La disputa “arriba” de Juntos en las PASO abrió la canilla de numerosos cruces internos en el llano, incluso en aquellos distritos donde gobierna uno de los sellos societarios. En ese cuadro, la carrera a septiembre incubó aspiraciones para 2023, plasmó discordias de larga data o bien activó nuevos frentes internos. En varios distritos, eso no se ordenó con los resultados de las primarias y los ecos de las tensiones persisten de cara a la integración de listas, donde se detectan disputas abiertas por casilleros y planes de campaña por separado.
En Pilar, se da uno de los casos paradigmáticos de los cortocircuitos de la integración. Allí se presentaron dos listas bajo el paraguas de Diego Santilli (una liderada por Sebastián Neuspiller, otra por la concejala Analía Leguizamón) y una tercera de Dar el Paso que no alcanzó el piso para integrar. Neuspiller se impuso ante Leguizamón por menos de un punto (38,52 a 37,55%). En esa ajustada diferencia se gestó una turbulencia interna con la que tendrá que lidiar allí Juntos que, en la compulsa frentista, cayó ante la lista bendecida por el intendente Federico Achával.
Si bien el reglamento dice que, en estos casos, a la lista escolta le corresponden los casilleros 3, 6 y 9, cerca de Leguizamón hacen otra interpretación: si no se cuentan los votos de la UCR porque no llegó al piso, los votos de Juntos deberían dividirse entre las dos listas amarillas, quedando 51-49%. Ahí, entraría a jugar otro artículo que establece que, de superar la lista perdedora el 45%, accede a los lugares 2, 5 y 6. “No queremos cambiar las reglas del juego, hay un gris en la redacción del reglamento”, afirmaron a Letra P.
Pero en el sector de Neuspiller hicieron caso omiso a ese planteo y se atienen al cuadro original, donde, por cuestión de cupo, Leguizamón queda sexta en la lista (con chances inciertas de ingreso) y entra en el tercer casillero, por su espacio, Flavio Álvarez, que ya se pasea a la par del exfutbolista de Fénix y Los Andes. “Eso no representa la voluntad del electorado”, refutan cerca de Leguizamón. Creen que la disyuntiva se resolverá arriba “entre Santilli y (Cristian) Ritondo”, ya que, de ser atendido el pedido de Leguizamón de escoltar a Neuspiller, quedaría relegada Adriana Cáceres, que reporta al exministro de Seguridad bonaerense.
En la Primera sección, Ituzaingó es uno de los distritos donde Juntos se impuso. Allí ponderan como aditivo el haber superado a la nómina promovida por el caudillo local Alberto Descalzo. Para noviembre, el radical Pablo Brizuela (segundo en la interna) pidió abiertamente vía Twitter un café para diagramar un trabajo conjunto con el ganador, Gastón Di Castelnuovo (PRO). Este martes, el dirigente amarillo se acercó al comité local para aceitar esos lazos.
Tres las listas compitieron en septiembre y todas superaron el 25%. “Seguramente trabajaremos en unidad”, deslizan. Antes de las PASO, existía diálogo entre Di Castelnuovo y Brizuela. Diferente era la sintonía entre la UCR local y quien se ubicó tercero, el titular del bloque local de JxC, Gabriel Pozzuto (PRO). No había acercamiento, pero ahora avizoran “otra actitud”, de mayor escucha. “Acá lo importante es dejar atrás una etapa. Hace 25 años que tenemos el mismo intendente”, le dice un dirigente de larga trayectoria a Letra P.
En Luján, el grueso abanico de ofertas de Juntos evidenciaba tensiones fuertes que, post PASO, no se evaporaron. Allí, ganó con el 27% del total de la interna la boleta de la Unión Vecinal (UV), liderada por Rita Sallaberry, secundada por la lista PRO de Ignacio Castaños (26%). Ya sin posibilidad de integrar por reglamento quedó el radicalismo, con dos ofertas por separado: en tercer lugar quedó el sector referenciado en el concejal Fernando Casset, que llevó a la cabeza a Carlos Romero (20%), y cuarta se ubicó la boleta del titular de la UCR local, Ezequiel Pérez Naveiro (16%), en tanto en el quinto lugar quedó el dirigente de Confianza Pública (Ocaña) Alejandro Demares (11%).
