El reclamo de Luis Lacalle Pou por la “ideologización” de los discursos y sus críticas a países miembro del foro, el reclamo por la detención de Pedro Castillo en Perú, la idea de Nicolás Maduro para avanzar en la institucionalización del organismo y el planteo previo de Estados Unidos sobre la importancia de la Organización de Estados Americanos (OEA), se llevaron el centro de las discusiones de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se celebró este martes en el hotel Sheraton de Buenos Aires.
Fue el uruguayo quien encendió la mecha cuando planteó críticas a algunos de los países que integran la CELAC y se quejó por los “discursos ideológicos” que se dieron en el marco de la Cumbre. “En la declaración final se habla de la democracia y el respeto a los derechos humanos. Me pareció Justo y razonable, cuando se estaba criticando con razón acciones llevadas adelante por ciudadanos en Brasil que atentaban contra la democracia, decir que hay países aquí que aún consensuando la declaración no están cumpliendo”, disparó Lacalle Pou.
El mandatario del vecino país expresó primero su idea en la reunión privada de los representantes de los 33 Estados de la región y luego la repitió en diálogo con la prensa para dejar sentada en público su observación. Además, Lacalle Pou se refirió a la naturaleza del foro y criticó que se convirtiera en “un club de amigos” con afinidad ideológica aunque calificó como “muy importante” que fuera “el único foro” del que participan América Latina y el Caribe.
“Algunos discursos tienen un profundo contenido ideológico. Los espacios unidos por la ideología son de corta vida, no generan confianza”, dijo el uruguayo. Y fue más allá. “Uruguay no participa ni de Unasur ni de Prosur. Desde nuestro punto de vista son alineamientos que tienen una línea ideológica y no podemos mover todo un país por la ideología que lo gobierne”, agregó. Y excluyó específicamente a Alberto Fernández de esa crítica: "Argentina no tiene un discurso ideológico".
Luego, Lacalle se refirió a la posibilidad de avanzar en la institucionalización del organismo. “En este momento, no creemos que necesite más institucionalidad que este tipo de foros”, cerró. La consideración del uruguayo respondió a una propuesta que había hecho el venezolano Maduro en la participación que hizo de manera virtual.
Desde Caracas, Maduro había planteando la necesidad de conformar una "poderosa" secretaría general del mecanismo regional que "articule todas las iniciativas" de los países miembros. El avance implicaría empezar a conformar una estructura paralela a la OEA, que conduce Luis Almagro y que no estuvo invitada a la Cumbre.
Los países que componen el eje más progresista de la región tienen fuertes críticas a la gestión de Almagro en la OEA, en particular después del papel que cumplió en el golpe de Estado a Evo Morales, en 2019, en Bolivia. Es el único organismo que nuclea a todos los estados americanos. Por eso, los jefes de Estado que asistieron a la Cumbre tomaron nota cuando, desde México, el presidente Andrés Manuel López Obrador valoró de forma positiva el trabajo conjunto “de todos los países” de América, incluidos Estados Unidos y Canadá. Las declaraciones del mexicano sonaron como una defensa de la OEA. Como contrapartida, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva destacó la convivencia latinoamericana y caribeña en la CELAC, sin los gigantes del Norte.
Las alusiones a la OEA tuvieron como antesala la publicación de una declaración por parte del Departamento de Estado en la previa de la Cumbre de la CELAC en la que destaca el papel del organismo que conduce Almagro. “En consonancia con el compromiso de la administración Biden-Harris con los mecanismos regionales pertinentes sobre estos objetivos críticos, el gobierno de EE.UU. reafirma el valor de fortalecer la colaboración regional a través de la Organización de los Estados Americanos (que es la OEA), el principal foro multilateral en el hemisferio occidental”, señala el texto. Joe Biden envió a la Cumbre de Buenos Aires a Christopher Dodd, su asesor especial para América, que se reunirá el miércoles con Fernández.
Otro tema de debate en la Cumbre fue la crisis en Perú, que se dio frente a la presencia de la ministra de Relaciones Exteriores, Ana Cecilia Gervasi, enviada de la presidenta Dina Boluarte, que asumió tras la destitución de Castillo. Durante su discurso, López Obrador habló sobre la “injusta” detención de Castillo. En la misma línea se expresó el colombiano Gustavo Petro. “Perdió los derechos políticos, ¿cómo puede haber un presidente preso sin que haya sentencia, que haya perdido sus funciones constitucionales?”, dijo más tarde Petro en conferencia de prensa.
Tanto Lula como Fernández intentaron bajarle el tono al pedido de liberación de Castillo que circuló entre los asistentes, aunque condenaron la represión. “A la Argentina le preocupa lo que está pasando en Perú. La muerte de más de medio centenar de personas no puede pasar desapercibida para nosotros, queremos ver el modo que podemos ayudar al pueblo para que rápidamente recupere su institucionalidad plena y para que cese la violencia callejera y la violencia institucional que se ha llevado la vida de tanta gente”, dijo Fernández. Y agregó su “enorme preocupación” por el avance de “tanquetas” sobre la Universidad de Lima.