Tras las críticas que recibió por su silencio y la detención de un sacerdote en Nicaragua, el papa Francisco se desmuteó este domingo y expresó su “preocupación” por la situación en el país centroamericano y pidió al gobierno de Daniel Ortega diálogo “abierto y sincero” para destrabar la tensión entre las autoridades y la Iglesia nicaragüense.
"Sigo con cercanía con preocupación y dolor la situación que se ha creado en Nicaragua que afecta a personas e instituciones, quisiera expresar mi convicción y mi deseo de que por medio de un dialogo abierto y sincero se pueden encontrar la bases para una convivencia respetuosa y pacífica", expresó el pontífice durante su oración dominical ante las personas reunidas en la plaza de San Pedro en el Vaticano.
Hasta este domingo, Jorge Bergoglio no había expresado una palabra sobre la crisis en ese país, donde las autoridades eclesiásticas denunciaron situaciones de persecución y hostigamiento a la comunidad católica por parte del régimen sandinista; un mutismo que disparó una andanada de críticas tanto de sectores políticos como eclesiásticos.
El Vaticano confirmó, como lo había adelantado Letra P, que el papa había optado por las gestiones reservadas ante el agravamiento de la tensión entre el Gobierno y la Iglesia nicaragüense; y que llegaron a su punto máximo el viernes con la detención del obispo Rolando Álvarez, sacado por la Policía Nacional de la sede de la curia diocesana de Matagalpa, en el norte del país, bajo la acusación de persistir en sus actitudes “desestabilizadoras”.
Las precisiones vaticanas sobre el modo en que Bergoglio venía moviendo piezas diplomáticas, pese a no hablar de la situación en Nicaragua, vinieron de parte del mexicano Rodrigo Guerra, quien está al frente del Pontificio Consejo para América Latina (PCAL) junto con la argentina Emilce Cuda. "Un silencio papal no significa inactividad o falta de decisión, no, nada de eso; significa que se están trabajando en otros planos", diferenció en una entrevista al portal católico Aleteia.
"Atentos al silencio orante del papa, que nunca es un silencio apático, sino es el silencio de un pastor que vela por su pueblo antes que por las posiciones ideológicas", justificó el interlocutor vaticano, y planteó: “Una declaración exaltada puede derivar en consecuencias indeseables”.
Tal como contó este medio, la interna diplomática del Frente de Todos (FdT), desatada por el voto de Argentina a favor de la resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) de repudio a los ataques de Managua a la Iglesia, repercutió puertas adentro de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), donde –al igual que en la política– las posiciones religiosas también se dividen entre quienes adhieren a las condenas del organismo multilateral y quienes suscriben posiciones de no injerencia en las cuestiones internas de las naciones democráticas.