No se fue en silencio. Matías Kulfas, víctima del off-gate, le llevó su carta de renuncia a Alberto Fernández este lunes, a 48 horas del tuit de Cristina Fernández de Kirchner que sentenció su salida del Gobierno. El exministro de Desarrollo Productivo le dejó al Presidente una explosiva misiva de 14 páginas en las que despliega una defensa encendida de su gestión, críticas al "internismo dentro del internismo" en el área controlada por La Cámpora y una justificación a su off the record para poner en duda la licitación del gasoducto Néstor Kirchner. Como si fuera poco, le reprochó a la vicepresidenta, por "injusto", el mandato de usar la lapicera.
En un extraño giro argumental, horas más tarde, pasadas las 21, la administración albertista salió a desligarse del pensamiento del exfuncionario, con pasado compartido con el mandatario desde el Grupo Callao. "El Gobierno Nacional rechaza las acusaciones vertidas por Matías Kulfas en su carta de renuncia y no comparte los conceptos sostenidos en ese sentido", publicó en un tuit la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti. Y en otro agregó: "El Presidente está convencido de la necesidad de seguir trabajando por la unidad de la coalición de gobierno, construyendo acuerdos en la diversidad y gobernando con plena transparencia en todas las áreas". El jefe de Estado retuiteó a su vocera.
La "aclaración" responde a la lógica de Fernández, contada por LetraP, de bajar los decibeles de la interna que atraviesa al Frente de Todos, que tuvo una foto de reencuentro del Presidente y la vice el viernes pasado, un día antes de que Kulfas fuera echado por el escándalo del off the record. La bajada de línea oficial es evitar hacer más olas, ya sea frente o fuera del micrófono. De esta forma, un silencio ante el tono de la despedida de Kulfas ponía en riesgo la reciente tregua con el Instituto Patria, después de haberle dedicado otro gesto al cristinismo con la presentación del proyecto de renta inesperada.
"Ratifico lo dicho el viernes al finalizar el acto aniversario por los 100 años de YPF en Tecnópolis: si algo cabe reprocharse respecto al contenido nacional de los insumos del gasoducto, eso debe atribuirse pura y exclusivamente a las características de la licitación realizada por la empresa IEASA, cuyos miembros, al igual que el equipo de la Secretaria de Energía, responden políticamente a la Sra. Vicepresidenta", insistió Kulfas en un párrafo dedicado al escándalo. No menciona el mensaje enviado por WhatsApp, sino que cita un entrevista que le realizaron en radio. "Fueron declaraciones que realicé en on, y que quedaron registradas por la radio AM 750 y formuladas ante varios periodistas allí presentes. Huelga adicionar la injusta acusación que la Sra. Vicepresidenta le formulara al señalarle que usted tiene que 'utilizar la lapicera'", aprovechó para criticar a Cristina Kirchner.
Gran parte de las 14 páginas es dedicada a una enumeración de lo que Kulfas considera logros de su paso por el ministerio. Incluso, aprovecha para criticar a la oposición: "Contrariando a cierto discurso según el cual 'las empresas se están yendo del país y nadie quiere invertir en Argentina', la inversión productiva se expande con vigor", escribió. Sin embargo, es la excepción a la regla: la mayoría de los reproches va dirigida a la interna del Frente de Todos.
Algunas menciones son un tanto disimuladas. "La política industrial implementada, en acuerdo con terminales automotrices, autopartistas y sindicatos, fue exitosa, desmintiendo a todas luces la idea de que no es posible generar resultados positivos a partir del diálogo, la negociación y el consenso", redactó Kulfas. La alusión, igual, es obvia: rechaza el reclamo cristinista de mayor firmeza en las charlas con el Círculo Rojo. Precisamente, con la alusión a la "lapicera", ese fue el contexto de la chicana de la vicepresidenta a Fernández por Techint, que derivó en el off-gate.
Sobre los roces con La Cámpora, que administra el área de Energía, Kulfas recuerda el Plan Gas 2020. "Si bien estaba listo en julio, rápidamente aparecieron las voces críticas desde un sector de los entes reguladores, que decían que nuestra propuesta era antieconómica, con precios en torno a U$S 3,50 por millón de BTU a los cuales consideraban 'caros'. Vaya paradoja, consideraban caro un precio que estaba por debajo de los niveles históricos del gas importado y por el que hoy se paga en torno a los US$ 30 y se llegó a pagar en el mundo en torno a los U$S 48", deslizó y añadió, explosivo: "Qué bueno que no les hizo caso a esas personas, Sr. Presidente, no hay que entender mucho de economía para darse cuenta (de) los graves impactos en nuestra balanza de divisas que hubiésemos tenido".
"El debate sobre el Plan Gas fue tan desgastante y absurdo que derivó en el traspaso de la Secretaría de Energía al Ministerio de Economía, pero finalmente primó la racionalidad, se aprobó, y usted reconoció públicamente hace pocos días mi intenso trabajo y el de los equipos técnicos de entonces para que se pudiera llevar a cabo, cosa que una vez mas le agradezco", cerró el exfuncionario.
Kulfas le dedicó un capítulo al tema de los subsidios, mientras está en stand-by la segmentación tarifaria. "El segundo desafío era salir del desquiciado sistema de subsidios a la energía que rige en nuestro país desde hace dos décadas, el cual tiene un enorme costo fiscal, es socialmente injusto, centralista, antifederal y prorrico", arranca Kulfas. "Como peronista me avergüenza cada día que pasa en el que el Estado argentino subsidia la energía de hogares acomodados de la ciudad de Buenos Aires o la zona norte del gran Buenos Aires, hogares que no necesitan, no solicitan ni valoran esos subsidios", reprochó y apuntó directo contra el camporismo. "El equipo de la Secretaría de Energía no fue capaz de diseñar un sistema de
segmentación de tarifas y cobrarles a los ricos y sectores de ingresos medio-altos una boleta de luz y gas sin subsidios", acusó.
Al hablar de Vaca Muerta, insistió: "Una vez más, los avances fueron lentos, signados por un internismo exasperante dentro del propio equipo de la Secretaría de Energía, es decir, internismo dentro del internismo". "Asimismo, se produjeron las demoras del caso en el inicio del gasoducto Néstor Kirchner, que ojalá pueda iniciarse rápidamente porque representa una posibilidad concreta de lograr el autoabastecimiento gasífero y luego avanzar en la estrategia exportadora, pero se ha perdido tiempo muy valioso que nos cuesta millones de dólares en importaciones", afirmó Kulfas al introducir el párrafo en el que, esta vez por escrito, en on, repitió el argumento del off the de record que tanto molestó a la vicepresidenta.