Juntos en el Barro

Otro round Larreta vs. Bullrich condimenta el nuevo almuerzo del PRO

Macri sigue en silencio, pero los eventuales rivales se trenzan por el Vallas-gate. Recriminaciones cruzadas y una reunión este martes para ¿calmar los ánimos?

Horacio Rodríguez Larreta, se convirtió este fin de semana en el centro de las críticas del oficialismo por el Vallas-gate  que derivó en un un 17 de Octubre anticipado en respaldo de Cristina Fernández de Kirchner. Con esa jugada, el jefe de Gobierno porteño, y presidenciable 2023, encolumnó a casi todo Juntos por el Cambio (JxC) detrás suyo, con un Frente de Todos que lo subioó al ring de cara a las futuras elecciones. Cuando la alianza opositora parecía cerrar filas, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, pateó el tablero: desde un canal de televisión lanzó dardos venenosos contra el alcalde. "En la seguridad no podés tener miedo. Cuando tomás la decisión de poner la valla, la mantenés. Y no te corrés de ahí", afirmó la representante del ala dura del PRO, al deslizar que su eventual contrincante interno no estaba preparado para gobernar un país.

 

Fue la punta del iceberg. Debajo de la superficie, el círculo chico de Bullrich no se quedó atrás: en un tono más elevado que el de su jefa política, también salieron al cruce del jefe de Gobierno. Pero el detrás de escena del nuevo capítulo del a interna tuvo sus propios condimentos. La titular del PRO recibió el llamado del principal asesor de Larreta, Juan José Méndez, para sumarse a la conferencia de prensa conjunta en Uspallata de la noche del sábado, una instantánea que se contraponía con la vicepresidenta hablando a la militancia en Recoleta. La exminsistra de Seguridad nunca llegó.

 

“Ella dijo que quería hablar y por eso la invitamos, pero no vino”, se lamentó ante Letra P un dirigente larretista que estuvo al tanto de las negociaciones. “No hay nada que hablar con gente que no tiene carácter para gobernar”, fue la respuesta del bullrichismo.

 

Esta tensa actualidad oficia de un incómodo prólogo para Mauricio Macri: el expresidente se verá las caras con ambos este martes en un nuevo almuerzo del PRO. Sin las vallas en los alrededores de la vivienda de Cristina Kirchner, la comida llegaba con cierta indigestión para Juntos por el Cambio con los ecos del vendaval de Elisa Carrió. La líder de la Coalición Cívica salió en respaldo del alcalde. 

 

El enojo porteño con la forma en la que actuó Bullrich se llevó buena parte de las frases después de la conferencia de prensa del alcalde. Es que con el alineamiento de Macri detrás del jefe de Gobierno, había un escaso margen para nuevas disidencias dentro del PRO. Las quejas contra la exministra de Seguridad incluyeron reproches larretistas por haberla bancado en situaciones como la muerte de Santiago Maldonado y la votación de la reforma previsional en la era Cambiemos en la que se generó una batalla campal frente al Congreso en 2017. 

 

Uno de las suspicacias que circulo con fuerza el fin de semana fue la decisión del sector más duro del kirchnerismo de posicionar a Larreta como el rival político de cara a 2023, por encima de Macri. La vicepresidenta apuntó dos veces contra el alcalde porteño, con dos textos que difundió en la misma semana. Hasta entonces, el blanco predilecto de CFK siempre había sido su sucesor. Que ella lo suba al ring, creen en Uspallata, puede ser un arma de doble filo: cerca del jefe de Gobierno creen que la vicepresidenta lo señala con el dedo con el objetivo de desgastarlo, de mostrar sus errores y minimizar sus aciertos.

 

En las usinas de la Ciudad justifican esa jugada de Fernández de Kirchner bajo la idea de que Larreta es el único de los candidatos del PRO con capacidad de ampliar el espacio. Pero, muy por lo bajo, también aceptan que el timming para quedar en el centro de la escena no es el ideal. Como contó Letra P, el jefe de Gobierno ensayó una serie de cambios en su equipo para buscar mejorar la gestión porteña, para allanar el camino a su campaña presidencial, cuidando los tiempos. Esto lo acelera todo.  

 

¿Cómo se llegó al Vallas-gate? La decisión de instalarlas en la esquina de Juncal y Uruguay, del barrio de Recoleta, fue debatida el pasado viernes en una mesa con tres sillas en las que se sentaron Larreta, el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel y el ministro de Justicia y Seguridad, Marcelo D’Alessandro. La versión más firme indica que Miguel, con el aval del alcalde porteño, fue quien recomendó colocar un cerco policial en la esquina de la discordia, donde se reunió la militancia kirchnerista y se vivieron momentos de tensión entre militantes y la Policía de la Ciudad. "Vamos a ser firmes para que el barrio recupere la tranquilidad", argumentó ese día el funcionario. 

 

“No son decisiones unipersonales, son del Gobierno. No es un funcionario quien toma la decisión, sino la gestión como una unidad”, justificaron en Uspallata ante la consulta de Letra P. Sin embargo, hay quienes no ocultan cierto malestar, al punto de criticar la maniobra que derivó en incidentes transmitidos en vivo por los canales de televisión. “Se pensó en los votos que perdíamos de Recoleta, más que en una proyección presidencial”, se quejó uno de los dirigentes de peso en el gabinete porteño con el diario del lunes.  

 

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Foto NA.

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