Mientras sigue en detalle el recuento de votos de la interna radical bonaerense, Martín Lousteau aguarda confiado la foto final. Al igual que en Córdoba, sus adversarios pronosticaban una victoria contundente superior al 70% de los votos. Los comicios de este domingo dejaron una imagen provisoria muy distinta. Su pupilo, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, quedó pisándole los talones al legislador Maximiliano Abad por la presidencia del comité provincial. Esa escasa victoria del aparato partidario es, para los integrantes del espacio Evolución que conduce Lousteau, mucho más que "una derrota digna", porque confirma que el exembajador en Washington de la era Macri buscará participar de las decisiones partidarias como un jugador con presencia nacional cuando comiencen a discutirse las candidaturas para 2021 y 2023.
La expansión de esa influencia es precisamente lo que sus antagonistas querían evitar en Córdoba y Buenos Aires. Gracias a ellos, dicen dentro de la UCR, el perfil de Lousteau es más alto de lo esperado, en una serie de comicios internos que se realizan por primera vez después de la derrota de Juntos por el Cambio en 2019. La lista de adversarios le dio otro volumen a los resultados cosechados por los aliados del senador y trascienden a la UCR. "Llegar tan cerca de Abad también implicó ganarles a los amigos de Cambiemos que fueron a ayudarlo", disparó un colaborador de Lousteau para asegurar que la contienda también incluyó el "fuego amigo" de la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, y de la exgobernadora María Eugenia Vidal. En el entorno de ambas le restan veracidad a las acusaciones, pero la tensión de la semana pasada incluyó una denuncia de Posse contra el exministro Joaquín De la Torre de jugar a favor de Abad.
"Hay un 90% de la Ciudad de Buenos Aires, un 50% de la provincia y un 50% de Córdoba que quieren otro radicalismo y hasta ahora no tenían voz. Los tenían acallados y algo similar está pasando en el resto del país y por eso estoy cada vez más entusiasmado con el futuro", le dijo este domingo Lousteau a la agencia NA. Sin disputar cargo alguno, estaba calzado en el traje de candidato que posiblemente no abandonará de ahora en adelante. A las dos incursiones provinciales se sumó un resultado cantado en la Capital, donde los radicales votaron la nueva conducción partidaria y ganó el sector liderado por el diputado nacional Emiliano Yacobitti, por encima de los candidatos impulsados por el empresario de juegos de azar y expresidente del club Boca Juniors, Daniel Angelici.
En el territorio originario del macrismo, Evolución mantuvo su hegemonía como el espacio que lidera Lousteau y que integra al empresario y exministro Enrique "Coti" Nosiglia. La victoria sobre Angelici obturó el crecimiento de un sector del radicalismo macrista en la capital, pero en los tres distritos donde hubo internas ninguno de los sectores internos plantea abandonar la alianza con el PRO y la Coalición Cívica. En Córdoba, el intendente de General Cabrera Marcos Carasso, se impuso por menos de diez puntos sobre el extitular de ARSAT, Rodrigo De Loredo. El nuevo jefe partidario ganó con el respaldo del exintendente de la capital provincial, Ramón Mestre y del jefe del interbloque de Cambiemos en Diputados, Mario Negri. El competidor derrotado contó con el aventón de Lousteau y cerró una cosecha de votos que superó las previsiones internas.
Los matices sobre el rol que debe ocupar la UCR en JxC no son menores, pero todos coinciden en continuar adentro de la alianza. Sin embargo, el principal emergente que retumbó en cada comité es si el radicalismo podrá ejercer un liderazgo para que deje de ser el "furgón de cola del PRO".
Conscientes de ese humor interno del partido, cerca de Lousteau apuntan que las elecciones fueron "todo ganancia" en cada distrito donde hubo competencia. Si los números oficiales confirman la escasa diferencia de este domingo, Abad será proclamado como titular del comité provincial, pero el sector que lideran Posse y Lousteau podría quedarse con la mayoría de la convención bonaerense porque ganó en los distritos del conurbano donde la densidad poblacional les aportaría más representantes. Tal interpretación reglamentaria es parte de la discusión que se viene dentro del partido, pero aporta un pantallazo del peso que esperan tener en Evolución antes de fin de año.
La instancia que terminará de plasmar esa acumulación política será la elección de autoridades nacionales a fin de año. Los adversarios de Lousteau admiten a regañadientes que su influencia superó lo esperado. El gobernador jujeño Gerardo Morales, uno de los tres mayores respaldos de Abad, repite a quien quiera escucharlo que "Lousteau es Nosiglia" y asegura que Posse es una expresión externa al partido. Es el único que se anima a decir en público lo que repiten sus socios: que ambos son dos "allegados" al partido y que la referencia de Posse en el conurbano es producto de la gestión municipal de un distrito muy rico, "un feudo heredado" hace 22 años.
A pesar de las críticas, la mayoría de los votos radicales del conurbano reforzaron la performance de Posse, mientras que Abad se fortaleció en el interior provincial, desde una imagen que contó el aval de Morales, el extitular del partido Ernesto Sanz y Negri. Los últimos números disponibles le daban a Abad una cosecha del 52%. Son cuatro puntos por encima del 48% que le adjudicaban al jefe comunal de San Isidro, en una elección ajustada que se definirá en sus detalles cuando se haya completado el conteo definitivo.
Los números de los grandes distritos revelan que el radicalismo porteño logra arrastrar voluntades en el Área Metropolitana, un dato que no pasa inadvertido para el PRO y mucho menos para el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta. Aliado de Lousteau en la capital, sabe que el senador radical quiere disputar su sucesión. "Martín está convencido de que está en condiciones de gobernar la capital y que tiene el equipo para hacerlo", subrayan en su entorno para marcar la cancha en la contienda porteña.