Cristina Fernández de Kirchner apuntó este sábado contra el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que ordenó en las primeras horas del día montar un vallado perimetral en las inmediaciones de su departamento en el barrio de Recoleta, para intentar contener las movilizaciones de respaldo del kirchnerismo previstas para la jornada. "Para los macristas: cuidado y protección. Para los peronistas: vallas, Infantería de la Policía de la Ciudad y hasta palos, gas lacrimógeno y gas pimienta como la noche del lunes", comparó la vicepresidenta en una breve carta que difundió a través de sus redes sociales pasado el mediodía. Es la segunda vez en la semana que la exmandataria arremete contra el alcalde: el lunes ya lo había acusado de ordenar la represión policial a la militancia que se acercó a su vivienda, tras conocerse el pedido de 12 años de prisión en el alegato del fiscal Diego Luciani en la causa Vialidad.
Después de cinco días consecutivos de multitudinarias convocatorias de respaldo, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que administra el PRO, instaló en la madrugada de este sábado distintas vallas en las inmediaciones, y dispuso un megaoperativo de efectivos de seguridad, que incluyó distintos carros de asalto. La Cámpora y los dirigentes del cristinismo primero, y la propia expresidenta después, salieron a cuestionar la medida en duros términos. En paralelo se comenzó a gestar una movilización a esa zona de Recoleta.
A través de un breve comunicado de cinco párrafos, Fernández reprochó: "Las vallas colocadas por el Sr. Larreta son algo más que impedir la libre circulación. Son algo más que sitiar a la vicepresidenta de la Nación. Quieren prohibir las manifestaciones de amor y de apoyo absolutamente pacíficas y alegres, que tienen lugar ante la ya inocultable persecución del partido judicial".
En este sentido, aseguró que "la lógica" que utiliza el alcalde porteño es "la misma del Partido Judicial", definición que la jefa del Frente de Todos utiliza para referirse a los magistrados que impulsaron distintas causas en su contra, como las que encabezaron los fiscales Luciani y Sergio Mora al pedir una sentencia de 12 años de cárcel y proscripción de por vida.
Además, la vicepresidenta recordó que "la esquina de Juncal y Uruguay fue objeto de permanentes concentraciones de pequeños grupos de simpatizantes macristas con actitudes amenazantes y agresivas", que con "parlantes y micrófonos amplificaban insultos, agravios y promesas de muerte" en su contra, y que, relató, en ninguna de esas instancias la administración de gobierno porteña los desalojó.
Pese a esto, al cierre de esta nota, agrupaciones militantes, organizaciones políticas, sindicatos y personas autoconvocadas se dirigen al barrio de Recoleta para acompañar a Fernández. En principio, la concentración iba a realizarse este sábado a las 15 en Parque Lezama pero, frente al operativo organizado por el gobierno porteño, se cambió el epicentro para la convocatoria.