TRANSICIÓN EN BRASIL

Bolsonaro no reconoce pero cede: comenzó el traspaso del gobierno

Primeros encuentros entre los equipos del PT y el oficialismo. La rendición en privado del jefe de Estado. Acuerdos económicos para extender la ayuda social.

A pesar de que el presidente saliente de Brasil, Jair Bolsonaro, seguía sin reconocer su derrota electoral y de que las bases más duras de su electorado continuaban realizando cortes de ruta, este jueves y este viernes el equipo designado por el presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, y una comisión del oficialismo liderada por el jefe de la Casa Civil, Ciro Nogueira, mantuvieron los primeros encuentros de la transición democrática de cara a la asunción del Partido de los Trabajadores (PT), prevista para el 1 de enero.

 

Luego de un primer contacto con el gobierno de turno, el líder de la comitiva del gobierno electo, el futuro vicepresidente, Geraldo Alckmin, se reunió personalmente con Bolsonaro en su despacho, ubicado en el tercer piso del Palacio de Planalto. “Fue positivo”, aseguró el exgobernador de San Pablo, quien relató que el jefe de Estado se comprometió a ayudar y colaborar para que el proceso de transición sea ordenado. 

 

La delegación del próximo gobierno también estuvo compuesta por la presidenta del PT, Gleisi Hoffman, y el coordinador del programa de gobierno, Aloizio Mercadante. Este tridente se reunió con una delegación del Poder Legislativo y con Nogueira, el hombre del oficialismo para este proceso. El compañero de la fórmula que encabezó Lula aseguró que la reunión fue “fructífera” y que el secretario general de la presidencia, Luiz Eduardo Ramos, también reconoció la derrota de Bolsonaro.

 

“La transición ya comenzó”, aseguró Alckmin y confirmó que la primera reunión formal se llevará a cabo este lunes en la sede del Centro Cultural del Banco de Brasil (CCBB). Luiz Eduardo Ramos “saludó, felicito, le deseo un gran trabajo (a Lula) y se puso a disposición”, agregó y adelantó que las partes acordaron trabajar de forma conjunta sobre una enmienda constitucional para aumentar el gasto público y permitir la continuidad del programa social Auxilio Brasil, que le entrega 600 reales mensuales a las familias más pobres del país y que en el próximo gobierno se volverá a llamar Bolsa Familia, como en la época en la que el PT gobernaba el país.

 

“La transición comenzó muy bien”, le aseguró a Letra P un diputado petista que participó de las reuniones, quien notó una “gran voluntad” por parte del oficialismo para “contribuir en la transición” para que “Brasil siga avanzando”. “Espero que este proceso democrático y transparente contribuya más para que Lula tenga un gran gobierno”, agregó desde Brasilia.

 

Ante un movimiento bolsonarista duro que empieza a abandonar las rutas que cortó durante los primeros días posteriores a la elección y frente a un presidente que cede en silencio, el gigante sudamericano inició el proceso de cambio de gobierno que terminará el 1 de enero, cuando Lula se convierta en la primera persona en la historia democrática del país en asumir tres veces como jefa de Estado.

 

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