ROSARIO (Corresponsalía de Santa Fe) El corazón industrial santafesino está inquieto. El gobernador Omar Perotti, también. La incertidumbre sobre el acceso a dólares para importar insumos y poder producir puso en estado de alerta a varios empresarios y también a los planes del gobernador. Hay una fecha y promesas, pero reina la incertidumbre. “En un mes mejora todo cuando se deje de importar gasoil”, palabras más palabras menos, sostuvo el ministro de Producción, Daniel Scioli, esta semana en la reunión con el gobernador santafesino. En otras palabras, se hace carne el viejo teorema de "pasar el invierno". No es nueva la frase, al contrario, es a la que le reza el equipo económico y, sobre todo, Miguel Pesce, titular del Banco Central, quien acumula pedidos para que abra la caja, famélica, de dólares, que en un mal movimiento podría pasar a ser la de Pandora.
Esa inquietud del sector y de la dirigencia pasó a las acciones durante la última semana en donde la brecha y las restricciones cambiarias fueron noticia. La pregunta no pasa por si alcanzan los dólares del Central para todos, está claro que no; la cuestión es la sobrevivencia de cada empresa para poder ser privilegiados. Si la frazada es corta, mejor apurarse, repiten en Santa Fe, de enorme matriz productiva. Por eso hay dos tipos de pedidos, los generales por sector y las particulares por la situación de alguna empresa puntual.
Hay reuniones oficiales con fotos incluidas, pero abunda la rosca informal con empresarios y operadores. Hay negociaciones con la mesa chica del Central, y hasta con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), que dirige el industrialista José De Mendiguren, para que prefinancie exportaciones. Entre las fotos oficiales se destaca la del gobernador y su ministro de Producción, Daniel Costamagna, con el ministro Scioli y el secretario de Industrias Pymes, Guillermo Merediz, clave en la coyuntura actual. Sobre todo porque Perotti insistió en que se garanticen los dólares para que puedan importar, principalmente, esas firmas, según comentó a este medio Costamagna. De paso se trajo líneas de financiamiento por $2.500 millones para ese tipo de empresas; eso fue lo que más se destacó oficialmente. El gobernador puso en la lista a empresas de alimentos, salud y algunas estratégicas. ¿Cuáles ingresan en esta última categoría? Por ahora los actores no lo saben, y piensan que puede quedar liberado a la arbitrariedad más que a la necesidad.
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Luego del encuentro con Scioli, Perotti explicó que “estar en una coyuntura difícil con alguien que entiende, que tiene diálogo y que pone sus equipos a disposición ayuda a transmitir certeza a los actores”. El gobernador expuso el buen vínculo con el ministro, tal como contó Letra P; incluso se llevo una buena respuesta al pedirle que desembarque en Santa Fe, algo que no le cuesta demasiado al exgobernador bonaerense, para consolidar proximidad con empresarios. Esta vez no a industrias de fierros como han hecho varias veces, sino al sector agtech y proyectos de base tecnológica. Es una terminal a la que Perotti apuesta y tiene estrechos vínculos.
El desafío de Perotti
¿Por qué la situación inquieta a Perotti y lo pone a activar contactos? El caballo de batalla de la gestión provincial y, sobre todo, en términos personales es lo productivo. Hasta se podría decir que es en el único tema que puede demostrar iniciativa sólida y logros.
La lógica a la que apela Perotti es simple aunque no siempre eficaz: si somos los que más aportamos a la balanza comercial, por más que sea de la exportación de granos o subproductos, no viene al caso, merecemos primer lugar en la fila para pasar por ventanilla. Eso es alambrar. Pero también puede tener riesgo de engancharse en las púas.
Perder terreno y que "lo duerman” con semejante matriz productiva tendría implicancias ruidosas. Los empresarios remarcan, y el propio gobernador lo hizo en las gestiones nacionales, que Santa Fe aporta muchas divisas y no hacer rendir eso es un gol en contra. "No está bien que la industria santafesina esté sin dólares", presiona en contacto con Letra P, el titular de una firma de base tecnológica.
Perotti está ante el primer desafío complejo de una crisis económica que mostró todos los dientes. Se puede destacar su lobby por el biodiesel ante la crisis del gasoil. Lo cierto es que, hasta el momento, defendió o se plantó ante políticas puntuales difíciles de torcer, como el cierre de exportaciones de carne o retenciones, pero ahora tiene que maniobrar fuerte.
Postales
Hay algunas postales que grafican la complejidad y alboroto que existe en la industria de todo el país y en los malabares que debe hacer el Banco Central. La fábrica de electrodomésticos Liliana, del Gran Rosario, se encuentra ejecutando un plan de inversión para sustituir importaciones y ampliar su capacidad productiva en un 50%, sumar 500 trabajadores y ampliar la planta en 12.000 metros cuadrados tras un crédito del Banco Nación. El anuncio fue en febrero pasado con la presencia del jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el entonces ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Hoy tiene problemas para importar algunas piezas. “Invierte, toma gente, amplía, y no le dan los billetes”, sostiene alguien que conoce de cerca el problema.
Otro caso de inconvenientes para acceder a la pecera verde es la rosarina AFG Ingeniería, dedicada a la industria 4.0, procesos de automatización, robótica y desarrollos en líneas de producción. Importa no sólo insumos sino servicios que debe frenar. Se le suma la metalmecánica Illinois que fabrica a gran escala juntas y repuestos. Hay un detalle: exporta más de lo que importa. Es decir que cumple en su aporte a la balanza comercial, pero igual no tiene la bendición.
Las grandes firmas radicadas en Santa Fe también están en el baile, pero su peso genera que directamente se encarguen de gestionar con las autoridades nacionales problemas de cupos o regulaciones. Es el caso de General Motors a través de Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) y Acindar, el gigante siderúrgico que, según supo Letra P, no tiene por el momento problemas de producción, aunque sí están atentos a que las regulaciones no dificulten el acceso a las materias primas, sobre todo mineral de hierro que trae de Brasil, y que lleguen en tiempo y forma. Demoras en las autorizaciones en este tipo de empresas implica mermar la producción y desatar problemas en la cadena.
Entre lo revuelto y complejo de la situación hay pirotecnia entre el empresariado. Por lo bajo se empezó a señalar al sector de la maquinaria agrícola por estar en un oasis y quejarse de lleno. El Gobierno nacional empuñó ese rubro ni bien terminó la cuarentena como trofeo para demostrar repunte económico, algo indiscutible. Lo que cuestionan algunos industriales es que la dirigencia y empresarios del sector, vinculados estrechamente con el campo, salen a criticar la situación actual pero tuvieron beneficios enormes en el último tiempo, como créditos subsidiados, y no paran de facturar a niveles envidiables. De hecho, tienen aseguradas ventas hasta el año que viene. Una lengua filosa dice que “tienen coronita y la cara dura”.