En la antesala de la apertura de sesiones en el Congreso, con la herida del escándalo por la Sputnik Vip aún sangrante y en el amanecer de una campaña que se anticipa caliente, Juntos por el Cambio mostró los dientes este sábado; redondeó una jornada de superoposición a la que le puso el cuerpo: la anunció, la militó y salió a la calle. Esta vez, sin la pretensión de promocionar una manifestación de “la gente” a la cual sumarse, los dirigentes llevaron el estandarte de la protesta, montada a caballo del escándalo del “vacunatorio VIP” que terminó con la salida de Ginés González García del Ministerio de Salud. El point de la protesta fue Plaza de Mayo, pero también hubo manifestaciones en Olivos, donde se genearon disturbios, y en plazas de distintas ciudades del país. Frente a la Casa Rosada, una performance con bolsas negras que simulaban cadáveres envueltos generó polémica y la reacción del presidente Alberto Fernández.
Convocada y difundida en redes sociales por referentes cambiemistas bajo los hashtags #27F y #Argentinazo, fue la primera gran marcha opositora de 2021. Golpea al Gobierno aturdido por el escándalo de la aplicación irregular de vacunas contra el coronavirus y primereó a la militancia del Frente de Todos que organizaba una movilización al Congreso para este lunes, en apoyo a AF. Ganar la calle no es una opción para el Presidente, quien este sábado por la mañana desaconsejó hacerlo por una cuestión sanitaria.
Polémica performance frente a la Casa Rosada
Antes de la marcha, dirigentes de Juntos por el Cambio, en declaraciones a medios de comunicación y en redes sociales, respaldaron y promovieron la protesta. Entre otros, hicieron pública su posición la presidenta del PRO, Patricia Bullrich; la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió; el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo; y otros dirigentes, como el titular del bloque de Cambiemos en el Senado bonaerense, Maximiliano Abad, quien marchó en Mar del Plata junto a Mario Negri.
Portando banderas argentinas y carteles con consignas como “no al comunismo” y “basta de mantener vagos”, los manifestantes se concentraron a las 17 en la Plaza de Mayo. En el inicio de la protesta, una de las imágenes que más impactó fueron una docena de bolsas negras instaladas en la vereda de la Casa Rosada, cada una con el nombre de algunos de los 70 inmunizados de forma irregular. Los paquetes, que simulaban cadáveres envueltos, fue una iniciativa de la agrupación Jóvenes Repúblicanos, una línea interna de Cambiemos liderada por Martín Pugliese, Inés Liendo y el diputado nacional Francisco Sánchez, identificado con Bullrich. Vía Twitter, el jefe de Estado condenó la movida: "La forma de manifestarse en democracia no puede ser exhibir frente a la Casa Rosada bolsas mortuorias con nombres de dirigentes políticos. Esta acción lamentable solo demuestra cómo muchos opositores conciben la República. No callemos ante semejante acto de barbarie".
La convocatoria se replicó en distintos puntos del país. En Olivos, la residencia presidencial fue otro de los puntos de encuentro. Allí se registraron cruces entre sindicalistas que blindaron los accesos y manifestantes. La situación no pasó a mayores debido a la intervención de la policía.
“Es un caso grave de indignación de la población, de los que no se pueden vacunar mientras que los de la oligarquía K se vacunan todos. La indignación y la angustia es lo que siente la gente que viene a manifestarse”, dijo Bullrich en la plaza, adonde arribó tras un viaje a Santa Fe.
Patricia Bullrich. Arenga en Plaza de Mayo
“Creemos que hay muchísima gente que está sintiéndose angustiada, y por eso Alberto Fernández desarmó su marcha del lunes”, se ufanó, y le reclamó al Presidente que durante la Asamblea Legislativa del lunes “pida perdón”.
Entre los dirigentes que participaron de la movilización estuvo el presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro. En Plaza de Mayo explicó que marchaba “para acompañar a la ciudadanía que quiere expresarse por la paz y está cansada por lo que vienen sucediendo”. Y afirmó que la movilización está emparentada con “los valores de una Argentina grande que supimos conseguir”.
También se acercó al lugar el senador nacional Martín Lousteau, quien afirmó: “Hay una cultura de apropiación del Estado que hace que el Estado no llegue a donde tiene que llegar, pero nunca quedó tan explícito como ahora”. Hernán Lombardi, titular del Sistema de Medios Público durante el macrismo, tampoco faltó a la cita. Frente a la Casa Rosada, sostuvo: “Esta vez, obviamente somos de Juntos por el Cambio, pero también llamamos a gente honesta para que se sume porque hay que cambiar” (sic).
En Mar del Plata, el jefe del interbloque de diputados nacionales de Juntos por el Cambio, Mario Negri, destacó la “indignación de la gente” y dijo que “sobra inmoralidad política en el Gobierno”.
La exdiputada Cynthia Hotton sostuvo que acompaba “al pueblo, a las miles de familias argentinas que hoy están siendo burladas por el oficialismo”; y “nos autoconvocamos para decir basta”. “Estamos hartos del kirchnerismo, solo generan pobreza porque están viciados de corrupción. Todo lo solucionan aumentando los impuestos. Castigan a los productores, a la clase trabajadora, y, con la inflación, castigan a quienes menos tienen”.
También marcharon el jefe del bloque PRO en la Cámara de Diputados, Cristian Ritondo; el actor Luis Brandoni; los legisladores Fernando Iglesias y Waldo Wolff, el bailarín Maximiliano Guerra, el gremialista farmacéutico Marcelo Peretta y el exsecretario de Seguridad Gerardo Milman.
Mario Negri, marchando por Mar del Plata
Además de la dirigencia cambiemista, a la convocatoria también se sumaron dirigentes de otros sectores, como Republicanos Unidos, integrado por Ricardo López Murphy, Yamil Santoro y Darío Lopérfido.
Sobre la marcha, Santoro sostuvo: “Más allá de haber formulado la primera denuncia penal que dio origen a la imputación de González García, vamos a seguir trabajando en el expediente judicial para que haya justicia y no haya impunidad. No se van a salir con la suya”.