La decisión porteña de ponerle fin la obligación de utilizar barbijo en lugares cerrados remarcó la grieta entre el gobierno nacional y la administración de Horacio Rodríguez Larreta. La primera muestra de desacuerdo la exhibió la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT) que, a través de un comunicado, reafirmó que el uso de la mascarilla “continúa siendo obligatorio dentro de las unidades para pasajeros, pasajeras y el personal de la conducción”.
“El gobierno porteño dice que el barbijo deja de ser obligatorio en la Ciudad, pero en lo que es Nación, que comprende trenes y colectivos, sí se tiene que usar”, aclararon desde la dependencia del Ministerio de Transporte y señalaron que estas medidas están vigentes para “el transporte público de jurisdicción nacional”.
La disposición de las autoridades porteñas se difundió este jueves a través del ministro de salud local, Fernán Quirós. El funcionario porteño explicó que desde ahora es opcional el tapabocas en espacios cerrados públicos o privados, incluido el transporte que circule dentro de la Ciudad.
"Se ve con claridad que la curva de esta Ómicron (variante de coronavirus) está completando su recorrido y en este contexto hemos tomado la decisión de pasar de la condición del uso de barbijo obligatorio en los interiores y en el transporte público a uso recomendado, eso significa que seguimos recomendando su uso pero las personas tendrán la autonomía para decidir", sostuvo.
En tanto, remarcó que "la norma es general para todos los lugares", es decir que incluye a los establecimientos educativos, oficinas públicas, transporte público, entre otros espacios.
"Es momento de transferir la autonomía a los ciudadanos, quienes saben ya cómo cuidarse, cómo está la situación de contagios y entonces decidirán cuál es la mejor decisión para sí y para sus seres queridos", indicó el ministro y abrió así un nuevo capítulo de las diferencias en la gestión de la post-pandemia.