Julia pomares

"Creo en la posibilidad de transformar el país que plantea JxC"

Es la jefa de Asesores del gabinete porteño. Activa en la red de mujeres de la administración capitalina, trabaja en el plan Larreta Presidente 2023.

Ex directora ejecutiva del think tank CIPPEC, acostumbrada a conversar con los más diversos sectores del poder, politóloga recibida en la UBA y magister en Política Comparada y en Métodos de Investigación y doctora en Ciencias Políticas en Londres (ambos títulos, de la London School of Economics and Political Science), Julia Pomares ocupó su oficina de la Casa de la Ciudad, el moderno edificio proyectado por Norman Foster -uno de los mejores arquitectos del mundo-, en mayo de 2021. Fue convocada para el cargo de jefa de Asesores del Gabinete del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, pero también con miras a la candidatura presidencial 2023 de Horacio Rodríguez Larreta.

 

Pomares es feminista y llegó a la política partidaria para repensar las narrativas y acercar a sectores progresistas a Juntos por el Cambio, entre otros objetivos inmediatos y futuros. Aterrizó con campaña electoral caliente (se la vio, por ejemplo, en el detrás de escena al lado de María Eugenia Vidal en el debate televisivo), algo que le recuerda sus comienzos en la política, cuando, recién egresada, trabajó con Federico Storani en la campaña electoral de 1997 y el peronismo fue derrotado en la provincia de Buenos Aires.

 

De habitual perfil bajo, tiene una vasta experiencia en monitoreo e investigación de sistemas electorales y mucha muñeca para tender redes. Su bio de Twitter dice que es “mamá x 2 e hincha de Boca”. La funcionaria habló con Letra P sobre la agenda de políticas públicas, las demandas de las mujeres, su obsesión por transformar las narrativas de la dirigencia y su ilusión de que Juntos por el Cambio vuelva a gobernar el país. "Creo mucho en la posibilidad de transformar la Argentina que plantea" la alianza, dice.

 

Pomares, jefa de Asesores del Gobierno porteño. (Fotos: Santiago Cichero)

-¿Cómo fue su decisión de pasar de CIPPEC a la función pública, a la política partidaria?

 

-Horacio me convocó para ayudar a pensar la visión estratégica de la ciudad y, también, a partir de varias conversaciones que habíamos tenido acerca de algo que me obsesiona: en la Argentina, las narrativas de la dirigencia, no sola de la dirigencia política, están agotadas. La visión de qué es la Argentina y de hacia dónde va están muy ancladas en una discusión sobre el pasado. Hay necesidad de pensar nuevas miradas e imaginar la Argentina desde lo que es hoy, con todo lo que logró y también con todas las tremendas asignaturas pendientes.

 

-¿Qué experiencia trasladó de CIPPEC a la Ciudad?

 

-Mucho de mi trabajo era conversar y dialogar sobre política pública con actores muy distintos, con el mundo privado, de la política, de la Academia. Lo que más más disfrutaba era observar distintas visiones y ver qué coincidencias y qué diferencias había y ayudar a generar espacios de diálogo. En la biografía de Angela Merkel, la periodista Kati Marton describe que, para ella (la canciller), la obsesión más grande era cómo encontrar un punto intermedio entre dos visiones sin que implicara dejar las convicciones de esas personas. Algo de eso yo identifico en Horacio.

 

-Si la hubieran convocado a trabajar desde otra fuerza política, ¿habría aceptado?

 

-Creo mucho en la posibilidad de transformar la Argentina que plantea Juntos por el Cambio y eso me atraía. No era lo mismo de dónde venía y creo, además, especialmente en el rol de Horacio, en esta posibilidad de transformar la Argentina. 

 

-¿En la convocatoria de Horacio Rodríguez Larreta estaba incluido su objetivo de ser presidente en 2023?

 

-Hay un objetivo claro que es que Juntos por el Cambio tenga la oportunidad de volver a, ojalá, transformar el país. Además está la visión de que la Ciudad de Buenos Aires generó en estos años, cómo transformó su identidad y también el vínculo de la Ciudad con el resto de las provincias y con la Argentina como un todo.

 

-¿Cuáles son los desafíos en relación con las políticas públicas en el futuro inmediato?

 

-Hay un primer desafío que es cómo hace la Argentina para volver a crecer económicamente y para volver a generar empleo privado, un reto muy grande que en la pandemia vimos al desnudo, además de la desigualdad entre quienes tienen un empleo estable y formal y quienes están en la informalidad. Esa desigualdad se volvió muy fuerte durante la pandemia, pero es anterior. Venimos de diez años de no generar empleo privado en la Argentina.

