Alinear la defensa del Gobierno, resetear relaciones y levantar el espíritu golpeado del gabinete fueron los objetivos de la primera reunión de ministros y ministras a la que convocó este viernes en la Casa Rosada el presidente Alberto Fernández para clausurar el escándalo del cumpleaños de la primera dama en Olivos durante la cuarentena estricta y volver a enfocar la tropa de lleno en la campaña.
“El Presidente ya lo explicó, ya quedó detallado, así que no encontramos más tema como para agregar”, cerró el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, una vez finalizada la reunión que se celebró en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada. El episodio de Olivos había estado ausente durante el encuentro, donde se habló de temas de gestión y se trazaron lineamientos de acción, en el marco de la veda que fija la ley electoral sobre los actos susceptibles de captar el voto.
Con el foco hacia adelante, el Presidente le pidió al gabinete que marque las prioridades de la gestión, los pendientes de 2021 y empiece a armar sus proyecciones para el Presupuesto 2022. Una señal de borrón y cuenta nueva en la previa de las elecciones. Fernández les pidió además a los ministros y las ministras que le pongan el cuerpo a la campaña y que salgan a defender al gabinete y la unidad del Frente de Todos.
Fue un soplo de aire fresco después de la tormenta, que desde Olivos se expandió esta semana a todos los despachos oficiales y recibieron con igual desazón albertistas, massistas y cristinistas, que pasaron por la incredulidad inicial, el enojo, la decepción y la desazón por tener que encarar la campaña con tal peso sobre las espaldas, justo cuando los números de la pandemia y la economía empiezan a mostrar signos positivos.
“Ahora vamos todos para adelante, hay que ganar, después vemos”, apuntaron esta semana en un despacho oficial donde se masticaba bronca por el último traspié del Presidente, esta vez ocurrido en plena campaña. El “después” se refería a la pregunta que sobrevuela la Casa Rosada desde hace meses y que volvió con más fuerza después del episodio de Olivos, sobre si habrá cambios en el gabinete y, en particular, en el entorno más próximo del Presidente.
“No habrá cambios en el gabinete, ni antes ni después de las elecciones”, se ocupó de negar Cafiero este viernes. En la Casa Rosada es un secreto a voces que el cristinismo tiene apuntadas algunas áreas de gobierno que están ocupadas por hombres identificados con el Presidente, como la comunicación, donde promueve desembarcos propios. El entorno más próximo, que conforman el vocero presidencial Juan Pablo Biondi y el secretario general de la Presidencia Julio Vitobello se anotan al tope de la lista. También los ministerios que ocupan Matías Kulfas(Desarrollo Productivo), Francisco Meritello (Medios) y Claudio Moroni (Trabajo), hombres cercanos a Fernández.
Pero el Presidente no planea hacer cambios ni entregar a los suyos. En definitiva, entienden en la Casa Rosada, ni Biondi ni Vitobello tuvieron ningún tipo de participación en el festejo del cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yáñez. Y el responsable último de la situación fue el propio Fernández, que lo reconoció a viva voz. Para disipar dudas, el primer mandatario mantuvo su línea de trabajo habitual con Biondi y Vitobello durante toda la semana. Los dos secretarios acompañaron al Presidente en todas sus actividades y en la intimidad de Olivos.
Si los cambios post cumple-gate no estarán en el gabinete, en el entorno presidencial conceden que los podrá haber en los detalles de la ya famosa informalidad que maneja Fernández y que le jugó muchas veces a favor, pero también en contra. En la Casa Rosada remarcan que un destacado consultor señaló hace pocas semanas que el Presidente mantiene dos atributos positivos que hacen que mantengan su consideración en una parte de la sociedad: que aparece como un dirigente honesto y que es una persona transparente, en la que se ven con claridad aciertos y errores.
Las actitudes de “hombre común” que muestra Fernández, que suele destacar que maneja su propio auto o mantiene el mismo número de celular desde hace años, son parte de los detalles que, admiten en Casa Rosada, habrá que ajustar hacia adelante. A eso se refirió, dicen, Cristina Fernández de Kirchner cuando le pidió en público: “Alberto, poné orden en lo que tengas que poner orden y no te pongas nervioso”.
¿Qué tendría que ordenar el Presidente? Hace meses que la vicepresidenta se queja de la supuesta “falta de profesionalismo” del equipo albertista pero esta vez las interpretaciones variaron según el despacho de la Casa Rosada que ocupara el interlocutor de turno. Algunos consideraron que la vicepresidenta “pidió una cabeza” del entorno albertista. Otros, que Cristina fue generosa en su respaldo y que el mensaje fue solo para el Presidente, al que le pide que adopte las formalidades que impone su investidura. Por último, estuvieron quienes entendieron que fue un pedido directo a Fernández para que haga cambios urgentes en el personal de Casa Militar. Por el momento, en la Casa Rosada afirman que no habrá relevos.
En tanto, en el Instituto Patria evitaron dar detalles. En toda la semana, en pleno escándalo, no hubo “letra” para que los propios salieran a hablar del episodio de Olivos. La decisión fue cerrar filas detrás del Presidente y evitar una escalada mayor del tema. Hacia adelante, se verá. El malestar, destacan en el oficialismo, no se trasladó a las reuniones de los equipos de campaña del Frente de Todos, que trabajan juntos en el Complejo C Art Media, de Chacarita. Aunque sacudidos, los referentes de cada sector del oficialismo no modificaron sus planes de trabajo y evitaron profundizar sobre el tema en las reuniones conjuntas.
En sintonía, el Presidente intentó clausurar este viernes el clima de internas palaciegas con una certeza sobre la mesa: que el golpe del cumple-gate fue más interno que externo. Eso le mostraron al jefe de Gabinete, Cafiero, las encuestas y focus group que mandó a hacer esta semana, cuando el tema estaba en todos los medios. Según pudo saber Letra P, los números “están igual que en junio” y la foto no movió el amperímetro. Las encuestas de la provincia de Buenos Aires muestran una diferencia de más de 10 puntos entre el Frente de Todos y Juntos, cuando se comparan las dos marcas. El electorado indeciso baja. En el resto de las provincias, el tema está fuera de agenda.
“Es un tema de los medios porteños. A la gente lo único que le preocupa es la economía”, repiten en la Casa Rosada. Algo que confirmaron a Letra P dos consultoras que salieron a medir el escándalo.
El siga siga presidencial se verá la semana próxima en la campaña. Fernández viajará a San Juan, La Pampa y Catamarca para ponerse al frente de las recorridas y buscará dar vuelta la última página amarga.