Como si de repente hubiera decidido seguir su propio instructivo para sumar a más mujeres, el presidente Alberto Fernández nombró a tres para ocupar los puestos vacantes en el gabinete: Desarrollo Social con Victoria Tolosa Paz, Trabajo con Kelly Olmos y Mujeres, Géneros y Diversidad con Ayelén Mazzina.
Las dos primeras pasaron por el 35º Encuentro Plurinacional en San Luis y Mazzina no sólo participó sino que, como secretaria de la Mujer, Diversidad e Igualdad de la provincia que gobierna Alberto Rodríguez Saa, tuvo la responsabilidad de ser anfitriona.
Profesora de Ciencia Política, Mazzina es militante feminista y lesbiana y, a los 32 años -será la persona más joven del gabinete-, asumirá el lugar que dejó Elizabeth Gómez Alcorta con el desafío de organizar el XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, junto con la CEPAL y ONU Mujeres en menos de un mes, además de asumir con una estructura en funcionamiento desde diciembre de 2019.
La designación de Mazzina incorpora a San Luis al gabinete en medio de la discusión interna sobre la eventual suspensión de las PASO de 2023, en la que el Presidente, que quiere mantenerlas, pierde 2 a 1 frente a Sergio Massa y a Cristina Fernández de Kirchner.
Exfuncionarias y militantes de las organizaciones de mujeres recibieron con esperanza el nombramiento de Mazzina.
La propia Gómez Alcorta posteó en Twitter: “Con mucha alegría recibo la noticia de que Ayelén Mazzina será la nueva ministra. Compañera generosa, humilde y con una gran capacidad de gestión. Confío en que seguirá levantando bien alto las banderas de los derechos de las mujeres y LGBTI+”. Quienes la conocen la describen como "sencilla y laburadora".
Hace menos de un mes, en una nota realizada por Luciana Peker en Infobae, Mazzina contaba sobre su ingreso al gabinete puntano: “Me da risa cuando en reuniones dicen ‘La Aye’ y al lado hay un ministro y a él le dicen ‘ministro’. Y ahí me doy cuenta cómo cuesta aún la cuestión de los estereotipos, edad y género”
Cada uno de los cambios anteriores introducidos en el gabinete nacional desde la asunción de Fernández había restado mujeres y había sumado varones, siempre con el argumento de dotar de “volumen político” a la coalición gobernante.
La excepción fueron los 24 días de Silvina Batakis al frente de Economía, cuando Martín Guzmán presentó su renuncia indeclinable. Batakis fue la única persona que aceptó hacerse cargo del incendio y luego tuvo que resignar el cargo a favor de Massa.
¿Por qué ahora no se habla de “volumen político”? Salvo para el Ministerio de Mujeres, donde el género de su titular no estaba en duda, para las otras dos carteras vacantes –sobre todo, Trabajo- la danza de nombres incluía varones, a excepción de Tolosa Paz, que sonaba para Desarrollo Social.
¿Por qué ahora sí, según da cuenta el comunicado de Presidencia, Fernández decidió convocar “a tres mujeres de diferentes edades, procedencia geográfica y amplia trayectoria en sus temas de referencia a formar parte de su gabinete con el fin de profundizar la amplitud de miradas y la eficiencia en la gestión”?
Hay una explicación posible: el precipicio de cristal, una más de las barreras invisibles (como el techo y las paredes), en este caso la que describe que las mujeres tienen más posibilidades de acceder a las mesas de decisión cuando las circunstancias son adversas, en medio de una crisis o cuando hay más probabilidades de fracasar.
Hoy, las demandas feministas transversales están directamente vinculadas con la agenda de cuidados y fueron uno de los ejes del 35° Encuentro Plurinacional. Es, además, el tema central de la Conferencia Regional “La sociedad del cuidado como horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género”. Los últimos resultados de la Encuesta del Uso del Tiempo del INDEC dan cuenta de la brecha de género que implica la desigual división del trabajo doméstico y del hogar. Con mujeres feministas en Trabajo, Desarrollo Social, Géneros –aunque sea una obviedad-, en la presidencia de la Cámara de Diputados (Cecilia Moreau) y en la Banca de la Mujer del Senado (Eugenia Catalfamo, puntana como Mazzina), quizá haya llegado el momento de impulsar las políticas públicas prometidas. Todavía les queda tiempo para gobernar.