Nos encontramos en plena ejecución del plan de vacunación, aunando todos los esfuerzos posibles tanto a nivel nacional como provincial para lograr inocular a la mayor cantidad de personas en menor tiempo. El objetivo es ejecutar a cada paso las políticas de salud que nos conduzcan a lograr la inmunidad adquirida y, además de brindar tranquilidad en materia de salud y llevar alivio económico a los sectores perjudicados por la pandemia, que cada ciudadano pueda retomar su vida tal y como la conocía.
Buenos Aires, la provincia más poblada del país con casi 17 millones de habitantes, lleva aplicadas más de 6 millones de vacunas, de las cuales alrededor de 5 millones corresponden a la primera dosis. Dentro de ese número están casi la totalidad del personal de salud, el 50.31% del personal docente y no docente, y el 27,40% del personal de seguridad.
Muchos de ellos están incluidos también en la franja de 50 a 59 años, a quienes se está terminando de vacunar. Ahora el avance es sobre las personas que poseen entre 40 y 49 años sin enfermedades previas. A esto se le suma que, desde el sábado, las personas mayores de 55 años tienen la posibilidad de inocularse libremente en cualquiera de los centros de todos los municipios bonaerenses. Según el ministro Daniel Gollan, toda la población de riesgo de la provincia estará inmunizada antes de que empiece el invierno.
Además, el gobernador Axel Kicillof junto al ministro de Salud comunicaron la firma de un contrato con el laboratorio indio Bharat Biotech para la compra de 10 millones de dosis de Covaxin, con posibilidad de extenderlo a 15 millones, convirtiéndose así en la primera jurisdicción en hacer su propio acuerdo en el marco de la Ley 15284 que habilita a nuestra provincia a comprarlas por su cuenta. Con la llegada de más vacunas y el acelerado proceso de vacunación, es inminente el alivio sanitario en la Provincia.
Además, es preciso mencionar que esta semana arribó a nuestro país un nuevo cargamento de vacunas. Según se informó oficialmente, el mayor número de dosis desde el inicio de los viajes emprendidos para tal fin. Esta vez, con la particularidad de que una parte del proceso de fabricación fue realizado en Argentina. Sí, lleva el sello de industria nacional junto a México y es producto del aporte científico al bien público.
Es decir, que se empezarán a aplicar pronto las 2.148.600 de dosis cuyo principio activo es el resultado del trabajo científico iniciado aquí y surgido del acuerdo con AstraZeneca. Con esa cantidad, Argentina ya recibió más de 17,5 millones de vacunas.
Además, el Gobierno se encuentra en constante conversación para encontrar una adecuación legal que permita obtener dosis de los laboratorios a los que aún no se les ha podido comprar. De ello también depende llegar a aplicar las vacunas donadas por Estados Unidos y vamos camino a ello.
Por eso, resulta desalentador que cada medida tomada para contrarrestar una situación inédita como la que venimos atravesando desde hace más de un año, sea constantemente objeto de manipulación política, que cada accionar realizado por el oficialismo sufra la crítica constante y desmedida de la oposición.
Se puso en duda lo dicho por los profesionales médicos que conforman el Comité de Salud, dieron vida a los “anticuarentena”, a los “antivacuna” y hasta a los “negacionistas del covid”. Provocaron una incertidumbre tal que la gente aún hoy, a pesar de que el mundo se encuentra en pleno proceso de inoculación, tiene miedo de vacunarse o duda de la efectividad de las dosis.
Es abrumadora la evidencia de los esfuerzos orientados a frenar la pandemia, describir estos sucesos no hace más que confirmar que nos encaminamos a ganarle la batalla al covid. Y es increíble ver como ante un mismo hecho objetivo se pueden encontrar argumentos tan débiles y distintos, hace falta que de vez en cuando se pueda ver el vaso medio lleno en lugar de apegarse a la crítica como único método para hacer política.
La oposición reprochó con dureza que muchos militantes se pusieran al hombro el proceso de vacunación en todo el territorio bonaerense, por mi parte celebro que una agrupación política opositora, en un municipio de la provincia, haya pedido permiso para formar parte del proceso de filiación al Plan de Vacunación provincial.
La crítica constante de aquellos que, aún con problemas menos complejos de saltear comparados con una pandemia, no supieron estar a la altura, también me genera mirar de manera positiva hacia dónde vamos, y tengo la certeza de que nos dirigimos en sentido contrario de donde estábamos hace 2 años. Todos los espacios deberían sumarse a colaborar de manera desinteresada, dejando de lado las mezquindades y poniéndose al servicio de la comunidad siendo esta la base de la vocación política.