LA CRISIS DEL GOBIERNO

Gastar hasta que duela: CFK pide, Fernández responde y Guzmán juega al filo

La vice criticó un ajuste fiscal que el Gobierno niega. Para adelante, un shock de pesos con consecuencias imprevisibles en el dólar. El gap y la subejecución.

"Es la economía, estúpido" es la frase más trillada de los últimos 30 años en la política. Pero marca buena parte de la tensión del Frente de Todos. La carta de la vicepresidenta Cristina Fernández desligó al ministro de Economía, Martín Guzmán, de los "funcionarios que no funcionan", pero puso a su gestión en el centro de la discusión. Es el salario, son las jubilaciones, es la inflación (atribuida a los formadores de precios), es "una política de ajuste fiscal equivocada", describió. La pregunta es si hay margen para hacer otra cosa. Cristina sostiene que sí. El presidente Alberto Fernández y Guzmán preparan una fuerte expansión fiscal que quizás sea insuficiente, llegue tarde y, según consultores, puede ser hasta insostenible.

 

"El año pasado (...) se estableció que el déficit fiscal iba a ser del 4,5% del PBI sin pandemia a partir de marzo del 2021 -situación que no se verificó como es de público y notorio-", escribió la vicepresidenta. "A agosto de este año, a cuatro meses de terminar el año y faltando apenas unos días para las elecciones, el déficit acumulado ejecutado en este año era del 2,1% del PBI. Faltan ejecutar, según la previsión presupuestaria, 2,4% del PBI… más del doble de lo ejecutado y restando sólo cuatro meses para terminar el año… con pandemia y delicadísima situación social. No estoy proponiendo nada alocado ni radicalizado", continuó. El dato de la ejecución es erróneo. A julio, el déficit acumulado era mucho menor, del 0,7% del PBI. Según la consultora Analytica, la expansión del gasto de agosto llevaría a un acumulado en ocho meses de 1,2 puntos porcentuales del producto. Quedaría, entonces, mucho más crédito presupuestario para gastar.

 

El presidente Fernández eligió responderle con un informe de Emmanuel Álvarez Agis, el exviceministro de Economía de Axel Kicillof que ahora asesora a empresas con su consultora PxQ. "El problema es la restricción externa", le dijo Fernández a El Destape. Citó un reporte semanal que dice: "Para el caso de una economía como la Argentina con una moneda sumamente débil, el tamaño y el éxito de ese rol contracíclico (que debe tener el Estado) depende crucialmente de la cantidad de reservas internacionales que el Banco Central tenga en su poder". Esta visión, compartida por el Ministerio de Economía, sostiene que una mayor demanda de bienes dispararía la restricción externa, porque faltan divisas para importar más. "La posición de reservas del Banco Central de cara al año electoral 2021 era la peor que le tocó enfrentar al Frente de Todos en la historia y esto fue un obvio condicionante a la hora de poder expandir el gasto", sostuvo Agis.

 

El economista también respalda la posición del Gobierno de que no hubo ajuste fiscal, sino expansión del gasto incluso sin la variable Covid. Y provoca al cristinismo: "Si el gobierno hubiese optado por incrementar las tarifas de los servicios públicos en línea con lo contemplado en el Presupuesto 2021 y ese ahorro lo hubiese destinado al gasto en seguridad social, este gasto se podría haber incrementado 4% por encima de la inflación", sostuvo. Guzmán suele hacer una comparación similar, pero contra la obra pública.

 

Al presentar el proyecto de ley de Presupuesto 2022, Guzmán prometió una política expansiva hasta que duela. Aseveró un déficit primario de 4% del PBI para este año. Los consultores esperaban un punto menos, en torno al 3%. El Ministerio de Economía no cree que el problema haya sido el ajuste en salarios públicos y jubilaciones, sino la ejecución de los gastos de capital, que rondaba el 36% del total asignado. Ahí estará el foco de algunas medidas que se anunciarán en breve. Una cuenta sencilla: si el Gobierno pone en la calle de acá a fin de año ese 2,8% del PBI que falta ejecutar para cumplir con la meta de déficit primario revisada (4 y no 4,5% como pidió Cristina en su carta), habrá 1,2 billones de pesos más para traccionar la economía. O para recalentar el dólar y los precios.

 

Distintos economistas consultados por Letra P consideraron que ese nivel de ejecución es insostenible. Por un lado, por el efecto que puede tener en las cotizaciones paralelas de la divisa y, por lo tanto, en la brecha cambiaria. Por otro, por restricciones propias de la gestión. Lo admiten en Desarrollo Social, donde encuentran trabas burocráticas en las intendencias y las provincias para avanzar con obras de urbanización que ayuden a mover empleo de cooperativas vinculadas a movimientos sociales. Si esos proyectos no se generan, será difícil convertir los planes sociales en empleo.

 

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