El ministro de Economía, Martín Guzmán, sabe que llegó el momento de sacar la chequera. El Frente de Todos necesita reactivar ya la economía y, sobre todo, que se note en los bolsillos. Es la principal preocupación que muestran las encuestas y es la discusión que dará el Gobierno en la campaña electoral, como quedó claro en los discursos del presidente Alberto Fernández y de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner de este sábado.
Guzmán estará en modo campaña para explicar la economía y asesorar a los candidatos que necesiten números y discurso, pero sobre todo para acelerar el gasto público en áreas sensibles. El ala cristinista de la coalición se lo reclamaba con énfasis desde comienzos de año. Para el ministro, esa moderación fiscal (en el Palacio de Hacienda no quieren hablar de ajuste) permitirá poder abrir la billetera sin acumular nuevos desequilibrios. "Se va a notar... él cree que primero era necesario cierto reordenamiento para que la plata pueda empezar a volcarse", dijeron a Letra P en su entorno. El despegue comenzó en junio: el primer semestre terminó con un déficit primario de "apenas" 0,5 puntos del PBI. Pero, como apuntó la consultora Equilibra en un reporte, ese número surge de sumar el 0,1% acumulado en los primeros cinco meses de 2021 con el 0,4% de junio.
El desagregado de esa moderación fiscal incluye un fuerte ajuste en el pago de jubilaciones y salarios públicos "Los gastos primarios se contrajeron 7,3% interanual fundamentalmente por la caída de jubilaciones y pensiones (9,6%) y salarios públicos (5%)", indicó la Oficina de Presupuesto del Congreso. A eso se suma la desactivación del "gasto Covid". Desde el lado de las cuentas públicas, ese ahorro a expensas de los bolsillos de jubilados y empleados públicos más que compensaron los aumentos en los subsidios energéticos (44% interanual, en términos reales) y la obra pública (92,1% anual, pero desde pisos muy bajos). Los ingresos hicieron lo suyo para ese déficit de medio punto porcentual, con el aporte solidario y los precios internacionales de los commodities como factores de recursos adicionales.
Con este esquema, el Gobierno se prepara para una discusión sobre el modelo económico que deberá mostrar resultados concretos. Guzmán y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, enfatizan la recuperación de la industria y la construcción, sectores que contratan empleo. Se esperanzan con que la población vacunada con al menos una dosis se vuelque a consumir en los sectores más rezagados, vinculados al esparcimiento. Con todo, el impacto en la economía cada vez más precarizada e informal puede no verse en el corto plazo, admiten funcionarios de ambas carteras. Lamentan el efecto negativo de la segunda ola en la actividad, con cierres y retrocesos registrados sobre todo en abril y mayo. El ministro de Desarrollo Social y precandidato 12 por la provincia de Buenos Aires, Daniel Arroyo, avisó que gestionará hasta que el Presidente lo disponga y, por lo pronto, amplía por goteo la cantidad de planes Potenciar Trabajo, que ya se duplicaron en un año y rozan el millón. En paralelo, refuerza el envío de recursos a comedores comunitarios.
El gasto público, entonces, hará su aporte. En agosto, la Anses pagará el bono a jubilados de hasta 5000 pesos. El adelantamiento de las cuotas del Salario Mínimo mejorará los ingresos de quienes reciben planes sociales atados a esa referencia. Se esperan anuncios vinculados a créditos subsidiados y una mayor aceleración de la obra pública, con su efecto dinamizador en cantidad de empleos directos y en industrias vinculadas a la construcción.
"El 'push electoral' vía consumo privado trepará a un punto del PBI en todo el año, con 0,75% del PBI en el segundo semestre", indicó Equilibra. El rojo primario trepará en el segundo semestre a 3 puntos del PBI y totalizará 3,5% del Producto en todo el año, según el reporte que elaboró su economista jefe Lorena Giorgio. Sería un punto inferior al 4,5% del PBI presupuestado. "El aporte del gasto electoral al PBI no sería menor al 0,5%", coincidió Ricardo Delgado, presidente de Analytica. En esa consultora proyectan un déficit de entre 3 y 3,5% para este semestre, aunque con un ojo en el dólar: Guzmán sabe que cualquier suba en el gasto financiada mayormente con emisión monetaria puede tener su impacto en la suba de los tipos de cambio alternativos y machaca con que esa corrida puede traer nuevos dolores de cabeza hacia las elecciones.