen dependerá de la cercanía con quienes mandan en la Casa de Gobierno o en la Legislatura.
¿El regreso de Manzur incidirá en la distribución de esas vituallas de campaña? Está por verse.