A contramano de lo dispuesto por el gobernador Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta mantiene acotado el alcance del pase sanitario en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Es generar una tensión nueva a la sociedad para una medida que tiene mínimo impacto, no es apropiado”, dijo el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, al explicar el criterio por el cual decidieron aplicarlo de manera parcial.
“En otras jurisdicciones puede ser apropiado. Lo que hemos aprendido es que las decisiones tienen que aplicarse cuando el beneficio de la política es mayor al perjuicio que genera”, indicó durante una entrevista en Radio con Vos.
En la Ciudad, el pase sanitario solo se aplica a espectáculos masivos y boliches bailables donde -argumentó el funcionario- está el pequeño grupo que todavía puede tener alguna contemplación y el altísimo riesgo por el grado de aglomeración que tiene.
En territorio bonaerense, la política implementada es muy diferente. “(El pase sanitario) es una obligación porque están todas las condiciones dadas para poder vacunarse” contra el coronavirus, dijo el titular de la cartera sanitaria bonaerense, Nicolás Kreplak, al anunciar la puesta en marcha del sistema. Y destacó que “el objetivo es que la gente se vacune”. Para poder hacer actividades en eventos masivos, boliches, espectáculos culturales o recreativos, teatros, bares, restaurantes o gimnasios, para hacer trámites en organismos, para trabajadores que atiendan público se necesitan tener las 2 vacunas. El denominado “Pase Libre con Vacuna” es el requisito de acreditación de al menos dos dosis de la vacuna contra el coronavirus que deben presentar las personas mayores de 13 años para poder asistir a algunas actividades en la provincia de Buenos Aires que pueden presentar mayor riesgo epidemiológico.
Este miércoles, Quirós dijo: “Tenemos un pase sanitario diferente, es menos amplio y exigente. Creo que el motivo para usarlo es estimular a las personas que están dubitativas de vacunarse y ayudarlas a tomar la decisión”.
En esa línea, recordó que en la Ciudad el 84% de las personas tiene las dos dosis y el 91% tiene la primera y está esperando el tiempo para la segunda. Dijo además que un 3% de porteños no se pueden vacunar porque son menores de 4 años. “Los que no se vacunan en la Ciudad son el 5% de la población, es mínimo”, agregó.
Otra de las diferencias entre el ministro de Salud porteño y su par bonaerense es la mirada que cada uno tiene sobre la variante Ómicron. Kreplak dijo estar muy preocupado por la nueva cepa, que tiene una contagiosidad muy por encima de la Delta. Quirós, en cambio, consignó que “la doble dosis baja el 90% de llegar a terapia intensiva” y que se trata de “datos muy consistentes, son propios de la Ciudad que coinciden con lo que se mostró en el resto del mundo”. El ministro dijo que a pesar de haber aumentado “diez veces los casos”, el número de camas de terapia intensiva aumentó “sutilmente”.
“Ómicron es claramente más contagiosa que Delta, de 4 a 6 veces, evade parcialmente los anticuerpos generados por la vacuna, pero lo que no puede evadir es la inmunidad celular que te protege de la enfermedad en el pulmón. Por eso se sostiene que con la segunda dosis esta variante evita la enfermedad grave y mortal y para evitar la enfermedad se requiere una tercera dosis”, indicó Quirós.
Por último, pronosticó que la variante “Ómicron va a reemplazar a la Delta en las próximas semanas” en Argentina; “naturalmente va a generar un número mayor de contagios y esperamos que sean más leves”, dijo.