ELECCIONES 2021

Armas a Bolivia, otro obstáculo para Bullrich en la interna de JxC

La acusación del país andino y la denuncia del Gobierno amenazan el plan de campaña de la reina de los halcones. Diferencias en el PRO. Los socios, en silencio.

La investigación por el envío de armamento antitumulto a Bolivia durante el final del gobierno de Mauricio Macri puede transformarse en un problema para la titular del PRO, Patricia Bullrich, a partir de las acusaciones del Gobierno en su contra. La denuncia lleva la firma de tres ministros del presidente Alberto Fernández y dentro de Juntos por el Cambio (JxC) desató todo tipo de especulaciones sobre cómo afectará a la exministra de Seguridad de Macri. 

 

A pesar de los mensajes que firmaron el expresidente y la exministra tras conocerse la acusación del país andino, no hubo pronunciamientos de respaldo de ninguno de los tres partidos que integran JxC y tampoco de la Mesa Nacional de la alianza. Una alta fuente del PRO consideró que "es suficiente" con la respuesta que dieron Macri y Bullrich con cartas personales en las que buscaron desligarse del asunto y aseguró que "no hablaron del tema en la mesa que reúne a los socios de la coalición". En diálogo con este portal, dentro del partido amarillo consideran que "al escándalo se lo come la grieta" con el Gobierno, porque el Ejecutivo "elige preocuparse por Bolivia pero no quiere decir nada sobre las movilizaciones que hay en Cuba", resumió el dirigente consultado, cuyo partido es señalado como uno de los impulsores de las marchas que rodean a la embajada cubana en Buenos Aires desde este domingo. 

 

En el gobierno porteño, cuartel general del larretismo, hay una lectura diferente. Las fuentes consultadas por este portal estiman que el caso la desgasta públicamente y la pone en una posición defensiva sobre un tema que no estaba en la agenda y que podría empeorar si la investigación penal avanza en tribunales. En medio de la previa electoral, la ofensiva judicial podría victimizarla, pero la denuncia que proviene del gobierno del presidente boliviano Luis Arce transforma el caso en un escándalo internacional donde el expresidente ya quedó señalado por respaldar un golpe de Estado. 

 

La única figura que habló del radicalismo fue el gobernador jujeño Gerardo Morales, quien salió quirúrgicamente a defender a su actual ministro de Trabajo, Normando Álvarez García, que estaba al frente de la embajada en La Paz y es el destinatario del agradecimiento que le hizo el jefe de la Fuerza Aérea de Bolivia por el material antitumulto entregado por el Hércules C-130. "El jueves le voy a hacer un homenaje a Normando Álvarez García, que ha arriesgado su vida para salvar vidas", chuceó en declaraciones televisivas el mandatario norteño para reivindicar a su funcionario, que llegó a la embajada por su impulso. 

 

"Tomó la decisión de asilar al ministro de Gobierno, al ministro de Salud, a funcionarios. Acompañó al esposo de la ministra de Salud en el propio auto de la embajada. Corrió riesgo de vida, buscado por la turba, que lo querían matar. No me va a venir el Gobierno con la actuación del radicalismo y de Álvarez García”, dijo Morales. Por si quedaban dudas de a quiénes defendía, completó: “Garantizó vidas, que es una premisa de la Unión Cívica Radical”.

 

En tanto, en el macrismo opinan que todo cuestionamiento que provenga de La Paz puede tener un impacto internacional, pero en Argentina "solo fortalece al núcleo duro que se identifica en Mauricio y en Patricia". Los dos aseguran que "es todo mentira". De hecho, este domingo Macri escribió un segundo pronunciamiento desde Europa. 

 

El primero fue para anticiparse la decisión de la Justicia Comercial de declarar la quiebra de Correo Argentino S.A., la empresa del Grupo Macri que intentó quedarse a principios de siglo con la licitación del servicio telepostal argentino y dejó una deuda de 5.000 millones de pesos. 

 

Esta vez se pronunció sobre la denuncia del gobierno de Arce y la carta de disculpas que le mandó Fernández. "Estas acusaciones sin sustento nos sumergen otra vez en la dinámica alienante y paranoica de un gobierno débil que busca ocultar la realidad que lo acecha. El caso sirve otra vez para agredir la integridad de las fuerzas de seguridad al crear sospechas sobre ellas", escribió el expresidente para descartar la veracidad de documentos cuya autenticidad es cada vez menos rebatida por la aparición de indicios en Bolivia y por la pesquisa que lleva adelante el gobierno argentino. 

 

En ella todavía no hay explicación sobre el envío de 70.000 cartuchos antitumulto, que fueron cargados en un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina junto con diez gendarmes del Grupo Alacrán que había sido enviado el 12 de noviembre para custodiar la embajada argentina en La Paz. La denuncia que promueve el Gobierno también apunta contra el excanciller Jorge Faurie y el entonces titular de la cartera de Defensa Jorge Oscar Aguad. Sin embargo, Bullrich y Macri son los únicos dos señalados que mantienen una alta exposición en la previa electoral.

 

El expresidente todavía no tiene fecha de regreso porque su vuelo no tiene reprogramación desde Suiza por el cierre de las fronteras que dispuso el Gobierno. Por ahora no se sabe cuándo estará de vuelta en el país. 

 

Bullrich está en otra situación. Luego de bajar su candidatura a diputada nacional por el PRO reforzará su rol como jefa partidaria y buscará intervenir en el cierre de las listas de todo el país. En su partido sostienen que mantendrá la hiperactividad a nivel nacional, aunque en la agenda proselitista porteña creen que el caso la "correrá de la campaña".  

 

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