El vendaval desatado en la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires puede ser una oportunidad para reconstruir la confianza en el poder del Estado con peor imagen.
Tras conocerse que los cortesanos Luis Genoud e Hilda Kogan se sumaron a la lista de vacunados VIP que eyectó del gobierno nacional al histórico médico sanitarista del peronismo, Ginés González García, el escándalo no tardó en trepar hasta la cima de la Justicia bonaerense, donde se produjo un verdadero sismo interno que incluyó pases de facturas entre ministros del tribunal.
Tal como detalló Letra P, el Colegio de Abogados de la provincia de Buenos Aires le pidió explicaciones al cuerpo. Por su parte, el titular del Colegio de Abogados de Mar del Plata aseveró que Genoud y Kogan deberían renunciar a sus cargos y el gremio que nuclea al colectivo de trabajadores judiciales reclamó la intervención del gobernador Axel Kicillof.
El Colegio de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires también pidió explicaciones. En un comunicado oficial aprobado por el Consejo Directivo, solicitó “sin más dilaciones” que la jueza y el juez “señalados por realizar estas conductas personales sin respetar los parámetros señalados y por fuera de las decisiones del Alto Tribunal provincial aporten claridad y remuevan dudas al respecto en salvaguardia del prestigio de las instituciones”.
Las críticas y los pedidos de explicaciones llegaron desde varios sectores, inclusive los pedidos de renuncia. En ese caso, se abre un escenario donde el gobernador Kicillof podría erigirse como el arquitecto que reconstruyó la confianza en la justicia provincial.
La Constitución de la provincia de Buenos Aires no establece cómo debe estar integrada la Corte. Eso está contemplado en la Ley Orgánica del Poder Judicial, que detalla que estará formada por “siete miembros”. Según la carta magna provincial, los o las integrantes serán “designados por el Poder Ejecutivo, con acuerdo del Senado, otorgado en sesión pública por mayoría absoluta de sus miembros”.
En la actualidad, la Corte funciona con cuatro ministros y una ministra, ya que en enero de 2020 falleció Héctor Negri y Eduardo de Lázzari se jubiló. El cuerpo quedó integrado por Kogan, Genoud, Daniel Soria (actual presidente), Eduardo Pettigianni y Sergio Torres.
Kogan (76 años), Pettigiani (75) y Genoud (74) son quienes tienen mayor de edad y cumplen con todos los requisitos para acceder a una jubilación. Si el Ejecutivo les pidiera un paso al costado, estarían en condiciones de retirarse voluntariamente.
El artículo 176 de la carta magna provincial establece que “los jueces letrados, el procurador y subprocurador General de la Suprema Corte de Justicia conservarán sus empleos mientras dure su buena conducta”. La pregunta a responder es si la vacunación VIP de Kogan y Genoud es una buena o una mala conducta.
En caso que el escándalo siguiera escalando, la salida de la ministra y el ministro que están en el ojo de la tormenta no estaría descartada. Ante ese escenario, la Corte quedaría integrada por tres jueces (Soria, Torres y Pettigianni), situación que pondría en la agenda de gestión la inmediata cobertura de vacantes en la cima de la justicia provincial.
Hasta el momento, la cobertura de vacantes no parece ser una urgencia para el gobierno de Kicillof. Durante una entrevista con Letra P, en 2020, el secretario general del gobierno, Federico Thea, señaló que completarla “no es prioridad” y adelantó que le gustaría que se hiciera con mujeres. En relación al perfil que busca el gobierno, detalló que debe “conocer el derecho público provincial, que entienda el rol institucional como cabeza de un poder, con trayectoria académica, entender la realidad social, las desigualdades que existen en la provincia, un perfil preocupado por los Derechos Humanos, por la realidad de los más vulnerables”.
En caso de seguir con el vaciamiento de tronos en la cúspide de la judicatura bonaerense y más allá del perfil profesional buscado o deseado por el oficialismo, el gobernador deberá transitar un terreno que no es de su agrado personal, pero sí de suma relevancia política e institucional para la Provincia: construir una nueva Corte verdaderamente independiente y con paridad de género.