LA PLATA (Corresponsalía) Ningún candidato amarillo a la gobernación de Buenos Aires está dispuesto a prescindir del respaldo y la experiencia de gestión que pueden aportar 19 intendentes y una intendenta del PRO, jueguen en el team que jueguen. Quizá lo remarquen así en los dos grandes campamentos, el de Diego Santilli y el de Cristian Ritondo, porque no quieren repetir los errores del pasado reciente, cuando –admiten– durante su gobierno Cambiemos se cerró demasiado en un grupo reducido y pagó los costos por falta de tacto con la territorialidad. Están convencidos de que deben llevar adelante el nuevo apotegma de Mauricio Macri de llegar bien preparados para el caso de retomar el poder. Para gobernar, quien gane necesitará también de los derrotados en las urnas y detrás de ambos diputados asoma una tropa de dirigentes de peso que ahora marcan el tiempo de la campaña y después de diciembre podrían ser parte del esquema de gobierno.
Por los distritos que administran y por el lugar que ocupan en la mesa chica del poder bonaerense, sobresalen Néstor Grindetti y Diego Valenzuela. El primero gobierna Lanús desde 2015 y busca meterse en la pelea por la gobernación con el respaldo del expresidente, a quien conoce desde hace cuatro décadas, mientras intenta instalar como su sucesor natural en el pago chico a su jefe de Gabinete, Diego Kravetz. “Voy a ser precandidato, me vengo preparando para eso junto a todo mi equipo”, le dijo a Letra P en una entrevista reciente.
El segundo administra Tres de Febrero desde la misma fecha, aunque con un pasado vinculado al periodismo y los medios de comunicación, lo que –analizan algunos– le da un sello propio para ampliar los márgenes de influencia PRO hacia sectores moderados e, incluso, hacia aquellos que se paran desde la “anticasta”. “El principal problema son los políticos”, admitió el intendente en diálogo con este medio.
Si bien Grindetti y Valenzuela mantienen buena relación, el diálogo entre ellos no es el mismo desde que cada uno tomó distintos rumbos dentro de la interna partidaria. El jefe comunal de Lanús se presenta junto a Ritondo como un integrante del ala dura. De hecho, Grindetti y Ritondo tienen una sociedad para avanzar en tándem en la provincia, lo que los hace descartar una competencia entre ellos. Es más, según pudo saber este medio, en el equipo de uno y otro adelantaron que es muy probable que se pongan de acuerdo en las vísperas del cierre de listas para enfrentar al larretismo bonaerense.
En este último lugar es donde se ubica el intendente de Tres de Febrero, que oficia de jefe de los equipos técnicos de Santilli y prepara una plataforma de gobierno tomando como modelo su distrito, sin descuidar las realidades de cada región.
Antes de hacer público los detalles, tiene pensando llevar esta idea a Macri, haciendo gala de su reputación como moderado, con anexos puntuales en la modernización del Estado y la baja de impuestos. No son muchos más los dirigentes que tienden puentes a un lado y otro de la grieta amarilla.
Por fuera de los distritos, el caso emblema en un dirigente que tiende puentes en todas las direcciones es el de Fabián Perechodnik, que ocupó la Secretaría General del Gobierno de Vidal y hoy ocupa una banca en la Cámara de Diputados bonaerense gracias al respaldo que le da el intendente de La Plata, Julio Garro. Con 25 años de experiencia en consultoría política, análisis estratégico, asuntos públicos y comunicación institucional, suele ser hombre de consulta en todos los extremos de la alianza opositora, por lo que no se descarta que su nombre también esté en un eventual borrador de gabinete.
Ezequiel Galli, de Olavarría, y Martín Yeza, de Pinamar, también representantes de las palomas y los halcones, respectivamente, son observados de cerca por sus trayectorias. Atento a esto, el armador larretista en la Séptima sección electoral le dijo a Letra P que le gustaría ser “ministro de Santilli” después de diciembre.
En el radar de ambas tropas están, también, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel, mandamás de San Miguel e intendente de Capitán Sarmiento, respectivamente. Ambos llevan el traje de precandidatos a gobernador puesto en representación de Patricia Bullrich. Tienen algo en común: ambos fueron ministros, uno de Vidal y el otro, de Macri.
Que la cúpula del PRO haya decidido acelerar la campaña, comenzar a cerrar sus programas de gobierno e incluso, como se mencionó, delinear la conformación de los equipos de gestión no sólo se debe a la propuesta de Macri de prepararse para gobernar, tal como repite en cada presentación de su segundo libro, Para Qué, sino también a la atención que les dan a las encuestas privadas de instalación de imagen e intención de votos.
Isonomía dio cuenta de que Axel Kicillof podría ganar nuevamente con el 33,8%, pero seguido de muy cerca por Santilli, con el 29,5%. Lejos están José Luis Espert, con el 9%; Nicolás del Caño, con el 4,8%; y Florencio Randazzo, con el 3,8%. Una medición de CB Consultores muestra que el oficialismo provincial llega a 31,1%, gracias a 22,9% del actual gobernador y el 8,2% de su jefe de Gabinete, Martín Insaurralde. Otra vez Juntos aparece a un escaso margen, con 28,3 puntos, que lo aportan Santill con 15,4%, Valenzuela 4,2%, y Ritondo 2,9%.
Por supuesto no todas las mediciones son auspiciosas para la oposición. Un estudio de Analogías realizado entre el 17 y el 19 de enero, trabajo que es mirado con detenimiento por el oficialismo y la oposición, marca que el Frente de Todos (FdT) obtendría 33,6% de los votos en la provincia; Juntos, el 19,4%; la derecha de Milei y Espert, medida de manera conjunta, el 16,6%, y el Frente de Izquierda, 5,0%.
Al observar estos números es que un intendente del conurbano le sugirió a Macri en una cena privada de la que participaron pocos dirigentes y empresarios llegar a una alianza con los liberales para intentar ganar el territorio bonaerense. La estrategia, que el exmandatario no descartó, incluiría persuadir al economista de pelos revueltos de impulsar sólo su boleta nacional, sin tracción tramo provincial, a cambio de un acuerdo que le permita pensar en su futuro presidencial en 2027.