Economista recibido de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Martín Redrado se define como una “simbiosis de pensador, analista y hacedor de políticas públicas, especialista en países emergentes”. Con paso por distintas áreas de la administración pública, el expresidente del Banco Central mantiene un discurso crítico del modelo económico del gobierno del presidente Alberto Fernández, aunque se las ingenió para evitar chocar de frente con el jefe del Palacio de Hacienda, Sergio Massa, quien supo ser su jefe político cuando el tigrense, desde su flamante Frente Renovador, confrontaba con el kirchnerismo. Con el guiño del mercado, este martes saltó (otra vez) la grieta y se sumó al gabinete de Horacio Rodríguez Larreta.
El nuevo secretario de Asuntos Estratégicos del Gobierno porteño buscará diseñar el “programa para estabilizar la economía” de una eventual gestión presidencial del precandidato de Juntos por el Cambio (JxC). Con un perfil de alta exposición mediática, Redrado tiene la obsesión de blindar el Banco Central para que el gobierno no lo utilice como una máquina de emisión inflacionaria. En una entrevista televisiva, el economista dijo: “Necesitamos una ley que le dé independencia al Central para que no esté emitiendo billetes para financiar el sector público”.
Coincide con Larreta en la idea de reducir la presión impositiva sobre los sectores productivos e inversores. A su entender, el campo y los tenedores en dólares son los principales beneficiarios de un plan de incentivo para las exportaciones y la transformación de dólares a pesos. Pero también tiene como base la desindexación del gasto público para reducir el déficit y bajar la inflación, una política que puede convivir con la propuesta del lado ortodoxo del equipo que Massa tiene en el quinto piso del Palacio de Hacienda.
La incorporación de Redrado al grupo de confianza del PRO porteño, también, se transformará en una señal hacia la interna de Juntos por el Cambio. Si bien en 2010 rompió sus relaciones con Cristina Fernández de Kirchner, cuando rechazó la orden de la entonces jefa de Estado de transferir reservas del BCRA al Fondo del Bicentenario para pagar la deuda con los acreedores externos e internos, hace poco recompuso el diálogo. De hecho, se reunió con la vicepresidenta en una oportunidad en el Senado y dialogó telefónicamente varias veces. También mantiene reuniones con Massa y su nombre sonó para reemplazar al exministro Martín Guzmán. El equilibrista de la grieta se hará cargo de las relaciones económicas internacionales y buscará financiamiento para los proyectos de Larreta.
“Es un orador experto en el análisis de las principales tendencias económicas para países emergentes dictando conferencias asiduamente en Europa, Estados Unidos, América Latina y Asia. Con amplia experiencia en organismos internacionales destacando su trabajo como Senior Economic Advisor para el Banco Mundial, como miembro del Consejo de Resolución de Controversias de la Organización Mundial de Comercio y como presidente del Consejo para las Américas del Banco de Compensaciones de Basilesa (BIS)”, señala su perfil de Linkedln. Es, Redrado, un viejo zorro de los medios, lo que explotará también Larreta: al precandidato presidencial le faltaba un vocero económico bien entrenado en las pantallas para dar la batalla discursiva on the record.
Esa experiencia y los vínculos con el mundo económico y financiero, que incluso le permitió presenciar el Mundial de fútbol de Qatar gracias a una invitación realizada por el fondo de inversión de Malasia, son las virtudes que destacan en su entorno. De cara a 2023, Larreta deberá recomponer la confianza en los mercados internacionales, luego de que la Argentina se enfocara en el financiamiento en pesos ante la crisis de deuda externa generada por el préstamo de 45 millones de dólares del FMI, la dilación de los pagos al Club de París y la falta de dólares en la reserva del Banco Central. Renegociados los acuerdos, Redrado tendrá la misión de reintegrarse al mundo, como suele decir el jefe de gobierno porteño.
El economista cuenta con el guiño del mercado, como también el respeto de los dirigentes políticos por tener miradas que provienen de la ortodoxia, pero con giros a la heterodoxia. Su relación con Massa, cuando era asesor económico del Frente Renovador, lo colocaba como uno de los especialistas con capacidad de dirigir el Palacio de Hacienda en el sueño presidencialista del tigrense. Esa misma línea es la que buscaría explorar Larreta para mostrar músculo político y de gestión en la interna que mantiene con la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, de cara a las PASO del año próximo.
En la actualidad, más allá de haber tomado posición por temas domésticos como la poca eficacia que le otorga a los acuerdos de precios para reducir la inflación o la necesidad de reducir el gasto público, su mirada está puesta en el desarrollo del capitalismo mundial en el nuevo proceso de globalización regionalizada, una suerte de nuevo estadio del comercio mundial. "Con una política exterior moderna, ágil, pragmática y bien calibrada se pueden aprovechar oportunidades de proyección hacia el mundo, a través de una integración productiva que mejore la calidad de vida de los argentinos mediante la exportación de productos con empleo de calidad. Para ello, deben plantearse políticas públicas respaldadas por leyes que le brinden la previsibilidad y la permanencia necesaria, y de esta forma “no dejar pasar el tren” de la historia que una vez más se detiene en un andén llamado Argentina", planteó en una columna de opinión que publicó hace poco más de diez días en el diario La Nación.
Con ese perfil, el Círculo Rojo comenzó a dar señales de conformidad y expectativas. Según fuentes del establishment consultadas por Letra P, Redrado "generará un clima de confianza en los mercados internacionales, que permitirá reducir el índice del Riesgo País, lo que redundará en mejores condiciones de financiamiento para el mundo de los negocios". El sector privado lo ve como una solución, mientras la interna política desconfía de su capacidad de reinventarse en distintas posiciones para ocupar cargos clave.