El anhelo de que Jerusalén sea la ciudad santa de cristianos, judíos y musulmanes vuelve a diluirse con el brote de violencia en la Franja de Gaza, una situación de beligerancia histórica -con intereses territoriales, políticos y religiosos, terrorismo y demostraciones de poder de por medio- ajena a la paz y la fraternidad predicadas por las tres grandes confesiones monoteístas.
Pese a visiones políticas diametralmente opuestas, los referentes de las organizaciones comunitarias en la Argentina prefieren no importar un conflicto lejano y optan por preservar, ante todo, la convivencia interreligiosa; un valor autóctono que es apreciado en el mundo.
En diálogo con los presidentes del Centro Islámico de la República Argentina (CIRA), Aníbal Bachir Bakir; de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), Ariel Eichbaum, y de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Jorge Knoblovits, Letra P indagó sobre cómo impacta la guerra palestino israelí en el ánimo de las comunidades religiosas locales.
Bakir, Eichbaum y Knoblovits coincidieron en que viven con preocupación y angustia la escalada de violencia en la Franja de Gaza y periferias de Jerusalén, donde unos y otros dicen tener familiares y amigos. No obstante, hicieron lecturas políticas contrapuestas sobre los sucesos y apelaron de igual manera a la palabra “terrorista” al apuntar a los responsables o a “derechos democráticos” para reivindicar las reacciones bélicas.
Mientras que el referente musulmán argentino sostuvo que hay un enfrentamiento entre un “Estado”, el de Israel, y una “población civil indefensa, que busca defender como puede su derecho a existir en su propia tierra”, al hablar de la palestina; los representantes judíos denunciaron que se trata de un ataque del grupo Hamás, empoderado en la región, contra el pueblo israelí, que “se defiende y repele una agresión”.
Knoblovits, Bakir y Eichbaum en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso 2019 (Foto: DAIA)
El comunicado de la Cancillería argentina expresando preocupación por el dramático agravamiento de la situación en Israel y Palestina y, en particular, la frase “uso desproporcionado de la fuerza por parte de unidades de seguridad israelíes ante protestas por posibles desalojos de familias palestinas…” también trazó una línea divisoria entre las comunidades de fe abrahámicas vernáculas.
El presidente de la DAIA reconoció que molestó mucho esa línea del pronunciamiento oficial por considerar que “no solo cuestiona el derecho que tiene un Estado democrático de defenderse de un brutal ataque, sino que minimiza el peligro que representa el terrorismo”. En tanto, su par de la AMIA la evaluó de “desafortunada” y “poco feliz” y matizó la polémica al atribuirla a un “error interpretativo” por parte de las autoridades al basarse en su nota en la resolución de Naciones Unidas. En este sentido, el titular del Centro Islámico recordó que la Argentina “siempre ha tenido una posición muy pendiente de lo que dice o determina la ONU”, al considerar “totalmente autorizada” la inclusión de la frase en la declaración.
Consultados por Letra P sobre si el conflicto en la Franja de Gaza podía exacerbar el antisemitismo o la islamofobia en el país, Knoblovits respondió: “Sí, está comprobado estadísticamente que, cuando se desata un conflicto en Medio Oriente, sobre todo entre Israel y grupos terroristas palestinos, crecen las expresiones y los hechos antisemitas”. En tanto, Bakir negó que puedan aflorar sentimientos antimusulmanes porque, argumentó, la violencia se desató a raíz de un ataque “al tercer lugar sagrado del islam”, ubicado en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, y al desalojo con gases lacrimógenos y “sustancias químicas” de los orantes que finalizaban el mes del Ramadán.
Más allá de los matices interpretativos de un conflicto eterno, unos y otros ponen en alto el valor de la convivencia interreligiosa. “Los musulmanes en la Argentina somos muy celosos y guardianes de la coexistencia o convivencia pacífica de todas las comunidades religiosas. No permitiremos que lo que sucede en Medio Oriente afecte nuestra convivencia con nuestros hermanos judíos argentinos y otros credos”, dijo el dirigente islámico, aunque reconoció tener un mejor diálogo con la AMIA, a la que consideró su par institucional, y también con la comunidad Bet El o el gran rabino sefaradi Issac Sacca, entre otras rererencias.
El presidente de la DAIA compartió esa apreciación al afirmar que “no existe grieta entre la comunidad judía y la comunidad musulmana". "Argentina es un ejemplo de convivencia, aún en el contexto del mundo tumultuoso en el que vivimos, con mucho odio, violencia, persecución y exclusión. Todos los días trabajamos para profundizar los caminos del entendimiento y del diálogo. Tenemos que estar orgullosos de que nuestros abuelos y nuestros padres construyeron una sociedad donde la convivencia con nuestros hermanos católicos y musulmanes se naturalizó”, amplió. Eichbaum, en tanto, pidió cautela a los referentes religiosos a fin de “no dañar una tradición que está en la esencia cultural de los argentinos, más allá de las diferencias y los conflictos”.
“Más hermanos que nunca”
Paralelamente, el Instituto de Diálogo Interreligioso (IDI), que copresiden el sacerdote Guillermo Marcó, el rabino Daniel Goldman y el referente musulmán Omar Abboud, expresó que el hecho coyuntural de una situación de violencia en la Franja de Gaza no pone en riesgo el valor de la coexistencia entre los credos argentinos. “Por el contrario, más hermanos que nunca”, respondió el representante judío ante una consulta de Letra P y anunció un gesto público próximo para subrayar la fraternidad y rezar por la paz mundial.