“Debe haber una nueva ley de biocombustibles que establezca para los derivados del maíz y la soja el mismo tratamiento que para los derivados de la caña de azúcar. Los cordobeses queremos que nuestros productos tengan el mismo tratamiento que los productos de provincias hermanas. No queremos estar a merced de un burócrata de cuarto nivel, que es el secretario de Energía, que dice cuál es el nivel de mezcla entre biocombustibles y naftas”.
La descalificación sorprendió a quienes asistían al discurso con que Juan Schiaretti daba inicio a las sesiones ordinarias en la Legislatura. Aún a tono con la dureza de conceptos precedentes, la adjetivación sonó excesiva para un gobernador que no suele apelar a tal recurso retórico. Más extraño aún, ni siquiera fue incluido en la transcripción enviada a la prensa minutos más tarde.
La respuesta llegó 48 horas después, de parte del aludido funcionario. Durante una firma de convenios para obras de gas en siete localidades del sur de Córdoba, Darío Martínez recorrió el camino ensayado por otros dirigentes: el gobierno provincial “miente” para fogonear el odio anti K.
Primero, apuntó al mercado de biocombustibles. “No nos preocupa la virulencia de ese discurso, sí la falta de información del gobernador. El sector tenía una gran parálisis. Le dimos previsibilidad con una ley. Luego dimos automaticidad a los ajustes de precios, según lo hagan las naftas, haciendo lugar a los reclamos”, aseguró Martínez
“El bioetanol de maíz y el de caña de azúcar tienen el mismo porcentaje de corte. Se aumentó de 18.300 a 36.000 metros cúbicos por mes la producción provincial de biocombustibles. Diciembre fue el mes de mayor producción de ese combustible de la historia argentina. Debe haber poco diálogo entre el gobierno provincial y el sector”, amplió el secretario de Energía.
“Miente con lo que ocurre con el bioetanol. Miente en todo lo que tiene que ver con la Nación. Desarrollo Social envía cuantiosos recursos. En materia de seguridad social, ANSES le asigna prioridad. Hay 600 obras públicas en marcha. Anunció como hechas con recursos propios las plantas purificadoras de Bajo Grande y Río Cuarto, pero las hizo con plata de la Nación. Y se la mandamos nosotros: Macri no puso ni un peso”, añadió un asistente a la reunión con el secretario.
Deuda e imprevisión
Martínez también replicó las afirmaciones de Schiaretti sobre la inequidad en la entrega de subsidios a la distribución de energía eléctrica.
“Mientras que cada provincia se hace cargo de la distribución, es el estado nacional quien presta el servicio en AMBA a través de Edenor y Edesur, que recibieron $112 mil millones de subsidio por energía comprada a Cammesa y no pagada. Por eso la luz cuesta menos en el AMBA. Córdoba reclama que esas empresas pasen a cargo de CABA y Buenos Aires”, había exigido el gobernador.
El secretario nacional recordó que Córdoba no acordó la refinanciación de pasivos propuesta por la Nación para las provincias que adeuden a Cammesa.
“Tiene una deuda superior a los $5.200 millones. Eso impide que las cooperativas eléctricas accedan también a una refinanciación. Eso, a su vez, se extiende a miles de usuarios que tampoco pueden acceder a facilidades para regularizar sus deudas”, indicó Martínez.
“La refinanciación estaba en el Presupuesto 2022, ellos votaron en contra. Lo mismo pasa con el subsidio al transporte. Ahora hay que respetar cuestiones legales antes de cualquier reasignación”, sostuvo a este medio una voz cordobesa del Frente de Todos (FdT).
El rol asignado a la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) es el sendero que conduce a nuevas críticas contra la gestión de Hacemos por Córdoba.
“Usan EPEC como bandera, pero el problema es la falta de inversión, que lleva años. Hay una muy mala administración. El único proyecto que tuvieron fue para privatizarla. Llevan tres períodos prometiendo una red de internet, ¿se acuerdan que querían que EPEC fuera proveedor? ¿Qué pasó con lo invertido? ¿Se acuerdan que en un momento querían buscar petróleo?”, ejemplificó la fuente.
“Mienten y eso molesta mucho. Mienten para pelear por el espacio anti K con Juntos por el Cambio. Ser anti K paga mucho en Córdoba”, amplió.
La cifra del 80% de rechazo al kirchnerismo en tierras mediterráneas es también conocida por los representantes del gobierno nacional. Sin embargo, creen que hay señales de ciclo cumplido para el modelo cordobesista.
“Muchos ven a Schiaretti en retirada. Ven que habla de federalismo, pero prioriza excesivamente a la capital para la entrega de recursos. A los intendentes que no se pliegan no les tira un peso y les pisa coparticipaciones”, confió la fuente.
Unidad
Los consultados también repararon en la decisión de los legisladores del bloque Córdoba Federal de abstenerse en la votación del entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Llamó la atención la rapidez con que actuaron. No habíamos terminado de comunicar el acuerdo y ya se habían expresado. Actúan con irresponsabilidad. Alguno hasta se había entusiasmado cuando Macri anunció el endeudamiento. Tanto, que decía a los empresarios que aprovechen porque sobrarían dólares”, evocó el representante cordobés.
No obstante, en el Frente de Todos aseguran que no necesitarán sus votos para aprobar el acuerdo. Entienden que cuentan con los números necesarios y eso tampoco ha variado tras la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque.
“Va a prevaler la unidad. El bloque va a acompañar el proyecto. No habrá actitudes corporativas de cada sector interno. Daremos los debates para lograr los acuerdos necesarios”, sentenció el dirigente frentetodista.