 

Brecha y cuidados

-¿Coincide en que uno de los ejes actuales de la agenda feminista tiene que ver con el trabajo, la reducción de la brecha de desigualdad y el reconocimiento de las tareas de cuidado, que excede la generación de empleo privado?

 

-Hay dos dimensiones distintas. Una es cómo se logra crear empleo privado y cómo se logra que la Argentina vuelva a crecer con un PBI muy estancado. La otra tiene que ver con una de las características de ese mercado de trabajo, que es una tasa de participación laboral de las mujeres muy inferior a la de los varones, que no solamente se estancó en los últimos años en la Argentina sino que retrocedió con la pandemia. Hay un diagnóstico bastante compartido de que gran parte de ese problema de la desigualdad en el acceso al mercado laboral tiene que ver con los cuidados, con la enorme desigualdad en ese sentido.

 

-¿Qué hace la Ciudad en ese sentido?

 

-Tiene una agenda muy vanguardista en el acceso de las mujeres al mercado de trabajo. Una de las leyes de licencias para todo el personal de la Ciudad con muchos más días para cuidar de los que tienen el resto por la ley de contrato de trabajo y, además, acercando a gestantes y no gestantes. La Ciudad viene marcando un buen camino y es visto por el sector privado de la ciudad y de otras provincias. La infraestructura para cuidar y el tiempo para cuidar -como con las licencias- son un tema central. La infraestructura de los cuidados no abarca solo el centro de primera infancia, no es solo el edificio, sino todo lo que hace a la manera de cuidar. 

 

-En relación con las narrativas de esta agenda, ¿cree que se están imponiendo socialmente más allá de las resistencias de distintos sectores?

 

-Lo distintivo para impulsar esta narrativa sobre los cuidados es que el movimiento feminista tiene una ventaja muy grande para hacerlo, que es la transversalidad política. Esto es algo bastante único, sobre todo en la Argentina, donde el nivel de polarización fue creciendo en los últimos años y el movimiento feminista es de las pocas experiencias en las cuales hay transversalidad. También es una manera de demostrarles a la política y a la sociedad que hay otra forma de construir poder.

 

-Las referentes feministas de todos los partidos tienen en común: todavía no participan activamente de la rosca.

 

-Hay mucho por recorrer, pero también veo los avances. Por ejemplo, en la Ciudad, el 37% de los puestos de secretarías y subsecretarías es ocupado por mujeres y pocos años atrás, en 2017-2018, eran varios puntos menos. Horacio, además, tiene una preocupación de que siempre haya mujeres en las mesas de decisión.

 

-¿Llegó a la gestión con una agenda de género?

 

-Me importa mucho y trabajo mucho en mi día a día, si bien no es mi responsabilidad directa, porque hay una Secretaría de Igualdad de Género que encabeza Marisa Bircher. Más allá de la agenda de política pública, me importa mucho tener estos espacios y ayudar a construirlos. Formo parte de varias redes de mujeres de diversos colores políticos y, en la Ciudad, tenemos una red de mujeres que se reúne una vez por mes, integrada por todas las que ocupamos lugares de decisión en el Gobierno y buscamos todo el tiempo ver cómo hacemos para seguir empujando esta agenda, no sólo en relación con los temas que tenemos etiquetados en ese sentido, sino en poner perspectiva de género en muchas dimensiones que no salen fácilmente.

 

Julia Pomares con Letra P. (FOTOS: SANTIAGO CICHERO)

-¿Cuáles son sus aspiraciones en la política?

 

-Ayudar a construir esa narrativa de futuro de la que hablábamos antes. También me gustaría ayudar a construir una mirada que llegara a sectores que identificamos como progresistas y que tienen una conexión con el progreso que en los últimos años quizás se quedó desenganchada. El progresismo es el progreso en cuestiones concretas, es mostrar que se puede transformar y hacer de la ciudad un lugar mejor para vivir.

 

-¿Cómo se hace para acercar a progresistas a un espacio que incluye a personajes que muy poco tienen que ver con el progresismo?

 

-Hoy la política en la Argentina está organizada en coaliciones cuyo interior es muy diverso y mucha de la riqueza de Juntos por el Cambio hace a esa diversidad de perspectivas. La política de integración social que lidera María Migliore en el Ministerio de Desarrollo Humano es parte de una mirada de la integración distinta y una mirada del progreso muy potente.

 

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