Un grito desencajado, el único después de casi dos horas de discurso de Axel Kicillof, rompió la paz previamente acordada en Juntos y garantizada desde el inicio mismo de la Asamblea Legislativa, cuando los bloques del Frente de Todos en la Legislatura ovacionaron al gobernador de Buenos Aires. “Dos años sin clases”, se escuchó en el recinto después de que el mandatario destacara la inversión en educación pública y cuestionara al vidalismo por “rasgarse las vestiduras” después de haber ajustado el presupuesto en esa área. El reclamo de voz en cuello provenía del senador Walter Lanaro, un joven dirigente del conurbano bonaerense que responde de manera directa a María Eugenia Vidal con origen en el liberalismo económico y la política conservadora de Ricardo López Murphy. ¿La razón del reclamo? Defender la gestión de la exgobernadora, algo que perdió adherentes desde la mudanza de la actual diputada nacional al territorio porteño.
Pese a ser observado con cierto desdén por algunos de sus pares bonaerenses del PRO con territorios que gobernar, es de los pocos que aún defiende con libertad de acción a la exgobernadora tras su regreso a los brazos de Horacio Rodríguez Larreta; por esta razón la interrupción a Kicillof retumbó en el silencio de una oposición que optó por la moderación. Según pudo saber Letra P, la intervención de Lanaro fue espontánea, aunque en el marco de un acuerdo previo entre la dirigente de Juntos de mantenerse en sus bancas, para diferenciarse del acting diseñado por Cristian Ritondo que generó distracciones políticas y mediáticas indeseadas al espacio.
Por su antiguo rol de armador en el sur del conurbano, pese a ser oriundo de Ituzaingó, hay quienes aún recuerdan viejas tensiones con los intendentes. Saldadas con el tiempo y con una nueva distribución del poder en territorio bonaerense que tiene a los dueños de los votos como protagonistas, Lanaro cosecha su principal capital político en su referencia con Vidal. Lo mismo que el reducido y exclusivo grupo de legisladores y legisladoras que conforman el vidalismo residual: desde Alex Campbell, exsubsecretario de Asuntos Municipales bonaerense, y Juan Carrara, el exjefe de asesores de Federico Salvai, hasta Noelia Ruiz, también integrante de la Jefatura de Gabinete vidalista y miembro del semillero de referentes macrista La Generación..
Aun así, el origen del rabioso que contagió a otros legisladores a increpar a Kicillof, como el diputado Mauricio Vivani, alineado con el jefe comunal en uso de licencia Jorge Macri, remite a otro espacio político. Comenzó a militar después del estallido social, político y económico que provocó la Alianza y que tuvo como cara visible el fugaz papel de Ricardo López Murphy como ministro de Economía de Fernando De la Rúa. Cursaba por ese entonces los primeros años de la carrera de Derecho en el Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina. De ese primer paso en la agrupación Recrear del bulldog pasó sin escalas al vidalismo. Primero, como asesor en el Ministerio de Desarrollo Social porteño y luego, como gerente operativo. Desde 2015, ocupa una banca en la Cámara alta.
El legislador ya había adelantado a este medio a principios de 2021 que “tarde o temprano” iban a confluir en un mismo frente electoral con Javier Milei y José Luis Espert. Incluso hay quienes recuerdan que la competencia interna entre Vidal y López Murphy en la Ciudad de Buenos Aires se había planificado en principio en la provincia, con los libertarios incluidos. Finalmente, aquella idea se modificó.