La Unión Industrial Argentina (UIA), comandada por Daniel Funes de Rioja, destila resignación cuando sincera un análisis surgido de sus propias entrañas y que pronostica la llegada, en un futuro no muy lejano, de una "fuerte desaceleración" de la actividad económica en general, un sinónimo de recesión, con epicentro en la producción manufacturera nacional. Mientras que el campo, que este miércoles volverá a las rutas, decidió pisar liquidaciones a la espera de una devaluación abrupta provocada por el mercado; y la construcción entró en alerta por las esquirlas del ajuste del estado que impacten en la obra pública; los industriales decidieron admitir que la falta de reservas para pagar las importaciones que necesitan las fábricas locales para sostener la demanda y la reducción de incentivos al consumo, en coincidencia con la pérdida de poder adquisitivo de la población en general, golpearán en la producción.
Según pudo saber Letra P, en los pasillos de la sede de la entidad centenaria se multiplicó el temor por un "ajuste por recesión" que provocaría el modelo de reducción de gastos que anunció el lunes la ministra de Economía, Silvina Batakis. Si bien el Gobierno juró que el plan es sostener el crecimiento de la actividad, en la UIA consideran "inevitable" la caída en desgracia de la producción, porque de esa manera "el control de la inflación se hará por enfriamiento de la economía". Poca confianza entre los industriales parece generar el coro alineado del ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, y el presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Ángel Pesce. "No queremos aplicar ninguna receta recesiva", afirmó este martes el titular de la entidad monetaria.
"Es ajuste por baja de actividad. La realidad muestra que se mantiene la incertidumbre y las grandes compañías que tenían que entrar productos, no los están trayendo. Y los grandes distribuidores de productos químicos y petroquímicos no están entregando a nadie, porque no saben a cuánto van a poder pagar para reponer el stock", le dijo a Letra P uno de los que participantes en la mesa de decisiones de la UIA. Lejos de ver soluciones, en el Círculo Rojo productivo alertaron que "van pasando los días y las cosas se complican cada vez más". "Los que entregan lo hacen a valor dólar libre o contado con liquidación (CCL), lo que implica que una transferencia de esa diferencia al costo. Se va todo a las nubes y es realmente impagable", advirtió el dueño de una empresa industrial de las denominadas grandes.
En la UIA, que pasean por las oficinas oficiales y despachos legislativos con el Libro Blanco de propuestas para una reindustrialización federal, empezaron a ensayar esquemas de acción de corto plazo. "Las propuestas son para conformar un país con el aval de todos los espacios. Es una política de Estado. Pero si las condiciones actuales empeoran, los proyectos serán inviables para un país que se debatirá entre las necesidades urgentes y la imposibilidad de generar recursos por falta de recursos genuinos. Por eso es que, si bien creemos que el modelo de Nación es el que conformamos con todos los actores industriales, hoy debatimos cómo encontrar un punto de partida viable", aclaró uno de los empresarios que suele sumarse a las convocatorias oficiales.
Los industriales pusieron a todo el equipo técnico de la casa centenaria a detallar las prioridades de la economía. Ese paper está en pleno desarrollo en estos momentos, aunque según pudo saber Letra P, apuntará a la necesidad del país de recibir "un shock de inversiones para fortalecer el mercado interno y crear empleo". "No luce viable, dada la historia argentina, una estrategia de desarrollo solamente basada en salarios bajos, como han hecho otras economías", es un razonamiento que sintetizó un industrial pero repetido entre sus pares.
Casi como una advertencia ante la posibilidad "inevitable" de ingresar en un período de recesión ante los problemas económicos y financieros por los que atraviesa el país, desde la UIA apelan a las "naciones exitosas" como un modelo de desarrollo en base a "un mercado interno fuerte para sostener los costos fijos de la exportación". "La Argentina importa bienes con alto valor agregado. El desafío es, también, exportar bienes y servicios de alto valor agregado y darle sostenibilidad macroeconómica al proceso de crecimiento", consideraron a este medio en la casa que agrupa a las fábricas más importantes del país.
Este jueves, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) revelará el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que podría estar incluso por encima del 5,1% que se registró en mayo, lo que probaría el fracaso el plan del exministro de Economía Martín Guzmán en contener la inflación. Según los marcados indicios rescatados en la primera semana de julio, con la turbulencia que generó su renuncia, la aceleración habrá logrado un sprint que dejaría al acumulado de remarcaciones anualizadas por encima del 85%.
En ese contexto, los industriales aclararon que no podrán trasladar toda la suba de costos necesaria y que comenzaría, incluso, una sangría de empleo. "Uno de los costos de la recesión forzada será un enfriamiento de la economía, que incluso pueda aumentar en 2 o 3 puntos el desempleo", estimó a Letra P un ejecutivo de una empresa poderosa del país.