LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) “Mi mayor aspiración es que en 2023, desde el último concejal hasta el presidente de la República lo elijan primero los compañeros del Frente de Todos”. La propuesta lanzada por el presidente Alberto Fernández tras la elección legislativa del año pasado se desinfla al ritmo de la crisis que el oficialismo busca revertir con su última invención, el empoderamiento de Sergio Massa: cada vez son más quienes estiman que una gran Primaria Abierta, Simultánea y Obligatoria (PASO) es una mala estrategia y que será necesario un peronismo amplio y abroquelado en la carrera electoral de 2023.
Mientras toda la dirigencia del Frente de Todos (FdT) coincide en la obviedad de que lo primero es la economía, comienza a instalarse entre las tribus bonaerenses la inconveniencia de meterse en el barro de la disputa interna. “La vorágine actual no permite todavía trazar ninguna estrategia, pero con el panorama de hoy, difícilmente la mejor opción sea enredarnos el año que viene en discusiones internas; si la lógica impera, deberíamos abroquelarnos para enfrentar a la oposición”, resume a Letra P un intendente del conurbano.
El análisis de diferentes fuentes consultadas por este medio es coincidente y abarca los tres niveles de gobierno, el nacional, el provincial (Buenos Aires) y el municipal. En el primero, destacan la falta de opciones para pelear la primera magistratura. “No puede pasar que la interna la gane un candidato fuerte dentro del votante del Frente de Todos, pero débil para sumar el voto moderado”, analiza un legislador bonaerense. En ese sentido, el tigrense -que mañana dejará la Cámara de Diputados para tomar el control del superministerio creado a su medida- parece ganar chances.
En sintonía, es casi un hecho que no habrá interna para dirimir la candidatura por la gobernación de Buenos Aires, donde el gobernador Axel Kicillof es número puesto para buscar la reelección. “Es número puesto”, afirma un referente del Frente Renovador (FR), en línea con la sociedad de socorros mutuos de ambos dirigentes. En el Gobierno provincial prefieren no hablar de estrategia electoral alguna. “Hoy nadie piensa en las PASO, todos estamos pensando cómo se soluciona esta crisis política y económica; no nos preocupa, es adelantarse a las circunstancias, comerse la cena en el desayuno”, graficó a Letra P un funcionario de primera línea de Kicillof.
La lógica anti-interna prevalece incluso en los municipios. Una de las claves para la elección, analizan, será la tracción de los intendentes e intendentas del peronismo, especialmente en el conurbano bonaerense, y no parece una buena idea presionar plantando candidaturas que los desafíe. La excepción serían los municipios gobernados por la oposición. “Esa es otra historia”, distingue un dirigente con asiento en la Tercera sección y en la misma línea se expresa uno de La Cámpora con acceso a la cúpula de la agrupación conducida por Máximo Kirchner: reconoce que probablemente sea tiempo de posponer aspiraciones y destaca la sociedad de su jefe político con intendentes.
Incluso el Movimiento Evita, que está trabajando en el armado de un partido político y que fogonea candidaturas en los municipios para competir por las intendencias, reconoce las bajas chances y la inconveniencia de que se concreten las internas. “Somos conscientes de que competir en internas es una batalla sin sentido; puede ser que pongamos algunos candidatos a competir donde tenemos más chances, pero no mucho más”, dice un dirigente de la agrupación que liderea Emilio Pérsico que aspira a competir por una intendencia ubicada en el Gran Buenos Aires.
En paralelo, la dirigencia consultada destaca la necesidad de que quienes empuñen la lapicera sean amplios a la hora de conformar las listas. “Hay que evitar heridos; no es tan cierto que el que gana conduce y el que pierde acompaña… hay que mirar las elecciones de 2019 en La Plata o Tres de Febrero”, ejemplifica un dirigente del interior bonaerense y pide “no dejar heridos por sectarios (…) necesitamos a todos adentro”.