ELECCIONES 2021

Tensa calma: quejas por el transporte y riesgo de judicialización en Chile

La derecha impugnará el resultado "si es muy estrecho". Las demoras de los micros amenazaban con perjudicar a la izquierda. El futuro nacional, en juego.

Con más de 15 millones de personas están habilitadas para votar, desde las 8 de la mañana de este domingo se celebraba la segunda vuelta presidencial más importante e incierta de la historia chilena desde la recuperación democrática, ocurrida en 1990. La jornada se desarrollaba en un clima de tensión por las amenazas hechas por el candidato que defiende la dictadura de Augusto Pinochet, José Antonio Kast, de recurrir a la justicia electoral “si el resultado es muy estrecho” y las denuncias de la izquierda por el mal funcionamiento del transporte público en la capital, Santiago, que complicaban a miles de votantes para acercarse a las urnas.

 

El interés nacional y regional por lo que suceda en Chile parte del momento histórico que vive el país. Esta noche se definirá al sucesor del actual presidente, Sebastián Piñera, en un contexto atravesado por el trabajo que realiza la Asamblea Constituyente, el órgano encargado de redactar una nueva Constitución; las consecuencias todavía permeables y visibles del estallido de 2019, que puso en jaque el modelo neoliberal heredero de la dictadura pinochetista, y el impacto negativo social y económico de la pandemia de covid-19. Este combo nacional, que someterá a una dura prueba al futuro presidente, se dirime entre dos fuerzas claramente opuestas: la derecha conservadora de Kast, aliada del expresidente de los Estados Unidos Donald Trump, y del actual mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro; y el progresismo que reivindica las luchas del movimiento feminista, la defensa del medioambiente y la intervención del Estado en el juego económico, que encabeza Gabriel Boric.  

 

Luego de su victoria en la primera vuelta del 21 de noviembre con el 27,9% de los votos, Kast llega con una cierta ventaja ante su contrincante del Apruebo Dignidad, que aquella noche llegó al 25,8%. De todas maneras, el resultado final de la jornada es incierto por una serie de características que obligarán a esperar hasta el último minuto. Según las últimas encuestas publicadas, hace ya varias semanas, Boric ganaría por un estrecho margen, algo que también repiten distintos sondeos difundidos off the record durante los últimos días. Las diferencias que existen entre cada uno de los modelos y la importancia de lo que está en juego elevan la tensión de la jornada.

 

Luego de emitir su voto en el Colegio Particular María Ana Mogas, en la comuna de Paine, Kast confirmó que, “si el resultado es muy estrecho”, la definición “podría llegar a resolverse en tribunales electorales”. Es decir, el hombre del Frente Social Cristiano ya adelantó que impugnará una eventual victoria de la izquierda chilena, un escenario que la ultraderecha ha replicado en distintos puntos del mundo: lo hizo Trump cuando perdió ante Joe Biden en Estados Unidos, lo copió Keiko Fujimori cuando fue derrotada ante Pedro Castillo hace unos meses en Perú y promete hacerlo Bolsonaro el año que viene en los comicios de Brasil. De ocurrir este escenario, lo único que se lograría es agregarle crispación y tensión a un momento ya de por sí determinante para la historia chilena y para un gobierno que, sea el que sea, deberá fortalecerse desde el poder ante las demandas y exigencias sociales que existen en la previa electoral.

 

La jornada comenzó con una buena noticia para Kast, ya que el candidato que en la primera vuelta salió tercero, Franco Parisi, un ingeniero “anticasta” que vive en Estados Unidos y llegó al 12,8%, convocó a apoyarlo en este mano a mano. Hizo el anuncio horas antes de que abrieram las mesas electorales y no se sabe qué impacto tendrá sobre su electorado, pero los votos de su fuerza, el Partido de la Gente, fueron codiciados por ambas candidaturas a la hora de robustecer sus electorados. La decisión llegó después de que se realizara una consulta popular donde el 61,41% de las personas optó por Kast contra el 6,58% que eligió a Boric. “Si tú me preguntas qué votaría, yo sigo a mi colectivo, que en este caso optó por el señor Kast”, dijo Parisi, en tanto que el candidato le agradeció: “Tenemos diferencias, sí, pero también tenemos muchas coincidencias”.  

 

Otro de los puntos que marcan la jornada son las denuncias de distintos sectores de la ciudadanía por las demoras y los retrasos en el transporte público, lo que impide a miles de personas acercarse a ejercer su derecho al sufragio. El diputado nacional de Revolución Democrática (RD) Giorgio Jackson, que apoya a la candidatura de Boric, denunció que la frecuencia de las unidades “está cerca del 40% de un día laboral”. “La frecuencia está siendo muy por debajo”, aseguró. A la vez, en las redes sociales pudieron verse varias denuncias de electores y de dirigentes políticos. La ministra de Transportes, Gloria Hutt, desechó que el gobierno esté accionando para entorpecer la concurrencia a los centros electorales y atribuyó los problemas a la alta cantidad de autos que circulan por las calles y los cortes de tránsito previstos para la jornada. Este punto puede ser muy importante para el desenlace de la jornada, porque en Chile el voto es optativo y la abstención es alta. En noviembre, por ejemplo, llegó al 53%. Los antecedentes hacen prever que una mayor concurrencia favorecería a la izquierda, por lo cual podría ser la fuerza más afectada por este problema.

 

Los centros de escrutinio cerrarán sus puertas a las 18 y el Servicio Electoral (Servel) anticipó que el escrutinio podría estar definido para las 21, ya que promete ser rápido y ágil. Esta mañana, Piñera confirmó que mantendrá la tradición democrática del país y llamará por teléfono al ganador de la jornada para felicitarlo y hablar públicamente. Todo el escenario ya está previst. Solo faltan los números finales y, para eso, habrá que seguir esperando porque en Chile, todavía, nada estaba definido.  

 

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