Ante ese cuadro, quedarían los cuatro primeros lugares para la UV y el quinto para Castaño, pero, al ser para una mujer, no iría él sino su segunda, Susana Busso (CC). Así, en el arco societario de JxC ven que “el principal problema que tiene la lista” para noviembre es que están afuera la UCR y el PRO puro. Después de las PASO, Sallaberry llamó a sus competidores y prometió apertura de lista para todos los espacios, pero voces internas consultadas por Letra P detallaron que, el viernes último, la ganadora de la interna envió a sus socios un mensaje avisando que se ajustaría al reglamento. Traducción: no abriría la lista. Eso reavivó las llamas de la discordia. Este lunes, en la primera reunión societaria, Sallaberry ratificó esa postura.
Socios analizan que esto complejiza un escenario interno donde a la UV no le sobra nada, ya que casi tres cuartos de los votos de Juntos fueron para otras opciones. Antes de las primarias, el planeta cambiemista lujanense se dividía en dos grupos. Por un lado, el ala radical de Casset, el PRO de Castaños y Confianza Pública de Demares dentro de “Somos el Cambio Luján”. Por el otro, la UV y la conducción radical de Pérez Naveiro. Con la interna en la macro, las cosas se fragmentaron más. Ahora, sin apertura de lista y con “pocos esfuerzos” por contener socios, hay quienes estiman que esa dispersión no solo persistirá, sino que se verá el 14-N.
En el interior
En Monte, el resultado de las PASO (54 a 46 para la UCR) llevó a una integración pareja entre las dos listas, pero no acercó posiciones entre el ala radical que lleva las riendas de la comuna y el armado PRO que lidera Sandra Ferrandi, con intenciones declaradas de ir por la intendencia en 2023, algo que, según confiaron a Letra P en su entorno, ratifica con mayor fuerza luego de una interna casi empardada frente a la nómina promovida por la estructura municipal al mando de José Castro. Incluso, la tropa amarilla se autopercibe como la mayor beneficiada, ya que, con el reparto, el PRO tiene chances concretas de sumar una banca más de repetirse el resultado de septiembre, mientras que el radicalismo perdería dos.
Cerca de Ferrandi, que este martes se reunió en Mar del Plata con Guillermo Montenegro y su equipo de la Quinta, plantean una campaña “juntos pero separados”, cada uno con su lógica y sus propuestas. No quieren “quedar pegados” a una gestión de la que –recalcan- “no somos parte”. Ferrandi tampoco quiere integrar el gabinete municipal, sino acentuar diferencias, las que esgrimirá en el bloque propio de JxC-PRO que funciona “con autonomía” respecto de la bancada oficial local. “Pretenden un acompañamiento a ojos cerrados que no va a pasar”, aseguran. Hacia la general, habrá foto conjunta de firma de lista, pero no carteles compartidos.
En otros bastiones del interior también se abren interrogantes sobre la convivencia societaria hacia las generales, considerando que, en las PASO, las listas promovidas por los intendentes cayeron. Eso se avizora en Azul y 9 de Julio.
En terreno azuleño ya hablan de una “campaña especial”, con el oficialismo municipal del intendente Hernán Berellys “secundando” una lista liderada por cuadros radicales y margaritos. En el sector ganador estiman que habrá que “reacomodar el mensaje” y amalgamar tensiones intestinas, pero, como dato positivo para la armonía, marcan que, en la lista de Dar el Paso liderada por Jorge Ferrarello, hay gente que “no viene con una carga de confrontación” como la plasmada por referentes como el exintendente Omar Duclós, de fuerte posicionamiento crítico a la gestión Bertellys. “Orientar la pelea de fondo con el FdT” será el cometido.
En 9 de Julio, en tanto, la dirigencia deberá administrar las tensiones prexistentes entre el PRO, liderado por el intendente Mariano Barroso, y el ala radical que venció en la interna con Ignacio Palacios a la cabeza. Cerca del dirigente de Evolución (con aspiraciones para 2023) consignaron a Letra P que "hay diálogo" entre las partes y que en los próximos días se reunirán para “delinear los ejes de campaña”.