Hace tres años Alberto Fernández derrotaba en las elecciones presidenciales a Mauricio Macri que, como habitualmente sucede con la derecha, había hundido todavía más el país en la crisis que lo afecta desde 2012.
La alianza que constituyó el Frente de Todos llegó al gobierno con Cristina Fernández de Kirchner como protagonista. Ella venía de una muy mala gestión en su segundo mandato y había una enorme distancia entre el relato progresista que usaba y los hechos concretos que asfaltaron el camino del regreso de la derecha reaccionaria de Cambiemos a la Casa Rosada.
En 2019, Libres del Sur decidió apoyar la gestión del Frente de Todos. El país había quedado muy mal económicamente con la presidencia de Macri, en particular con un duro impacto sobre las mayorías populares. Entre otras infamias, dejó un enorme endeudamiento externo con acreedores privados y el FMI por más de 100.000 millones de dólares; dinero que se había fugado rápidamente al exterior.
Al poco tiempo, llegó la pandemia y, en un momento tan difícil, reafirmamos nuestro apoyo. Sin embargo, ya empezamos a observar que no habían vuelto “mejores” como decían. Al vergonzoso “Vacunatorio VIP” para dirigentes y funcionarios oficialistas se le sumó la fiesta de Olivos del Presidente.
A ello se le agregó la pésima y claudicante renegociación de la deuda con los bonistas privados del entonces ministro Martín Guzmán, que contó con el apoyo de Alberto y Cristina. Solo se pateó la deuda un par de años para adelante sin ninguna quita de capital ni rebaja de intereses, como habían hecho Néstor Kirchner y Roberto Lavagna en 2005.
En 2021, el Gobierno continúo pagándole al FMI, es decir, avalando la estafa de Macri en camino a un nuevo acuerdo; y comenzó a ajustar el gasto público.
Quedó en claro dos cosas: 1) Que no harían, más allá del discurso trucho, un gobierno favorable al pueblo que dijeron venir a representar. 2) Que, condicionados por el FMI y dóciles al Círculo Rojo, terminarían siendo no muy distintos en sus políticas al macrismo.
Retiramos nuestro apoyo y pasamos a la oposición, en defensa del interés nacional y de nuestro pueblo. Los 18 meses que transcurrieron desde entonces nos dieron la razón. Aceptaron la estafa y acordaron con el Fondo; lo designaron a Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía para cumplir a rajatabla el ajuste exigido por aquel nefasto organismo; deterioraron los salarios y los ingresos de la inmensa mayoría para garantizarles las ganancias a los bancos, los sojeros y las grandes empresas formadoras de precios; frenaron la economía y, peor aún, la van a frenar más este año.
El 94,8% de inflación en el 2022, el doble de la que dejó el gobierno de Cambiemos, junto al 40% de pobreza y los cuatro millones y medio de indigentes que hay en la actualidad, la mayoría niños y niñas, son la manifestación más contundente del fracaso de este gobierno de Cristina, Massa y Alberto, quien dijo venir a mejorar la situación del pueblo y a sacarlo de la crisis que ya lleva diez años.