Mauricio Macri se quedó callado. Fue el último en ingresar al Zoom del pasado viernes de Juntos por el Cambio (JxC), pero no habló en ningún momento. Gerardo Morales y Horacio Rodríguez Larreta consideraron que con el entendimiento con el FMI es "un primer paso". Patricia Bullrich habló en modo zen. Desde Formosa se sumó Luis Naidenoff, con mala señal en su celular y, otra vez, contagiado de covid. Por el bloque de diputados de la UCR, estuvo el cordobés Mario Negri, quien espera que se defina la vuelta de los doce miembros de Evolución. En tanto, Maximiliano Ferraro y Juan Manuel López estuvieron en permanente contacto con Elisa Carrió. Por estas horas, la líder de la Coalición Cívica prepara un curso con Mario Quintana de cuatro clases por dos mil pesos, es decir dos dólares y chirolas cada miércoles según la cotización del blue post anuncio.
Hernán Lacunza y Eduardo Levi Yeyati abrieron el análisis durante el encuentro virtual de la alianza opositora.Si bien destacaron que el acuerdo evitó el default, pidieron esperar a leer la letra chica. Nadie mencionó a Cristina Fernández de Kirchner, pero los interlocutores coincidieron en que, a pesar de su malestar, la vicepresidenta lo dejó hacer a Alberto Fernández. El comunicado de JxC fue por demás escueto.
Los críticos dentro del Frente de Todos están convencidos que el Gobierno tuvo que pactar rehén de una crisis cambiaria y por su propia debilidad después de pagar con reservas distintos vencimientos sin resultado a favor. Hay quienes cree que CFK no está de acuerdo con los términos del entendimiento. Martín Guzmán habló con ella en privado y le agradeció el apoyo. Hay malestar en la coalición gobernante y las pocas expresiones públicas fueron recatadas.
El viernes, un dirigente de La Cámpora utilizó el emoji con un cierre en la boca para dar su opinión sobre el acuerdo. Un diputado admitió que las opciones frente al FMI eran "nicho o tierra". Un analista peronista amigo de Néstor Kirchner envió por Whatsapp un durísimo texto: "Hoy, quizás, se acabó el sueño de volver mejores. (...) Es que el presidente Alberto Fernández aceptó hacerse cargo de la deuda contraída por Macri con el FMI, la legitimó definitivamente. Ahora esa deuda la vamos a pagar con los dólares que nos vaya entregando el propio FMI, siempre y cuando el gobierno cumpla con el nuevo acuerdo. Lo que entra hoy, sale hoy mismo. Macri, el FMI y el poder económico-mediático real, festejan. Ya no es la deuda de Macri”, sino la deuda de este gobierno. El presidente, quizá, rompió el contrato electoral del 2019".
El texto se parece mucho al análisis del director del Banco Nación, Claudio Lozano, que cuestionó el pago al FMI. El economista señaló que, entre otros efectos, el acuerdo "garantizará impunidad a los funcionarios que intervinieron en el endeudamiento con el FMI en 2018 y permitieron la fuga de dichos dólares, comenzando por el ex presidente Macri". También, consideró que el Gobierno "rompe el acuerdo electoral" mientras el Congreso "amnistiará a los responsables de la mayor estafa de la historia del país y entregará la soberanía del Estado". Como él, varios creen que no habrá shock de confianza y recuerdan que tanto el Banco Central como la Oficina Anticorrupción, la Sigen y la Procuración del Tesoro, reunieron pruebas sobre la ilegalidad de la deuda. Carlos Zannini presentó en diciembre un pedido judicial para que declaren los funcionarios del FMI. A Macri el escenario anunciado el viernes es el que más le conviene.
La maquinaria de comunicación K se silenció en on y off. Eduardo de Pedro y Anabel Fernández Sagasti (cerca de CFK) apenas retuitearon el discurso del Presidente, mientras que el ministro Jorge Ferraresi volvió a mostrarse autónomo y opinó a favor. Ferraresi fue el único kirchnerista que no presentó su renuncia tras la derrota en las PASO. "El acuerdo que anunció Alberto Fernández nos permitirá seguir creciendo. No se detendrá la construcción de viviendas", destacó. En paralelo, el funcionario empuja la marcha contra la Corte Suprema de Justicia del próximo martes junto al viceministro de Justicia Juan Martín Mena.
El gobernador Jorge Capitanich esperó a que su par Axel Kicillof rompiera el silencio para dar su opinión: "El pueblo argentino ha sido víctima de un saqueo sin precedentes y todos sabemos muy bien que esta deuda es impagable e inaceptable. Pero la legalidad del gobierno de turno, el principio de continuidad jurídica del Estado, las condiciones de acceso al financiamiento y al comercio mundial restringen los grados de libertad del gobierno de nuestro presidente", escribió en su cuenta de Twitter. Sin usar la palabra maldita (ajuste), admitió que habrá recortes por lo que reclamó subsidios y tarifas diferenciales con "equidad" y pensando en un desarrollo "federal". También apuntó a los grandes empresarios y a la agroindustria por la subfacturación de exportaciones y sobrefacturaciones de importaciones, entre otras trampas a combatir. A Macri le pidió un imposible: que se autoinculpe.
"Unidad en la diversidad" repetían el viernes en Economía minimizando las quejas dentro del Frente de Todos. CFK compartirá con Sergio Massa la responsabilidad parlamentaria de habilitar el tratamiento del acuerdo. Junto con Máximo Kirchner deberían buscar votos. De los tres sólo se descuenta el trabajo a favor del tigrense. Al hijo de la vicepresidenta ni siquiera lo mencionó Guzmán en su larga lista de agradecimientos. Y no hay que olvidar que en el Senado nunca se movió el pliego de Daniel Rafecas, candidato a procurador, que envió el Presidente. Todavía no hay ni detalles del acuerdo ni votos, pero por lo menos cuatro o cinco diputados nacionales ya avisan que apretarán el botón en contra.
En el Congreso están quienes creen que Máximo Kirchner acompañará con los dientes apretados y quienes esperan que dé libertad de acción. Un colaborador de Máximo dio una pista del pensamiento del hijo de la vicepresidente. Compartió un video con un fragmento de un discurso del jefe de bloque del FdT en Diputados sobre las negociaciones con el FMI. Con firmeza reclamaba un acuerdo político para negociar un pago que no frenen el crecimiento económico, el estímulo a la actividad privada y de las políticas públicas en materia de salud y sociales. Cerraba su alocución con una pregunta que quedó resonando en todos los teléfonos celulares: "¿Les parece a ustedes que podemos pagar la deuda en diez años?". El video cierra con la pregunta impresa en mayúsculas y una respuesta implícita: No.