JUNTOS EN EL BARRO

Gradualismo vs. shock, la grieta de los think tanks del agro en JxC

Cada partido de la coalición tiene su propio libreto para el campo. Agendas similares con diferencias en los plazos. Retenciones, la "piedra filosofal".

ROSARIO (Corresponsalía Santa Fe) Las discusiones que tensionan las relaciones entre los socios de Juntos por el Cambio tienen su capítulo campestre. El dilema gradualismo o shock llegó al núcleo de las fundaciones que ofician de think tanks de la coalición opositora en materia agropecuaria. “Se está trabajando en conjunto, pero en algún momento tendrá que haber una cumbre global para unificar un programa”, destacó un dirigente del entorno de la mesa chica nacional de JxC.

 

La conducción de la alianza se reunió el viernes pasado en Córdoba para dirimir cuestiones internas, pero, también, para escuchar al sector productivo. La sede fue la Sociedad Rural de Río Cuarto, un mensaje al sector agroindustrial sobre el rol que quiere darle en el plan de gobierno que pretende desarrollar desde diciembre de 2023. La entidad cosechó una afinidad especial con el expresidente Mauricio Macri, quien la visitó en varias oportunidades y fue declarado socio honorífico.

 

Cada partido que integra la coalición cuenta con su propia fundación y tiene su agenda de políticas para el campo. Si bien coinciden en la gran mayoría de los objetivos, surgen las diferencias a la hora de definir el camino para llegar a esos objetivos. “Estamos haciendo planes convergentes, pero no son iguales”, sostuvo otro asesor técnico. Uno de los principales conflictos se genera a la hora de discutir las retenciones: gradualismo o shock es la cuestión.

 

Las fundaciones trabajan en el plan de gobierno en base a los lineamientos de cada partido. Actualmente, quienes se sientan a discutir el agro dentro de JxC son la Fundación Pensar, que trabaja en el programa del PRO; la fundación Alem para el radicalismo y el instituto Hannah Arendt para la Coalición Cívica. Ahora, se sumó el espacio de Miguel Ángel Pichetto. Cada sector tuvo su representante en Córdoba para escuchar los reclamos de la agroindustria. Además, adelantaron los principales conceptos que buscarán trabajar.

 

La Fundación Pensar tiene como principal referente del agro al expresidente de la Sociedad Rural y ministro de Agroindustria de Macri, Luis Miguel Etchevehere. En este equipo también trabajan exfuncionarios como Ricardo Negri (expresidente de Senasa), Leonardo Sarquís (ministro de Agroindustria de María Eugenia Vidal), Guillermo Bernaudo (exsecretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación) y el diputado Pablo Torello, entre otros exfuncionarios de la gestión de Cambiemos.

 

El radicalismo se recuesta en su programa agropecuario de los alfiles del sector de la Fundación Alem. El actual diputado por Formosa y presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería, Ricardo Buryaile, encabeza el equipo de trabajo para el campo en el think tank boinablanca. 

 

La Coalición Cívica, en tanto, se refugia en el equipo de trabajo del instituto Hannah Arendt. El diputado bonaerense y productor agropecuario Luciano Bugallo es uno de los dirigentes que está detrás del armado para el agro. En el equipo también trabajan la exdiputada por Santa Fe Lucila Lehmann, el concejal de Junín Rodrigo Esponda y el concejal y referente del partido en Mercedes, Martin Bossi, entre otras figuras que provienen de la actividad agropecuaria.

 

Por su parte, Pichetto y Ramón Puerta fueron los referentes del partido Encuentro Republicano Federal a la hora de escuchar al sector en Córdoba. También fueron los encargados de transmitir la mirada que tiene el equipo del auditor general de la Nación en materia de agro.

 

Retenciones, la piedra filosofal

Presión impositiva, retenciones, apertura de mercados externos, eliminación de cupos, financiamiento, infraestructura, desburocratización y potenciar la ganadería son los objetivos que, en mayor o menor medida, sostienen todas las fundaciones. Sin embargo, las diferencias comienzan cuándo se plantean los plazos y, en algunos casos, las formas. “Hay quienes tienen la piedra filosofal de las retenciones”, sostuvieron en el radicalismo a Letra P como crítica a la idea de que la eliminación significa la solución de todos los males, aunque aclararon que deben ser reducidas.

 

En el espacio de trabajo del PRO, la mirada es parcialmente distinta. “Hay diferencias que tienen que ver con los plazos; no hay diferencias en cuanto a la mirada del agro”, sostienen. Sin embargo, abren el paraguas y aclaran: “Hay que ver la macro”. La realidad es que parte de estas decisiones también se tomarán en consenso con el área técnica en materia económica, se animaron a decir. 

 

En el espacio de la Coalición Cívica comparten que las retenciones son un impuesto distorsivo. Al mismo tiempo, entienden que las cuentas fiscales deben estar equilibradas. “Las diferencias surgen en cómo se ejecutan”, comentaron en el espacio de Elisa Carrió a este medio.

 

Todos los espacios sostuvieron que trabajan en acordar y dirimir un plan de gobierno “real y ejecutable”. “En lo macro estamos de acuerdo. El campo es un aliado necesario para el desarrollo del país”, remarcan con palabras más, palabras menos la mirada común de las fundaciones.

 

Con vistas a esa “cumbre global” para unificar un programa, cada espacio trabaja en su plan para el agro. Sus referentes reconocen que la diferencia está en los plazos y señalan que la discusión está en “mayor o menor gradualismo” y en cómo se equilibran las cuentas fiscales. En definitiva, remarcó un asesor técnico, en qué plazo se “reordena de la economía”.

 

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Pobreza

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