PERONISMO PARA ARMAR

Flamean banderas del “Sí, se puede” en focos de resistencia al fin de las PASO

En el FdT se multiplican los llamados que alertan sobre la inconveniencia de eliminar las primarias en un clima electoral adverso. Ni remontada ni darla vuelta.

La propuesta de avanzar con la eliminación de las elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO), que encontró como voceros a un grupo de la dirigencia enrolada en el cristinismo, no solo encontró resistencia en el presidente Alberto Fernández y en los movimientos sociales. Dentro del Frente de Todos se multiplican las voces que advierten sobre la inconveniencia que tendría ponerle fin a las elecciones que podrían oficiar como luz de alarma en caso de que el oficialismo se encamine a una catástrofe electoral, con chances de darla vuelta en el camino hacia las generales.

 

“Sin PASO vamos derecho al efecto sorpresa. Y puede ser un desastre”, advirtió un operador del conurbano bonaerense que detalla que en las intendencias no terminan de dar el visto bueno a la iniciativa que impulsó en un primer momento La Cámpora y que apoyan en las gobernaciones y el ministro de Economía, Sergio Massa.

 

La discusión estará en el centro del Congreso del PJ Bonaerense, que el sábado encabezará Máximo Kirchner en Mar del Plata. El origen de la convocatoria fue, justamente, la necesidad de que el órgano partidario fijara una posición única sobre la eliminación de las primarias y le metiera presión al gobierno nacional para avanzar con la iniciativa. Pero la aparición de divergencias internas puso un manto de duda.

 

Los antecedentes cuentan. Quienes se oponen a la eliminación de las PASO sacan a relucir cómo en diferentes oportunidades los oficialismos – sin importar el color político - lograron mejorar el desempeño electoral entre esa instancia y las elecciones generales. Los ejemplos más concretos son la remontada de los hermanos Rodríguez Saá en San Luis y la del peronismo de La Pampa, en 2017; la remontada de Juntos por el Cambio (JxC) entre las PASO y las generales de 2019, bajo la bandera del "Sí, se puede" que agitó Mauricio Macri; y el crecimiento del Frente de Todos (FdT) en las legislativas 2021. La clave, en el último caso, estuvo en la campaña que hicieron los intendentes del conurbano bonaerense, que lograron dar vuelta resultados adversos en los municipios y achicar la diferencia entre el oficialismo y la oposición a un único dígito. En 2021 también revirtió el resultado el peronismo de Chaco. Comandado por Jorge Capitanich, pasó de perder las PASO por nueve puntos a ganar las generales por dos.

 

“El oficialismo siempre puede crecer entre las PASO y las generales”, advirtió un dirigente que conversa con Fernández. El Presidente resiste la presión de sus socios. El ministro del Interior, Eduardo de Pedro, dijo la semana pasada que “la mayoría de los gobernadores e intendentes del Frente no quieren que haya PASO” en 2023. Y el dirigente camporista reveló que los líderes territoriales trabajaban para “convencer” al Presidente sobre la necesidad de avanzar en la suspensión. Con su defensa de la postura de los gobernadores, De Pedro ofrecería un toma y daca a las provincias: suspender las PASO a cambio de que no haya un desdoblamiento masivo de elecciones locales.

 

A la ola se sumó en las últimas horas el ministro Massa, a quien Fernández considera casi como un aliado en la interna que mantiene con Cristina Fernández de Kirchner. “El Presidente tiene que llamar a la mesa política del Frente de Todos para fijar una única posición. No lo digo desde la cosa imperativa, lo digo desde la cosa inteligente. Hay cosas que en la coalición las tenemos que discutir cara a cara en una mesa, a puertas cerradas”, dijo Massa. En el massismo dijeron más tarde que fue apenas una respuesta para salir del paso, que no tuvo como objetivo presionar al Presidente. 

 

Fernández ignoró el pedido. En las horas siguientes, en diferentes despachos de la Casa Rosada dejaron trascender que el jefe de Estado no tenía previsto convocar a ninguna mesa política para debatir el tema. Y que Massa no dice lo mismo puertas adentro. Cerca del mandatario entienden que la única finalidad de tales reuniones, que también impulsan Cristina y La Cámpora, es imponerle decisiones. Por ahora, el llamado está descartado, aunque Fernández cuida su relación con Massa. El ministro de Economía tenía previsto viajar a Indonesia para participar de la reunión del G20, pero este martes confirmó que, además, aceptó la invitación presidencial para volar juntos antes a París. Allí el argentino se reunirá con su par francés, Emmanuel Macron.

 

En Balcarce 50 saben que en las próximas horas llegarán nuevos mensajes. El viernes, Cristina Kirchner reaparecerá en público en un acto de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que se celebrará en Pilar. La vicepresidenta volverá a hablar por primera vez después del intento de magnicidio que sufrió el 1 de septiembre. Se descarta que hablará sobre la situación económica y le dejará alguna señal política a Fernández, con quien no mantiene diálogo. Un día después llegará el turno de su hijo, Kirchner, en Mar del Plata.

 

Para Javier Milei, la repercusión en las redes de la criptoestafa fue incluso más dañina que el discurso homófobo que dio en Davos. 
Alberto Fernández

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