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Festival de importaciones: Scioli busca recuperar la lapicera de Pesce

El Banco Central concentra, desde marzo, el poder de aprobar compras al exterior y licuó el peso político de Desarrollo Productivo. Optimismo en el ministerio.

Daniel Scioli pondrá en marcha el plan "sciolismo puro" y cambiará crisis por oportunidad, por el terremoto interno que produjeron las nuevas críticas de Cristina Fernández de Kirchner, para la búsqueda de recuperar la lapicera que hoy ostenta el presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Ángel Pesce, para administrar los dólares disponibles para las importaciones. Con esa movida, el nuevo ministro buscará robustecer el poder político de la cartera de Desarrollo Productivo y, de esa manera, cumplir con la promesa que les dejó este martes a las empresas industriales de redireccionar los cupos para las compras en el exterior y pisar el ingreso de productos terminados.

 

La queja de las fábricas es la doble ventanilla que deben visitar para lograr la aprobación de las importaciones de insumos para la producción, debido a que desde marzo pasado el BCRA, a través de la Comunicación "A" 7466, se quedó con la última palabra para catalogar como prioritaria la lista de compras externas, más allá del visto bueno que otorga el palacio productivo. Esa potestad quedó en manos de Pesce cuando se agudizó el problema de la falta de divisas en las reservas del Tesoro y fue una de las quejas que los empresarios alzaron por considerarlo como un refuerzo del cepo importador. Por entonces todavía estaba el renunciado Matías Kulfas, eyectado por el off-gate

 

Según pudo saber Letra P de fuentes oficiales, la denuncia de la vicepresidenta por la "lluvia de importaciones", que incluía un rol debilitado del Ministerio de Desarrollo Productivo, le servirá al exembajador en Brasil para recuperar el poder de discriminar las prioridades y que esa definición reemplace el "carácter técnico" por una "decisión política". El flamante ministro ejecutó un shock dialoguista cuando realizó un reciente rally de visitas a las grandes industrias de la Unión Industrial Argentina (UIA) y a un sector de las pymes enroladas en la Confederación General Empresaria de la República Argentina (Cgera), y dejó mensajes claros: su llegada al Gobierno trae aparejada la subordinación de las políticas financieras a las productivas.

 

Lo primero que forzará Scioli, según confiaron fuentes gubernamentales, es pasar de categoría "A" a la "B" a determinados pedidos ingresados al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) para obligarlos a financiar las compras de productos que no sean de primera necesidad de la industria. Otro punto que está en carpeta la revisión del listado de productos que integran las Licencias Automáticas (LA) y las Licencias No Automáticas (LNA), con la idea de reforzar los controles en la importación, en donde predomine la administración con perfil productivista. Sucede que "la lluvia de importaciones", denunciada por Cristina Kirchner, parece tener como actor principal a los comerciantes que ingresan al país productos terminados.

 

Por caso, los productos metalúrgicos representan casi el 50% de la importación industrial y, según un informe de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra), en base a los datos de Comercio Exterior del primer trimestre, en la primera parte del año se dispararon sus ingresos pero sólo en su categoría de productos terminados, lo que implica que los insumos necesarios para aumentar la capacidad de producción local o sustitución de importaciones se mantuvieron estables. En términos generales, las importaciones crecieron más de 30% mientras que las exportaciones se incrementaron un 14%. Allí pesaron las máquinas y equipos, que crecieron en compras por encima del promedio.

 

Desde el entorno de Scioli soltaron algunas pistas de lo que vendrá. En la reunión que mantuvo el ministro con la UIA este martes, se deslizó la posibilidad de un cambio de categoría en las importaciones, pero "no quedó nada claro, porque fue a la salida de un encuentro corto y con agenda comprimida", según le dijo a Letra P uno de los industriales presentes. Para los empresarios, como contracara del perfil técnico de Kulfas, el "peso político" de su sucesor le "permitirá recuperar funciones que habían sido relegados en la gestión anterior", con la "garantía" de mantener el status quo en los mandos intermedios.

 

De hecho, Scioli llevó a sus encuentros con UIA y Cgera, además del cierre de la jornada con la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), a los secretarios Ariel Schale (Industria) y Guillermo Merediz (Pymes) como una señal tras el traumático reemplazo. “Es una garantía para la continuidad de los programas y las políticas públicas que se implementaron en este Ministerio, porque hay que dar tranquilidad, previsibilidad, continuidad y hacer las correcciones que haya que hacer”, ratificó una el exgobernador.

 

Y sobre sus primeras charlas con los industriales, puntualizó: "Coincidimos en la importancia de que el país priorice insumos para la producción a la hora de importar, por lo que no comparten la judicialización del comercio exterior. También estuvimos de acuerdo con lo dañinas que son las importaciones especulativas que aprovechan el doble tipo de cambio para acumular stock”.

 

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