Martha Arriola

“Proponemos una reforma agraria con tierras del Estado”

La dirigenta de Cuidadores de la Casa Común, una organización social con inspiración religiosa, explica su "sueño revolucionario": convertir planes en empleo.

Martha Arriola coordina, junto con Sonia Herrera, el movimiento Cuidadores de la Casa Común, una organización inspirada en la encíclica social Laudato si’ del papa Francisco y bendecida por el obispo jesuita Jorge Lugones (Lomas de Zamora) que le reclama al Gobierno que no solo apoye la sanción del proyecto de ley La Marcha al Campo, sino que adopte como política pública ese programa, que considera “concreto de generación de empleo estructural”.

 

La dirigente social platense, exfuncionaria de los gobierrnos bonaerenses Daniel Scioli y Felipe Solá, habló con Letra P de esa iniciativa que impulsa en el Congreso de la mano de la diputada María Rosa Martínez (Frente de Todos) y que, aseguró, prevé la creación de un millón de trabajos en 48 meses. “Está totalmente cotejado, no es una propuesta de oficina”, sostuvo.

 

Arriola también reivindicó su militancia política en los barrios populares, arengó por una sublevación a las normas del mercado para promover trabajo digno y sostuvo que los planes sociales “no pueden quedarse en un programa asistencial”. 

 

-¿Cómo llegan dos mujeres a coordinar este movimiento social-eclesial?

 

-Toda nuestra vida trabajamos en comunidades vulnerables (NdeR: barrio platense Villa Alba, donde nace el proyecto “Casita de los Pibes”). Nosotras, al calor de la espiritualidad de la opción por los pobres y también de una opción política, porque venimos de un movimiento nacional y popular, hemos abrevado en el peronismo, independientemente de que lo militemos electoralmente o no, eso es otra cosa. Nuestra identidad y nuestra opción de vida se da en el territorio.

 

-¿Qué lógica deberían tener los planes?

 

-Pese a que somos un movimiento social relativamente nuevo y pequeño, que integra a 5.000 jóvenes en situación de vulnerabilidad extrema en 18 provincias, siempre apostamos a que los planes -Salario Social Complementario, Potenciar Trabajo o como se llamen- estuvieran puestos al servicio de la generación de empleo. Esto es muy difícil en estos tiempos en los que está en crisis el trabajo como lo conocimos en décadas pasadas; por lo que tenemos que ser capaces de sublevarnos a las normas del mercado y generar espacios novedosos de trabajo digno. Un sueño que tenemos es que en algún momento el Estado tome las prácticas de Cuidadores que han tenido mayor “éxito”, que han generado posibilidades de trabajo digno. El trabajo es la clave para superar la “pandemia de la desocupación”.

 

-¿Algún ejemplo de esos programas “exitosos”?

 

-Hace varios años estamos impulsando un programa de generación de empleo estructural que se llama La Marcha al Campo y logramos meter un proyecto de ley en el Congreso. Lo ingresó en 2020 la diputada María Rosa Martínez.

 

-¿En qué consiste?

 

-Tenemos en el país 20 millones de hectáreas de tierras fiscales y bosques nativos ociosas. Proponemos al Gobierno cederlas -no venderlas- a perpetuidad en tanto las cooperativas o unidades productivas asociadas las trabajen desde el paradigma del cuidado, no contaminando, desde la agroecología, desde la perspectiva del Francisco en Laudato si’, y que el Estado haga converger todos los ministerios en un único programa; porque hoy tenemos superposición de programas. Ejemplo: Agricultura Familiar, Ministerio de ambiente y Desarrollo Social financian huertas. No, hagamos converger todo eso en un único programa donde Obras Públicas ayuda a que, si para el acceso a un predio que es del Estado hay que abrir una calle, la abra; si hay que modificar o recuperar un espacio, un equipamiento social, lo haga…

 

-¿Cuántos emplesos calcula que podrían crearse?

 

-Un millón de trabajos en 48 meses. Está totalmente cotejado, no es una propuesta de oficina. Recuperamos el plan que en la década del 70 llevó adelante el ingeniero agrónomo Guillermo Gallo Mendoza, que fue ministro de Agricultura bonaerense, porque es una respuesta estructural al problema de la Argentina.

 

-Parecería ser una suerte de reforma agraria... 

 

-Es una reforma agraria con tierras del Estado donde, en principio, no tocamos intereses privados, porque no le decimos a ningún terrateniente que nos dé su tierra. Usamos tu tierra, que es la tierra del Estado. El Estado no vende, cede en uso a perpetuidad en tanto una cooperativa o grupo asociativo la trabaje.

 

-Suele haber mucha resistencia a ese tipo de proyectos...

 

-Por supuesto que cuando se trata de la tierra estamos tocando un asunto álgido, tocando intereses; pero, como se trata de la tierra del Estado, habría poca resistencia. ¿Quién se opondría a que el Estado pusiera a disposición su tierra para el trabajo, para la soberanía alimentaria, para la producción de alimentos? Muy pocos.

 

-¿Qué diferencia tiene con la propuesta de Juan Grabois?

 

-Cuando Grabois gestó esa movida en Entre Ríos, nosotros pensamos: ¿por qué no vamos primero por la tierra del Estado? El Estado lo único que tiene que hacer es poner en práctica el programa, empezando por un relevamiento rápido a través del INTA y el INDEC para chequear el estado de esas tierras. Luego toma la decisión de cuáles son las primeras tierras a ser ocupadas; que deberían ser para esas 300 mil personas que fueron expulsadas los últimos tres o cinco años cuando el campo se tecnologiza. 

 

-Y después...

 

-La siguiente etapa es que esas familias dispongan de la tierra para trabajarla y, además, reciban un Salario Social Complementario, ingreso que se les va a ir retirando a medida que la tierra sea productiva y tengan su propia producción y ganancias.

 

-¿Qué les dice el Gobierno?

 

-Apoya a este movimiento, aunque sea pequeño, pero le estamos planteando la necesidad de avanzar con el proyecto y por el momento no nos escucha, lamentablemente. Si bien está en el Congreso, para que se transforme en política pública no solamente tiene que ser ley, sino que el Presidente tiene que decir “esto me interesa” y ponerlo en marcha.

 

Javier Milei y José Luis Espert. 
Rolando Figueroa, gobernador de Neuquén, y Jorge Lara. El titular de Corfone es un experto armador territorial.

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