La sesión especial de la Cámara de Diputados que convocó el oficialismo para repudiar el atentado contra Cristina Fernández de Kirchner volvió a reflejar en el recinto el nivel de tensión que se respira entre las fuerzas opositoras y el Frente de Todos, aunque la gravedad de lo sucedido obligó a los protagonistas a controlar la virulencia que venían acumulando de las últimas jornadas. Las negociaciones para concretarla comenzaron pocas horas después del ataque que sufrió el jueves la vicepresidenta y concluyeron poco antes de las 13 de este sábado, cuando comenzó una sesión muy distinta a la idea original de la cita.
Hasta el viernes por la noche, tal como contó Letra P, las exploraciones que llevaban adelante las autoridades parlamentarias del FdT no habían llegado a conseguir el respaldo opositor al proyecto de resolución que había redactado la titular de la Cámara Baja, Cecilia Moreau. Este sábado, la legisladora condujo la primera sesión desde que asumió el cargo, hace exactamente un mes. "La verdad nunca pensé que esta sería la primera sesión que me toca presidir, habiendo crecido en democracia", confió la diputada de origen radical y militancia en el Frente Renovador, uno de los socios del panperonismo. Luego comenzaron a ventilarse las dificultades que se registraron desde el jueves por la noche para concretar una sesión que formaba parte de una ofensiva más ambiciosa que parece haberse deshilachado en medio de la negociación de las últimas horas. La sesión en Diputados iba a ser acompañada por otra en el Senado que por ahora no tiene fecha de realización. También quedó en el tintero, al menos por ahora, la iniciativa oficialista de crear una comisión investigadora del atentado.
Los puntos que quedaron en el camino son parte del delicado equilibrio que tuvieron que construir Moreau y el titular del bloque oficialista, Gerardo Martínez para que la sesión no naufragara a último momento. Las concesiones se pudieron conocer apenas la titular del cuerpo leyó el texto que iba a poner a consideración: no era la propuesta original que había redactado, donde incluía alusiones a los discursos de odio. En su lugar fue una declaración mucho más breve que planteó el repudio al atentado, la solidaridad con la vicepresidenta, el pronto esclarecimiento del caso que investiga la Justicia y "la exhortación a buscar caminos que conduzcan a la paz social".
El proyecto fue aprobado por 138 votos en una sesión donde la oposición sólo aceptó bajar al recinto si se respetaba ese texto, que era mucho mas corto que la declaración que acordaron en el Senado el jueves por la noche. La votación se concretó al principio y no al final, como suele hacerse en torno a los debates de este tipo. Fue otro recaudo para evitar que el recalentamiento del debate hiciera saltar todo por los aires en plena sesión o que naufragara la votación. Cuando se concretó, el titular del bloque macrista, Cristian Ritondo, pidió la palabra y confirmó que se iban a cortar solos igual y que dejarían el recinto. "El bloque frente PRO junto al resto de las fuerzas políticas hemos acordado un texto común de repudio. Es por ello que luego de votar la resolución y habiéndose cumplido el motivo de la convocatoria nos retiraremos del recinto", lanzó el exministro de Seguridad bonaerense.
Apenas lo escuchó su colega Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, golpeó su banca con el puño y comenzó a criticar la decisión a los colegas que tenía al lado. El presidente del partido que fundó Elisa Carrió no ocultó su molestia ante dos miembros de la bancada macrista. Sin decir una palabra, María Eugenia Vidal se puso pálida y miró para abajo mientras Diego Santilli afrontó las críticas en silencio. El bloque de la CC eligió no pedir la palabra y se ajustó al discurso que ofreció el titular del bloque radical, Mario Negri. Según supo este medio, eligieron no hablar por el malestar que tienen con la decisión del PRO de no respetar el acuerdo del interbloque, cuando la titular del partido, Patricia Bullrich, todavía no repudió el ataque y en su lugar cuestionó al presidente Alberto Fernández por convocar a un feriado nacional luego del atentado.
Los ánimos ya venían caldeados desde más temprano. Antes de entrar al Congreso, López contestó a una pregunta del canal C5N sobre la jefa del macrismo. "Bullrich es de una generación para la que la violencia era una opción. Lo lamento por ella", espetó antes de ingresar al Palacio. Las palabras mostraron el nivel de discrepancias que hay en JxC, especialmente con la exministra de Seguridad, pero llegaron al recinto en forma contenida y sólo se ventilaron cuando Ferraro le enrostró sus reproches a Vidal y a Santilli.
Con ese mar de fondo, la presencia opositora fue muy ajustada, un número que quedó más en evidencia cuando la bancada macrista se fue y sólo quedaron los lilitos y los radicales. Uno de los negociadores clave de la oposición fue Negri, que por la mañana buscó con Moreau encontrar una salida que no dejara a la oposición expuesta por negarse a participar, ni mostrara al oficialismo en una sesión en minoría sin una decisión concreta.
Uno de los que buscó llamar la atención fue el diputado de ultraderecha Javier MIlei, que pidió la palabra. Se trata de uno de los legisladores cuestionados por no condenar el ataque. “Lo único que a ustedes les importa es cuidar sus privilegios”, dijo el legislador que estaba notoriamente nervioso. Tanto, que cuando salió del recinto protagonizó un incidente de maltrato con una periodista acreditada en el Congreso. Lo había hecho a las apuradas, porque durante su discurso fue abucheado. Apenas terminó se paró y se fue, pero antes siguió a los gritos y mientras cruzaba el recinto les vociferaba a sus pares: "¿Qué se creen que son, que son más que la gente?".