2017 a la inversa, ¿2023 también?

Mauricio Macri no está retirado de la política ni muestra la voluntad de alejarse. ¿Querrá que Horacio Rodríguez Larreta sea su Alberto Fernández?

La reaparición del expresidente Mauricio Macri llevó a un número significativo de analistas políticos a resaltar su capacidad para espantar votantes. Rápidamente, encuestas con fichas técnicas de dudosa composición comenzaron a darle cierto respaldo empírico a la afirmación previa. Pero esto no habla tanto de la realidad política argentina sino de la sorprendente capacidad del común de los comentaristas para desempolvar razonamientos fallidos y para tropezar varias veces con la misma piedra. 

 

El ciclo político reciente en la Argentina está signado por dos hechos: primero, la implosión del gobierno macrista y, segundo, la centralidad política de Cristina Fernández de Kirchner. El fracaso del gobierno de Mauricio Macri estuvo basado en un modelo económico que combinó austeridad fiscal con la desregulación de la cuenta financiera y la libre flotación del tipo de cambio; lo que equivale, en la economía argentina, a querer apagar el fuego con nafta.

 

Los resultados todavía hacen mella entre nosotros: inflación, recesión y la carga de una deuda insostenible que pone en jaque las posibilidades de recuperación económica mientras condena la soberanía de la Argentina al atar sus recursos a las decisiones de agencias políticas foráneas. El segundo elemento, la centralidad de Cristina Fernández de Kirchner, viene dado por la adhesión a su figura por parte de más del 30% del electorado nacional desde al menos el año 2007. Aunque estos hechos son claros hoy, en 2017 los debates entre los analistas políticos rondaban alrededor de la posibilidad de hegemonía política del macrismo y la debilidad política de la actual vicepresidenta. 

 

Actualmente sucede algo similar pero a la inversa: nadie se sorprendería al escuchar hablar de la predominancia de cierto sector del oficialismo y de la muerte política del expresidente Macri. Lo que permite pensar que estamos entrando en una especie de deja vu de opinión en el círculo rojo. Debemos prepararnos entonces para que las columnas en los medios masivos orbiten los siguientes temas: el rol del expresidente Macri en el sector político que hoy, todavía, encabeza; la posibilidad de resquebrajamiento dentro del mismo; su posicionamiento electoral incómodo o, en otras palabras, el trade-off que se genera entre su presencia y la cantidad de votos que la oposición cambiemita puede capitalizar; la búsqueda por dentro para jubilarlo y la necesidad, desde el oficialismo, de su presencia política. Si bien todas contienen algún grado de lógica, la experiencia demuestra que deben ser tomadas con precaución.

 

La realidad es que hoy por hoy Mauricio Macri no está retirado de la política ni muestra la voluntad de alejarse en el corto/mediano plazo. El título de su libro, “Primer Tiempo”, es sugerente en este sentido. Pero también lo es su hurto a plena luz del día de la estrategia político-electoral llevada a cabo por Cristina Fernández de Kirchner. ¿Estará considerando Macri copiar el movimiento maestro y buscar ser el segundo de una opción moderada en 2023? El tiempo lo dirá, pero, a priori, la estrategia de contener a los duros y correrse al medio a través de un candidato “por fuera de la grieta” se demostró útil. En términos todavía más claros: ¿Quiere Macri que Rodríguez Larreta o algún otro/a sea su Fernández? Todavía falta, pero el tiempo dirá.

 

Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación.
El gobierno de Gustavo Petro echó a diplomáticos argentinos de Colombia.

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